CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero
La fascinante historia del descubrimiento de los Manuscritos del Mar Muerto

 
9-05-2023
 
Escribe Antonio Piñero
 
 
Confieso que me he sentido “enganchado” desde el primer momento leyendo este libro, bastante “gordito”, de mi admirado amigo Jaime Vázquez Allegue. No cabe duda de que, como se ha repetido mil veces, el descubrimiento de estos textos ha sido auténticamente la noticia bomba sobre los hallazgos de textos antiguos en mucho tiempo. Desde luego en los siglos XX y XXI. Y como dice el autor, el relato de su descubrimiento es pertinente porque no se le había ocurrido todavía a nadie escribir de un modo amplio y atractivo  los rocambolesca historia de tan fabuloso hallazgo.
 
He aquí el título completo del libro: "Los manuscritos del Mar Muerto. La fascinante historia del descubrimiento de su descubrimiento y disputa”. Editorial Arzalia, Madrid, 2023, 555 pp. ISBN 978-84-19018-26-7. 23 x 15 cms. Precio: 23,65 euros.
 
No me cabe duda ninguna de que su autor estaba plenamente capacitados para emprender la escritura esta historia, ya que desde su tesis doctoral sobre «La Regla de la Comunidad de Qumrán» en 1999, se ha dedicado en casi cuerpo y alma al estudio de estos textos, así como a otros campos afines, como la escritura de una “Guía de la Biblia” y de un “Diccionario de hebreo bíblico”.
 
Recuerdo todavía una anécdota, que me contó el propietario y director de la Editorial Trotta, Alejandro Sierra, cuando publicó en 1992 los “Textos de Qumrán”, estupendamente editados y traducidos por Florentino García Martínez. En esos años la conmoción por el contenido de los manuscritos había sido enorme, ya que muchísima gente creía a pies juntillas que en tales escritos se hallaba por fin la historia oculta del cristianismo primitivo, y las pruebas “irrefutables” de que la figura de Jesús no era más que una mera copia (nada de verdad) de la imagen del Maestro Justo, probablemente el fundador de la secta de los qumranitas / esenios.
 
Pesaban mucho en aquel entonces estas ideas propagadas en especial por dos de los primeros investigadores de los manuscritos, John Allegro,  Albert Dupont-Sommer, defendiendo este punto de vista, libros a los que se añadieron otros volúmenes sensacionalistas de Robert Eisenmann y Barbara Thie­ring sobre el contenido de los Manuscritos y la presunta historia secreta del cristianismo. ¡Que tiemble el Vaticano!
 
El interés fue tan grande, que tras varias ediciones de los textos y agotados de momento los ejemplares, un individuo llamó a la editorial Trotta y resultó que cogió el teléfono el mismísimo director. El desconocido al otro lado de la línea le dijo con cierta ansiedad que no encontraba ningún ejemplar de la versión de García Martínez. Y luego le preguntó: ¿Y cuándo van a sacar usted una nueva edición de los Manuscritos de King Kong?”.
 
A la confusión general sobre el impacto de los textos se añadió sin duda la publicación por Martínez Roca (una rama de Planeta), Barcelona, en 1992 una traducción de la obra de dos periodistas, que deseaban llenarse los bolsillos con historias sensacionales, M. Baigent y R. Leigh,  con el título: El escándalo de los rollos del Mar Muerto.
 
Pues bien, no hay nada de eso, ni truculencias ni nada por el estilo, sino el relato, apasionante y muy bien escrito, de la historia del descubrimiento y de su importancia tremenda para la comprensión del judaísmo antiguo, de Jesús de Nazaret y de sus seguidores más inmediatos. Pasada la efervescencia de esos primero años, algún lector de hoy puede, a pesar de todo, preguntarse por qué son tan importantes esos manuscritos y cómo un autor, técnico sin duda, pero a la vez muy buen periodista y escritor, se le ha ocurrido publicar hace tan poco una narración estupenda del hallazgo de esos manuscritos y de sus consecuencias.
 
Respondo por mi parte: esos  textos hallados en Qumrán y sus alrededores son muy importantes en primer lugar porque han llegado a nuestras manos directamente, sin intermediación de diversos copistas, que hubieran podido alterarlos con el correr de los siglos. Transmisión directo; hecho rarísimo en el mundo de las obras antiguas.
 
