CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero
Un judío marginal. La autenticidad de las parábolas de Jesús a examen (III) (950)
Escribe Antonio Piñero
 
 
Seguimos comentando el vol. V de la magna obra de John Paul Meier “Un judío marginal. Nueva visión del Jesús histórico”, vol. V. Voy a detenerme en el cap. 38. Dilucidación si el Evangelio de Tomás gnóstico es una fuente independiente de los Sinópticos o no.
 
 
Como hemos dicho muchas veces, el argumento de la “múltiple atestiguación” (es decir, el que un dicho / parábola de Jesús, por ejemplo, esté documentado en varias fuentes independientes, o dentro de una misma fuente, en  géneros literarios verdaderamente independientes) es crucial para plantear seriamente la cuestión de la credibilidad histórica de las parábolas jesuánicas. Por ello, dijimos también que era importante aquilatar si el Evangelio de Tomás gnóstico es de verdad una fuente independiente de los evangelios sinópticos o no. Está mucho en juego. Y en esta ocasión ocurre que el interés de Meier sería teóricamente poder afirmar que el Evangelio de Tomás es independiente, ya que en muchos casos se tendría atestiguación múltiple para diversas parábolas jesuánicas.  Por tanto, cuando Meier –investigador católico– pone todo sus esfuerzo un rechazar un argumento que se le ofrece en bandeja para su interés como creyente (a saber el número de parábolas que  pueden atribuirse históricamente a Jesús si se cuenta con el Evangelio de Tomás gnóstico [EvTom] como fuente independiente), es claro que obra con una sinceridad científica plena y absolutamente encomiable. No transige con trampas metodológicas.
 
El sistema que emplea para investigar el caso es el comparativo usual dentro de la filología. Primero estudiar el conjunto del EvTom allí donde haya paralelos con los Evangelios canónicos. Aquí se encuentra con la dificultad de que casi necesitaría un libro entero para desarrollar las pruebas minuciosas si se estudian todos los casos. Por ello, en esta primera parte solo, escoge una serie de textos muestra y acepta que luego se hace una inducción, extrapolando los resultados a todos los casos.
 
 
En primer lugar, Meier examina algunos fragmentos griegos del EvTom que se encontraron en Oxirrinco (probablemente del siglo II, mientras que la versión copta es del siglo IV). Al estar en esa lengua (la original del EvTom) se compara muy fácilmente con los Sinópticos. Elegimos como ejemplo el pasaje  múltiple siguiente:
 
 
· Mt 13,57: “No hay profeta sin honra sino en [su] pueblo”
 
 · Mc 6,4: “No hay profeta sin honra sino en su pueblo”
 
· Lc 4,24: “Ningún profeta es bien acogido en su pueblo”
 
· Jn 4,44: “Un profeta en su pueblo no tiene honra”
 
 
· EvTom 31: “No hay profeta sin honra sino en su casa”
 
Primero compara Meier entre sí los textos canónicos. Y observa que Mt copia de Marcos, porque son prácticamente iguales, y porque Mateo utiliza también el vocablo “sin honra”, griego átimos, que  es muy raro en el Nuevo Testamento.
 
Lucas modifica a Marcos, porque no emplea la expresión “no hay… / sino”, y la suple con un único vocablo “ninguno”. Tampoco utiliza Lucas átimos porque no le debía parecer bien (jamás lo emplea en su doble obra). Emplea, por el contrario, el griego dektós, “bien acogido”, que también es raro en el Nuevo Testamento y no aparece nunca en los cuatro evangelios canónicos (más que aquí; Lucas utiliza también dektós en 4,19, que es una mera variante del breve relato de Marcos. Por tanto, se puede concluir que  este adjetivo es privativo de Lucas; es, pues, propio de su redacción  (“redaccional”).
 
 
En Jn 4,44 el autor del Cuarto Evangelio  pone en primer lugar el vocablo “profeta”; luego no dice, como Marcos “no hay profeta”, sino un “profeta no tiene”, y coloca el sintagma “en su pueblo” no al final, sino en medio de la oración. Meier piensa en líneas generales que es posible que Juan sea independiente de Marcos, Mateo y de Lucas (esta teoría es muy discutible; pero ahora no viene al caso en sí misma), por lo que refleja otra posible línea de tradición oral.
 
