CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero



Hoy escribe Antonio Piñero

Tema: El reino del mesías davídico en la tierra y su entorno. Hoy en el "Libro de los Jubileos" (del siglo II a.C.


El reino mesiánico (Jub 23,26-32; Apócrifos del Antiguo Testamento II 137-138)

El vidente, que reescribe el libro del Génesis, ve lo que ocurrirá después de la muerte de Abrahán. No indica cuándo: en un tiempo indeterminado al que precede una degeneración de la tierra y sus habitantes, y una perversión general de Israel. Dios suscitará a los gentiles contra su pueblo elegido, pero tras el castigo vendrá el tiempo mesiánico de la paz y la abundancia:

He aquí el texto:

En esos días [del reino mesiánico] los niños comenzarán a examinar las leyes y a estudiar los mandamientos, volviendo al camino de la justicia. Irán multiplicándose y creciendo las vidas de esos hombres, generación tras generación y día tras día, hasta que se acerquen sus vidas a los mil años y a muchos años de muchos días. No habrá anciano ni quien se canse de vivir, pues todos serán niños e infantes; pasarán todos sus días en salud y gozo, y vivirán sin que haya ningún demonio ni mal destructor, pues todos sus días serán de bendición y salud.

Entonces curará el Señor a sus siervos, que se alzarán y verán gran paz. Se dispersarán sus enemigos, y los justos verán y darán gracias, regocijándose por los siglos de los siglos viendo en el enemigo todo sus castigo y maldición. Sus huesos descansarán en la tierra, su espíritu se alegrará sobremanera, y sabrá que existe un Señor que cumple sentencia y otorga clemencia a los centenares y miríadas que lo aman. Y tú, Moisés, escribe estas palabras pues así está escrito y registrado en las tablas celestiales como testimonio de perpetuas generaciones.


Bendición mesiánicas a Leví y a Judá (Jubileos 31, 13-23; Apócrifos del Antiguo Testamento II 154)

Lo mismo que, posteriormente, el autor de los Testamentos de los XII Patriarcas, el visionario, que ha compuesto “El libro de los Jubileos, o de la distribución de los días”, ha recibido de Dios en visión qué es lo que preanunció el patriarca Isaac en su lecho de muerte. Isaac bendice a sus nietos –hijos de Jacob- Leví y Judá. Estas bendiciones justifican la idea –que los lectores ya conocen- de que junto al mesías político habrá un sacerdote que será el custodio de la recta interpretación de la Ley en el reino mesiánico y el vigilante de su cumplimiento.

He aquí el texto:

Se dirigió primero a Leví y comenzó a decir:

— El Dios de todos, Señor de toda la eternidad, te bendiga a ti y a tus hijos por toda la eternidad. El Señor te dé, y a ti y tu descendencia, gran inteligencia de su gloria y te acerque, a ti y a tu posteridad entre todos los mortales, para servir en su templo. Como los ángeles de la faz y como los santos, tal será la descendencia de tus hijos, para gloria, grandeza y santidad; engrandézcalos por toda la eternidad. Serán jueces, príncipes y señores de toda la descendencia de los hijos de Jacob; dirán con justicia la palabra del Señor, juzgarán justamente todos sus juicios, expondrán mis caminos a Jacob y mi senda a Israel; la bendición del Señor será puesta en su boca para bendecir a toda la descendencia del amado. Tu madre tedio el nombre de Leví, y con verdad te puso este nombre, pues próximo al Señor estarás y serás socio de todos los hijos de Jacob. Su mesa sea la tuya. Comed de ella tú y tus hijos; por todas las generaciones esté tu mesa llena y no falte tu sustento eternamente. Caigan ante ti cuantos te odien; sean desarraigados todos tus enemigos y perezcan: bendito sea quien te bendiga, y todo pueblo que te maldiga, maldito sea.

Y a Judá le digo:

— El Señor te dé fuerza y reciedumbre para hollar a cuantos te odien; sé tu soberano, y uno de tus descendientes de los hijos de Jacob. Que tu nombre y el de tus hijos se extienda por toda la tierra y sus ciudades. Entonces temerán los gentiles ante tu faz, se turbarán todas las naciones, y todo pueblo se conmoverá. Por ti será socorrido Jacob, y en ti se hallará la redención de Israel. El día en que te sientes en tu trono justo y glorioso, tendrá gran salvación toda la descendencia de los hijos del amado. Bendito quien te bendiga, y todos los que te odien, atormenten y maldigan, sean desarraigados, perezcan de la tierra y sean malditos. Volviéndose, lo besó nuevamente y abrazó, y se regocijó grandemente, pues había visto a los hijos de Jacob, sus hijos verdaderos. Saliendo Judá de su regazo, cayó prosternándose ante él, y los bendijo otra vez. Su padre descansó allí aquella noche, cerca de Isaac, y comieron y bebieron con gozo. Hizo dormir Isaac a los dos hijos de Jacob, uno a su diestra y otro a su siniestra, lo que le fue computado como acto justo.


Seguiremos con otros textos de la época.

Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com
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• Hoy en el “Blog de Antonio Piñero” se trata del siguiente tema:

“Los apóstoles en la literatura apócrifa”

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Magíster de "Ciencias de las Religiones" Universidad PABLO DE OLAVIDE, Sevilla (Véase postal de 26-06-2009)

Para obtener más información:

http://www.upo.es/historia_antigua/master_religiones/index.jsp

Saludos de nuevo.






Miércoles, 9 de Septiembre 2009


Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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