CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero
Hoy escribe Antonio Piñero


2. La segunda carta (compuesta unos pocos meses después de la primera) iría de 1,1 a 3,1a, junto con 4,4-9 y el final de 4,21-23.

Resultaría del siguiente modo:

A. = 1,1 – 3,1a


« 1, 1 Pablo y Timoteo, siervos de Cristo Jesús, a todos los santos en Cristo Jesús, que están en Filipos, con los epíscopos y diáconos. 2 Gracia a vosotros y paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

3 Doy gracias a mi Dios cada vez que me acuerdo de vosotros, 4 rogando siempre y en todas mis oraciones con alegría por todos vosotros 5 a causa de la colaboración que habéis prestado al Evangelio, desde el primer día hasta hoy; 6 firmemente convencido de que, quien inició en vosotros la buena obra, la irá consumando hasta el Día de Cristo Jesús.

7 Y es justo que yo sienta así de todos vosotros, pues os llevo en mi corazón, partícipes como sois todos de mi gracia, tanto en mis cadenas como en la defensa y consolidación del Evangelio. 8 Pues testigo me es Dios de cuánto os quiero a todos vosotros en el corazón de Cristo Jesús.

9 Y lo que pido en mi oración es que vuestro amor siga creciendo cada vez más en conocimiento perfecto y todo discernimiento, 10 con que podáis aquilatar los mejor para ser puros y sin tacha para el Día de Cristo, 11 llenos de los frutos de justicia que vienen por Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios.

12 Quiero que sepáis, hermanos, que lo que me ha sucedido ha contribuido más bien al progreso del Evangelio; 13 de tal forma que se ha hecho público en todo el Pretorio y entre todos los demás, que me hallo en cadenas por Cristo. 14 Y la mayor parte de los hermanos, alentados en el Señor por mis cadenas, tienen mayor intrepidez en anunciar sin temor la Palabra. 15 Es cierto que algunos predican a Cristo por envidia y rivalidad; mas hay también otros que lo hacen con buena intención; 16 éstos, por amor, conscientes de que yo estoy puesto para defender el Evangelio; 17 aquéllos, por rivalidad, no con puras intenciones, creyendo que aumentan la tribulación de mis cadenas. 18 Pero ¿y qué? Al fin y al cabo, hipócrita o sinceramente, Cristo es anunciado, y esto me alegra y seguirá alegrándome. 19 Pues yo sé que = esto servirá para mi salvación = gracias a vuestras oraciones y a la ayuda prestada por el Espíritu de Jesucristo, 20 conforme a lo que aguardo y espero, que en modo alguno seré confundido; antes bien, que con plena seguridad, ahora como siempre, Cristo será glorificado en mi cuerpo, por mi vida o por mi muerte,

21 pues para mí la vida es Cristo, y la muerte, una ganancia. 22 Pero si el vivir en la carne significa para mí trabajo fecundo, no sé qué escoger... 23 Me siento apremiado por las dos partes: por una parte, deseo partir y estar con Cristo, lo cual, ciertamente, es con mucho lo mejor; 24 mas, por otra parte, quedarme en la carne es más necesario para vosotros. 25 Y, persuadido de esto, sé que me quedaré y permaneceré con todos vosotros para progreso y gozo de vuestra fe, 26 a fin de que tengáis por mi causa un nuevo motivo de orgullo en Cristo Jesús cuando yo vuelva a estar entre vosotros. 27 Lo que importa es que vosotros llevéis una vida digna del Evangelio de Cristo, para que tanto si voy a veros como si estoy ausente, oiga de vosotros que os mantenéis firmes en un mismo espíritu y lucháis acordes por la fe del Evangelio, 28 sin dejaros intimidar en nada por los adversarios, lo cual es para ellos señal de perdición, y para vosotros de salvación. Todo esto viene de Dios. 29 Pues a vosotros se os ha concedido la gracia de que por Cristo... no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él, 30 sosteniendo el mismo combate en que antes me visteis y en el que ahora sabéis que me encuentro. »

Capítulo 2:

« 2,1 Así, pues, os conjuro en virtud de toda exhortación en Cristo, de toda persuasión de amor, de toda comunión en el Espíritu, de toda entrañable compasión, 2 que colméis mi alegría, siendo todos del mismo sentir, con un mismo amor, un mismo espíritu, unos mismos sentimientos. 3 Nada hagáis por rivalidad, ni por vanagloria, sino con humildad, considerando cada cual a los demás como superiores a sí mismo, 4 buscando cada cual no su propio interés sino el de los demás.

5 Tened entre vosotros los mismos sentimientos que Cristo: 6 El cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios. 7 Sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre; 8 y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz. 9 Por lo cual Dios le exaltó y le otorgó el Nombre, que está sobre todo nombre. 10 Para que al nombre de Jesús = toda rodilla se doble = en los cielos, en la tierra y en los abismos, 11 = y toda lengua confiese = que Cristo Jesús es SEÑOR para gloria de Dios Padre.