En segundo, porque las copias de casi todos los libros del Antiguo Testamento, que se han encontrado entre esos textos descubiertos en 1947, son varios siglos anteriores a los manuscritos conocidos en los que se han basado hasta el momento las modernas ediciones de la primera parte del libro sagrado cristiano, la Biblia Hebrea. Así, por ejemplo, el Antiguo Testamento actual se edita tomando como base el manuscrito B 19 de Leningrado del siglo XI. Y a mí no me cabe duda de la nueva edición de la Biblia hebrea que se está preparando cambiará mucho el texto gracias al texto bíblico que ofrecen esos manuscritos, que proceden del siglo II a. C. !!! El trabajo está en marcha y la nueva Biblia hebrea tendrá variantes considerables gracias a los datos de los textos qumranitas
 
En tercer lugar, porque los manuscritos del Mar Muerto son un testimonio, también de primera mano, de las ideas religiosas del mundo del judaísmo anterior a nuestra era, justamente en un período crucial para la historia de los siglos inmediatamente anteriores al nacimiento de Jesús, o de ese mismo siglo.
 
Y en cuarto, porque los manuscritos del Mar Muerto nos enseñan mucho, aunque indirectamente, sobre el mundo del Nuevo Testamento y su entorno natal: sus preocupaciones, sus ideas religiosas, su manera de expresarlas. El Nuevo Testamento es un libro totalmente judío, por lo que otros testimonios de un tiempo inmediatamente anterior es precioso por lo que puede informar del ámbito en el que se gestó el corpus cristiano de libros sagrados.
 
El estudio de esos pergaminos (algunos textos, pocos se han conservado también en papiros e incuso en lengua griega) nos ayudan a responder a los múltiples interrogantes a los que hacía mención unas líneas más arriba y que todavía están sobre el tapete para algunos: ¿es parecido el movimiento cristiano al de los esenios de Qumrán? (suponiendo, como se mantiene comúnmente que los esenios son los autores o recopiladores de esos manuscritos). ¿Ha influido éste último mucho o poco sobre las concepciones del cristianismo? ¿Fue Jesús un esenio? ¿Lo fue su maestro Juan Bautista? O bien, la teología cristiana ¿es una mera copia de la de Qumrán? ¿Se inspiró realmente la vida de Jesús, y el modo de contarla de los evangelistas, en el Maestro Justo de Qumrán?
 
Entre otras razones me ha parecido muy interesante el libro de Vázquez Allegue por la importancia que concede –a la hora de describir el descubrimiento– a la conexión que tuvo tal hallazgo con el interés de los sionistas, tras el final de la Segunda Guerra Mundial, por ofrecer más fundamentos sólidos a la declaración política de la fundación del estado de Israel en mayo de 1948. Es fascinante la conexión y la importancia que le otorgaron los fundadores del moderno estado hebreo a esos textos de hacía más de dos mis años para garantizar cómo es un hecho histórico, aparte de lo que dice la Biblia hebrea, que la posesión de la tierra de Israel por los judíos y sus sucesores en aquellos momentos era totalmente legítima. El libro relata los diversos intentos por adquirir esos manuscritos y conservarlos en Israel ad memoriam, sobre todo tras el Holocausto y la disputa con los palestinos sobre los derechos a la tierra.
 
Vázquez Allegue tomó la decisión de escribir esta historia no como una novela; tampoco como un ensayo erudito, a veces fatigoso por la abundancia de datos, sino como una narración literaria, ciertamente y con todas sus consecuencias, pero que sigue paso a paso los resultados de una cuidadosa investigación de años sobre lo ocurrido. El producto, este libro, es de primera clase y se lee, como indiqué al principio, con pasión e interés notables.
 
Un ejemplo de este afán “narrativo literario” es la introducción de numerosos diálogos dentro del material puramente descriptivo del relato, diálogos que no son de ningún modo un invento del autor sino la plasmación dialógica de las relaciones entre los actantes de la narración. Rápidamente se me ocurrió la comparación con los discursos que pone Tucídides en boca de sus personajes en su «Historia de la Guerra del Peloponeso». Este preclaro autor confiesa que es posible que no reproduzca al pie de la letra los dichos, o discursos,  de los personajes de su historia, pero asegura que el contenido no traiciona en modo alguno la realidad de lo que se dijo y ocurrió.
 
Repito, pues, que este relato está muy bien escrito y que es un gran gusto leerlo. El lector no se aburrirá en ningún momento y aprenderá muchísimo no solo de los textos de Qumrán, sino también de la historia del Israel de los años posteriores a su descubrimiento. Enhorabuena, pues, al autor y a la Editorial.
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero
www.antoniopinero.com  

Martes, 9 de Mayo 2023


Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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