CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero

Hoy escribe Antonio Piñero


3. La tercera carta iría desde 3,1b a 4,3 y es difícil saber cuando se compuso. Resultaría del modo siguiente:


« Volver a escribiros las mismas cosas, a mí no me es molestia, y a vosotros os da seguridad. 2 Atención a los perros; atención a los obreros malos; atención a los falsos circuncisos. 3 Pues los verdaderos circuncisos somos nosotros, los que damos culto según el Espíritu de Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús sin poner nuestra confianza en la carne, 4 aunque yo tengo motivos para confiar también en la carne.

Si algún otro cree poder confiar en la carne, más yo. 5 Circuncidado el octavo día; del linaje de Israel; de la tribu de Benjamín; hebreo e hijo de hebreos; en cuanto a la Ley, fariseo; 6 en cuanto al celo, perseguidor de la Iglesia; en cuanto a la justicia de la Ley, intachable.

7 Pero lo que era para mí ganancia, lo he juzgado una pérdida a causa de Cristo. 8 Y más aún: juzgo que todo es pérdida ante la sublimidad del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por quien perdí todas las cosas, y las tengo por basura para ganar a Cristo, 9 y ser hallado en él, no con la justicia mía, la que viene de la Ley, sino la que viene por la fe de Cristo, la justicia que viene de Dios, apoyada en la fe, 10 y conocerle a él, el poder de su resurrección y la comunión en sus padecimientos hasta hacerme semejante a él en su muerte, 11 tratando de llegar a la resurrección de entre los muertos. 12 No que lo tenga ya conseguido o que sea ya perfecto, sino que continúo mi carrera por si consigo alcanzarlo, habiendo sido yo mismo alcanzado por Cristo Jesús.

13 Yo, hermanos, no creo haberlo alcanzado todavía. Pero una cosa hago: olvido lo que dejé atrás y me lanzo a lo que está por delante, 14 corriendo hacia la meta, para alcanzar el premio a que Dios me llama desde lo alto en Cristo Jesús. 15 Así pues, todos los perfectos tengamos estos sentimientos, y si en algo sentís de otra manera, también eso os lo declarará Dios. 16 Por lo demás, desde el punto a donde hayamos llegado, sigamos adelante.

17 Hermanos, sed imitadores míos, y fijaos en los que viven según el modelo que tenéis en nosotros. 18 Porque muchos viven según os dije tantas veces, y ahora os lo repito con lágrimas, como enemigos de la cruz de Cristo, 19 cuyo final es la perdición, cuyo Dios es el vientre, y cuya gloria está en su vergüenza, que no piensan más que en las cosas de la tierra. 20 Pero nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde esperamos como Salvador al Señor Jesucristo, 21 el cual transfigurará este miserable cuerpo nuestro en un cuerpo glorioso como el suyo, en virtud del poder que tiene de someter a sí todas las cosas.

4:1 Por tanto, hermanos míos queridos y añorados, mi gozo y mi corona, manteneos así firmes en el Señor, queridos. 2 Ruego a Evodia, lo mismo que a Síntique, tengan un mismo sentir en el Señor. 3 También te ruego a ti, Sícigo, verdadero «compañero», que las ayudes, ya que lucharon por el Evangelio a mi lado, lo mismo que Clemente y demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida. »

Se trataría de un bloque compacto contra los adversarios de Pablo respecto a la predicación del Evangelio, es decir, probablemente judeocristianos, cuya interpretación y proclamación de Jesús incluye la necesidad de seguir observando la ley de Moisés, y por tanto de circuncidarse. Este bloque que presenta un claro comienzo y un claro final.


Esta carta debe ser de cualquier modo posterior a la segunda, porque en esta tercera y última los adversarios, mencionados muy vagamente en 1,28 (segunda carta) son descritos y refutados con mayor precisión y contundencia. Hubo de pasar tiempo para que le llegaran a Pablo noticias del peligro que para su idea de Jesús representaban estos predicadores judaizantes.


Esta hipótesis de tres cartas parece que resuelve bastante bien los problemas de orden lógico de Filipenses. Pero su talón de Aquiles radica en encontrar una razón convincente por qué un redactor hizo de estas tres presuntas misivas (cada una de ellas muy comprensible en sí misma) un conjunto caprichoso, una carta artificial que presenta las dificultades de comprensión en el orden de sus ideas que hemos expuesto más arriba.

Para ello, ese presunto personaje tuvo que cortar comienzos y finales (al menos en parte) de las cartas originales y hacer uniones caprichosas, mezclando los fragmentos sin aparente orden ni concierto. Éste es el motivo por el que generalmente se comenta Filipenses de un modo seguido y se acepta la idea de la unidad de la carta... y se piensa que fue escrita "a trompicones", a trozos, con cierto espacio temporal entre las secciones diversas..

A pesar de la dificultad de aceptar que existió un redactor tardío, quizá aumente un tanto nuestra comprensión de la carta con la división en tres misivas distintas y haya merecido la pena.

Seguiremos con las últimas cuestiones.

Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www. antoniopinero.com

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En el otro blog, "El blog de Antonio Piñero", el tema de hoy es

"El gran Juicio final (y II)".

Para llegar a esta comunicación, si a alguien le interesare: pinchar en el enlace que se halla en la página presente, abajo en la derecha.

Saludos de nuevo.



Viernes, 15 de Mayo 2009


Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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