 
De esa comparación se deduce que tanto la versión de Mateo como la de Lucas proceden de la de Marcos, a la que siguen. Y Lucas se caracteriza ante todo por cambiar átimos por dektós, lo cual es un rasgo peculiar y privativo suyo, como hemos indicado
 
 
Una vez hecha estas deducciones, Meier compara el EvTom con esos tres primeros evangelios, ya que Juan va por libre, según su opinión. Y deduce lo siguiente:
 
 
Entre las posibles líneas de tradición oral, el EvTom escoge la de Marcos al que sigue casi al pie de la  letra: el texto griego es casi idéntico. Las diferencias entre el EvTom y Marcos coinciden con las diferencias entre Lucas y Marcos: a) el EvTom utiliza una oración simple con una sola partícula negativa; b) sólo el EvTom y Lucas entre las cinco versiones del dicho comparten el vocablo dektós, privativo del segundo.  
 
 
Conclusión: es altamente probable que el EvTom, escrito unos 75 años más tarde que el Evangelio de Marcos, y unos 60 después del de Lucas, dependa esencialmente de Marcos pero mezclándolo con Lucas. Y añade Meier que se observa cómo en otros casos el EvTom procede de la misma manera. Utiliza todos los sinópticos y se desvía de Marcos utilizando a Lucas.
 
 
Y así sigue Meier analizando minuciosamente otros ocho pasajes significativos más. La deducción general es: el EvTom no constituye una fuente independiente de los Sinópticos, sino que depende de ellos.
 
 
Luego, en la segunda parte del capítulo, estudia nuestro autor los paralelos del EvTom con las parábolas de la tradición sinóptica. Son las parábolas siguientes:
 
 
· Grano de mostaza (Mc 4,30-32 // Mt 13,31-32 // Lc 13, 18-19 y el EvTom 20);
 
· Viñadores perversos (Mc 12.1-11 // Mt 21,33-43 // Lc 20,9-18 y EvTom 65-66);
 
· Trigo y la cizaña (Mt 13,24-30 y EvTom 57)
 
· El rico insensato (Lc 12,13-15 + 16-21 y EvTom 72 + 63).
 
 
En la elección de las parábolas a examinar y sus paralelos en el EvTom,  Meier ha tenido en cuenta la mayor variedad posible de géneros literarios y contenidos, y que cada presunta fuente del EvTom pueda estar representada en el análisis: una parábola marcana copiada por Mateo y Lucas; un caso de la Fuente Q; otro caso de solapamiento de Q con material de Marcos;  y otro perteneciente al material exclusivo de Lucas (L).
 
La técnica de análisis sigue siendo la comparación y escrutinio filológico usual, con todo detalle, para observar parecidos, diferencias, orden de palabras, vocabulario elegido, técnicas literarias de introducción de las parábolas en sí, y cualquier cosa que pueda llamar la atención y pueda ser significativa.
 
 
La conclusión obtenida por Meier  es que hay muchísimas señales de dependencia del EvTom del material sinóptico, aunque la naturaleza de la dependencia varía de un dicho parabólico a otro. Se percibe en el autor del EvTom exhibe la tenencia a combinar textos  evangélicos, muy propia del siglo II –manifestada igualmente en otras obras cristianas de esta época como la Didaché, Policarpo de Esmirna y Justino Mártir– y muy explicable ya que todavía no hay un canon fijo de Escrituras cristianas y los textos no tienen aún un carácter de intocable. Y al combinarlos, el autor del EvTom muestra igualmente la tendencia a abreviarlos y tomar de ellos lo esencial. Por consiguiente, el que los relatos del EvTom sean más breves no quiere decir que sean más antiguos. Y para colmo, se repite también el hecho de que rasgos redaccionales de Lucas ¡¡se encuentran en el EvTom!! Luego ha tenido que tenerlo ante sus ojos.
 
 
Por ello se llega a esta concusión: no se puede sostener con honestidad y seguridad que todo el material del EvTom sea anterior a los Sinópticos. Y segundo, si se supone que algún dicho, o parábola concreta, es anterior hay que demostrarlo caso por caso, no presuponerlo. En algunas ocasiones se puede llegar al juicio dubitativo de que “No está claro” (en latín, Non liquet), pero nada más.
 
 
En síntesis, no se puede utilizar el EvTom como material independiente con fines de autenticidad y antigüedad, fines que responden muchas veces a un programa previo teológico. Hay que contentarse con este resultado negativo. El Evangelio de Tomas es muy probablemente dependiente de los evangelios canónicos. El investigador honesto ha de aceptar que se queda sin una presunta herramienta para montar un argumento de intensidad por medio del criterio de  “atestiguación múltiple”, y aumentar así considerablemente el número de parábolas atribuibles al Jesús histórico. No es posible.
 