12 Así pues, queridos míos, de la misma manera que habéis obedecido siempre, no sólo cuando estaba presente sino mucho más ahora que estoy ausente, trabajad con temor y temblor por vuestra salvación, 13 pues Dios es quien obra en vosotros el querer y el obrar, como bien le parece.

14 Hacedlo todo sin murmuraciones ni discusiones 15 para que seáis irreprochables e inocentes, = hijos de Dios sin tacha en medio de una generación tortuosa y perversa, = en medio de la cual brilláis como antorchas en el mundo, 16 presentándole la Palabra de vida para orgullo mío en el Día de Cristo, ya que no habré corrido ni me habré fatigado en vano. 17 Y aun cuando mi sangre fuera derramada como libación sobre el sacrificio y la ofrenda de vuestra fe, me alegraría y congratularía con vosotros. 18 De igual manera también vosotros alegraos y congratulaos conmigo.

19 Espero en el Señor Jesús poder enviaros pronto a Timoteo, para quedar también yo animado con vuestras noticias. 20 Pues a nadie tengo de tan iguales sentimientos que se preocupe sinceramente de vuestros intereses, 21 ya que todos buscan sus propios intereses y no los de Cristo Jesús. 22 Pero vosotros conocéis su probada virtud, pues como un hijo junto a su padre ha servido conmigo en favor del Evangelio. 23 A él, pues, espero enviaros tan pronto como vea clara mi situación. 24 Y aun confío en el Señor que yo mismo podré ir pronto.

25 Entretanto, he juzgado necesario devolveros a Epafrodito, mi hermano, colaborador y compañero de armas, enviado por vosotros con el encargo de servirme en mi necesidad, 26 porque os está añorando a todos vosotros y anda angustiado porque sabe que ha llegado a vosotros la noticia de su enfermedad. 27 Es cierto que estuvo enfermo y a punto de morir. Pero Dios se compadeció de él; y no sólo de él, sino también de mí, para que no tuviese yo tristeza sobre tristeza. 28 Así pues, me apresuro a enviarle para que viéndole de nuevo os llenéis de alegría y yo quede aliviado en mi tristeza. 29 Recibidle, pues, en el Señor con toda alegría, y tened en estima a los hombres como él, 30 ya que por la obra de Cristo ha estado a punto de morir, arriesgando su vida para supliros en el servicio que no podíais prestarme vosotros mismos.

3,1a: Por lo demás, hermanos míos, alegraos en el Señor... »


+ B. = 4,4-9 y el final de 4,21-23:

« Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres. 5 Que vuestra mesura sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. 6 No os inquietéis por cosa alguna; antes bien, en toda ocasión, presentad a Dios vuestras peticiones, mediante la oración y la súplica, acompañadas de la acción de gracias. 7 Y la paz de Dios, que supera todo conocimiento, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. 8 Por lo demás, hermanos, todo cuanto hay de verdadero, de noble, de justo, de puro, de amable, de honorable, todo cuanto sea virtud y cosa digna de elogio, todo eso tenedlo en cuenta. 9 Todo cuanto habéis aprendido y recibido y oído y visto en mí, ponedlo por obra y el Dios de la paz estará con vosotros.

4,21 Saludad a todos los santos en Cristo Jesús. Os saludan los hermanos que están conmigo. 22 Os saludan todos los Santos, especialmente los de la Casa del César. 23 La gracia del Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. »


Aclaración:

El contenido de esta segunda misiva viene determinado por el material que sobra después de haber apartado la primera y la tercera, que muestran una buena unidad en sí mismas.

Que los saludos finales (que nombran a los de la “casa del César”: 4,22) pertenezcan a esta segunda carta parece lógico, pues deben ir unidos a la mención del “pretorio” (edificio oficial, sede del gobierno de la provincia que se hace en 1,13.

El fragmento de 4,4-9 se suele atribuir a esta segunda carta porque encaja mejor en ella que dentro de la primera o la tercera.

Esta misiva es posterior a la primera porque su tono supone que Pablo lleva ya más tiempo como prisionero y le ha dado tiempo para reflexionar sobre su situación. Lo relacionado con Epafrodito ha sucedido ya.

Seguiremos. Saludos cordiales de Antonio Piñero.

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Hoy en el “Blog de Antonio Piñero” se trata del siguiente tema:

“El apóstol Pedro en los Hechos de los apóstoles” y

"La reconstrucción del pensamiento de Jesús de Nazaret"


Manera de entrar, si a alguien le interesare: pinchar en el enlace que se halla en la página presente, abajo en la derecha.

Saludos de nuevo.


Martes, 12 de Mayo 2009


Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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