CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero
Hoy escribe Antonio Piñero

Los textos evangélicos que de modo directo o indirecto afirman la divinidad de Jesús son tardíos, postpascuales, reflejan la mentalidad de la comunidad primitiva, manifiestan igualmente una teología que no era la de Jesús, sino que son más bien como un espejo de las reflexiones teológicas de la Iglesia primitiva. Con ellos se puede construir una historia de cómo va avanzando y formándose una cristología que implica la divinidad de Jesús

Los pasajes de los Evangelios sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas) que proclaman con más claridad la divinidad de Jesús son, en breve síntesis, los siguientes:

1. Textos que afirman que Jesús es el "Hijo del hombre" como figura divina, en especial cuando desempeña la función de juez celeste de vivos y muertos.

2. Textos que sostienen que Jesús es "Hijo de Dios" en los que el lector deduce que se trata no de una filiación metafórica sino real. Tales pasajes suelen estar unidos con la cuestión si Jesús era o no el mesías, y si lo era, en qué sentido, es decir, si su mesianismo implicaba o no un cierto estatus divino.

Por tanto las cuestiones que se plantean son en síntesis las siguientes:


A. Cuando los evangelistas presentan escenas en la que, normalmente otros, afirman que Jesús es “Hijo de Dios”, ¿debe entenderse este sintagma como afirmación de que Jesús era hijo real, físico, óntico de Dios?

B. Cuando los evangelistas afirman que Jesús es el “Hijo del Hombre”, ¿hay que entender que esta afirmación es un título mesiánico que implica a la vez que Jesús es Dios de algún modo?

C. Cuando los evangelistas nos presentan a Jesús como mesías de Israel, debemos entender que este mesianismo supone la divinidad de Jesús

Comencemos por la primera (A): el “Hijo de Dios”

Los textos más importantes que sostienen que Jesús es "Hijo de Dios", en los que el lector deduce que se trata no de una filiación metafórica sino real, son los siguientes:

1. Mt 11,27:

• "Nadie conoce bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce bien nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar."

• “Mas de aquel día y hora (el fin del mundo y la venida del Juicio divino, nadie sabe nada, ni los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre” (Mc 13,32).



2. Casos en los que los demonios, o su jefe Satanás, afirman que Jesús es Hijo de Dios. Por ejemplo:

• “Y acercándose el tentador, le dijo: «Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes.» (Mt 4,3)

• Al llegar a la otra orilla, a la región de los gadarenos, vinieron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, y tan furiosos que nadie era capaz de pasar por aquel camino. Y se pusieron a gritar: «¿Qué tenemos nosotros contigo, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para atormentarnos antes de tiempo?» (Mt 8,28-29)



3. Caso en los que los ángeles de Dios afirman que Jesús es “Hijo de Dios”

• María respondió al ángel: «¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?» El ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios (Lc 1,34-35)



4. Casos en los que los discípulos afirman de Jesús que es “hijo de Dios”. Por ejemplo:

• “Comienzo del Evangelio de Jesucristo hijo de Dios…” (Mc 1,1)

• Llegado Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?» Ellos dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías, otros, que Jeremías o uno de los profetas.» Díceles él: «Y vosotros ¿quién decís que soy yo?» Simón Pedro contestó: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo.» Replicando Jesús le dijo: «Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella (Mt 16,16-18 y Mc 8,27-30)



5. Casos en el que otras personas no discipulas dicen de Jesús que es “Hijo de Dios


• La pregunta de Caifás de Mc 14,61 y la respuesta de Jesús: "¿Eres tú el mesías, el hijo de Dios bendito?" "Sí lo soy".

• Entonces, se levantó el Sumo Sacerdote y le dijo: «¿No respondes nada? ¿Qué es lo que éstos atestiguan contra ti?» Pero Jesús seguía callado. El Sumo Sacerdote le dijo: «Yo te conjuro por Dios vivo que nos digas si tú eres el Cristo, el Hijo de Dios.» Dícele Jesús: «Sí, tú lo has dicho. Y yo os declaro que a partir de ahora veréis al hijo del hombre sentado a la diestra del Poder y venir sobre las nubes del cielo» (Mt 26,62-64) . Escena paralela en Lc 22,70.

• Los que pasaban por allí le insultaban, meneando la cabeza y diciendo: «Tú que destruyes el Santuario y en tres días lo levantas, ¡sálvate a ti mismo, si eres Hijo de Dios, y baja de la cruz!» (Mt 27,39-40). Algo similar en Mc 15,39: “Al ver el centurión, que estaba frente a él, que había expirado de esa manera, dijo: «Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios.»


El próximo día seguiremos con el comentario a estos textos.

Saludos cordiales de Antonio Piñero.

Sábado, 6 de Diciembre 2008


Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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