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero
 
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Viernes, 22 de Diciembre 2017
La autenticidad de las parábolas de Jesús a examen  Vol. V de "Un judío marginal" (II) (949)
Escribe Antonio Piñero
 
 
Escribía en la postal anterior que quería examinar las tesis básicas sobre las que se fundamenta el libro de J. P. Meier, “Un judío marginal. Una nueva visión del Jesús histórico"”, volumen dedicado al estudio de las parábolas de Jesús solo desde el punto de vista de la autenticidad. Esta última frase es importante. El lector que vaya buscando una explicación, o aclaración, al tipo de un “Comentario”, de las parábolas de Jesús se habría equivocado de libro. El autor afirma que sobre ello se ha escrito tanto y tan bien que él no puede añadir nada que pudiera ser novedoso.  Humilde es Meier y probablemente diría algo nuevo. Pero no es ese su interés. Sin embargo, sí puede decir de cierto algo nuevo desde el punto de vista del método empleado para resolver la cuestión de  la historicidad de la Parábolas.
 
 
La Tesis Nº 1 dice así: “Que los eruditos discrepen entre sí amplia y firmemente sobre cuántas parábolas de Jesús hay en los evangelios sinópticos revela un hecho embarazoso: en general ni siquiera se ponen de acuerdo respecto a qué constituye una parábola de Jesús”.
 
 
Mi comentario: Como es la constatación de un hecho evidente no hay apenas nada que decir. Solo observar lo siguiente: dado que, sin duda alguna, las parábolas de Jesús constituyen una continuación del género literario de lo que en la Biblia hebrea se llama el “mashal”, y como este tiene unas formas tan variadas, no es extraño que en Jesús se dé el mismo fenómeno: sus parábolas no son reducibles a un modelo único. En la Biblia hebrea un mashal lo mismo es un proverbio, una comparación, un aforismo, una semejanza, un dicho de sabiduría, e incluso una canción irónica o burlesca. Lo mismo pasa con las  parábolas de Jesús.
 
 
En la tesis Nº 2 comienza lo sorprendente: “El mashal sapiencial (es decir lo que encontramos en los escritos “sapienciales” de la Biblia hebrea como Proverbios, Salmos, Eclesiástico) no es el principal paralelo a las parábolas de Jesús”. Por el contrario –y dado que las parábolas de Jesús son narrativas–, “los paralelos de verdad se hallan en los libros históricos de Samuel-Reyes y en las narraciones de los profetas”.  Como ejemplo, pone Meier el apólogo de Jotán de Jueces 9,8-15; el relato de ficción que la mujer de Tecoa cuenta al rey David en 2 Samuel 14,5-8 y, sobre, todo el relato de Natán a David (2 Sam 12,1-12) por medio del cual hace visible ante los ojos del monarca el gran pecado cometido por éste al ordenar la muerte del marido de Betsabé y quedarse luego con su esposa.
 
 
Mi comentario: esta tesis me parece totalmente cierta. Ruego al lector que lea los textos señalados y observará que se parecen mucho a las parábolas narrativas de Jesús.
 
 
La Tesis 3ª reza: “En los «profetas posteriores» (como suelen decir los judíos), o «profetas escritores» es donde se encuentran los mejores ejemplos del relato breve comparativo (como las parábolas de Jesús) utilizado por los profetas para argumentar sobre los acontecimientos esenciales de la historia se Israel”. Además, estos relatos son denominados por la Biblia hebrea “mashal”. Ejemplos: la alegoría de la Viña de Is 5,1-7; o la similitud del “Leño de la vid” de Ezequiel 15,1-8; o la alegoría de la Olla de Ez 24,1-4.
 
 
Mi comentario: Totalmente cierto también y queda uno convencido si se leen esos pasajes. Me parece del todo justificado que Meier sitúe a Jesús precisamente como continuador de esta tradición profética. Creo que es también cierto que si hay algún rasgo que puede caracterizar todo el ministerio público de Jesús (y no solo su final, como el «mesianismo» o la «pretensión regia», manifestada por Jesús quizás al impulso de sus seguidores más entusiastas: Lc 19,38) es el de profeta.
 
 
Jesús se creyó el profeta final de Israel, puesto que detrás de él vendría la instauración del reino de Dios (Jesús descrito como profeta se halla en pasajes como Mc 6,4.15; Lc 7,16.39; 13,34; 24,17-19; Hch 33-23 y la alusión a Dt 18,13-15). Pienso que no es una hipótesis descabellada –puesto que Jesús se consideraba a la altura de Jeremías, Ezequiel o Isaías– que la expresión aramea “bar nashá” = “hijo de hombre”, que Jesús utilizaba a menudo para designarse a sí mismo, y que es relativamente rara en arameo, sea un calco voluntario por parte de Jesús de la expresión “ben adam” = hijo de hombre”, que aparece frecuentísimamente en Ezequiel. Al pasar al griego, y por necesidades internas de la lengua, la expresión se tradujo como Hijo del Hombre y solo después –y en algunos pasajes– se le añadió un contenido estrictamente mesiánico.
 
 
Tesis 4º: “El Jesús comunicador por parábolas no se inserta en la tradición sapiencial de Israel sino en la tradición profética”.
 
 
Mi comentario: esta tesis, como señala Meier mismo, no es más que una consecuencia de la anterior.  Pero tiene una importancia enorme, ya que hace unos años, a finales de los 90 del siglo pasado, estuvo de cierta moda la presentación de Jesús como un predicador puramente “sapiencial”, como un mero maestro de sabiduría, un Jesús en nada escatológico ni apocalíptico, más parecido a un predicador de la escuela cínica de la filosofía griega, como Diógenes, el cínico, que a cualquier profeta de Israel.
 
Opino que esta tesis –promovida sobre todo por el “Jesus Seminar” californiano, con Jean Dominic Crossan a la cabeza (con su “Historia de Jesús, un campesino judío”, cito de memoria; F. G. Downing;  Burton L. Mack, y otros de menor importancia)– del Jesús sapiencial y cínico, ha quedado ya totalmente desacreditada, y tildada de sesgada y unilateral.
 
 
Igualmente la insistencia en el Jesús sapiencial de un reino de Dios nada judío, sino interior, íntimo, etc., queda también fuera de juego cuando se extraen las consecuencias de la tesis 4ª de Meier, desarrollada a lo largo del libro. Esa tesis se basaba en gran parte en la idea de que  el Evangelio de Tomas gnóstico era una  fuente independiente de los dichos de Jesús recogiso en los evangelio sinópticos  y anterior a ellos, tesis defendida por Helmut Koester, James M. Robinson, Elaine Pagls, Karen King y otros menos famosos.
 
 
Opino igualmente que el salto de Jesús como profeta escatológico a mesías de Israel, al menos al final de su vida fue relativamente fácil de dar –por parte de Jesús o de sus discípulos– a partir de una consideración del pasaje del Deuteronomio citado arriba: 18,15, “Yahvé tu Dios suscitará, de en medio de ti, entre tus hermanos, un profeta como yo, a quien escucharéis”, en donde habla Moisés anunciando al mesías futuro que es también un profeta.
 
 
Tesis 5ª: “Cualquier intento de definir detalladamente las parábolas de Jesús a base de componer una lista de características supuestamente esenciales está condenado al fracaso”.
 
 
En este caso, el comentario a Lucas tesis lo hace el propio Meier, quien critica como inexactas las afirmaciones generales siguientes: A. “Las parábolas de Jesús se basan en sucesos de la vida cotidiana campesina de Israel o en los ciclos de la naturaleza”.  B. “Las parábolas de Jesús son siempre relatos ficticios”. C. “Las parábolas de Jesús son siempre relatos subversivos; exponen historias desconcertantes que se resisten a una interpretación fácil”. Meier argumenta que quienes defienden etas tesis no tienen en cuenta el conjunto de dichos parabólicos jesuánicos, y fuerzan el sentido de muchas parábolas.
 
 
Tesis 6ª: “La afirmación de que las parábolas de Jesús en el Evangelio gnóstico de Tomás copto representan una tradición independiente, realmente anterior y más fiable que las parábolas del Jesús sinóptico es muy discutible”.
 
 
Mi comentario: me alegra muchísimo que un capítulo entero del libro que comentamos esté dedicado exclusivamente a este tema. Desde hace muchos años he defendido la misma tesis que Meier, y no creo que Francisco García Bazán y José Montserrat, los coeditores conmigo de la edición de la “Biblioteca copta de Nag Hammadi” en español (Trotta), estén en absoluto en contra. En el capítulo 38 del presente libro Meier hace –en primer lugar– unas observaciones generales sobre el Evangelio de Tomás gnóstico y los Sinópticos, es decir, notas de tono general y abarcante, y luego hace un doble estudio: a) Comparación de dichos de Jesús no parabólicos, sino generales con el material del Evangelio de Tomás; y b). Comparación de los paralelos entre el Evangelio de Tomás y el material sinóptico exclusivamente en las parábolas.
 
 
Examinaré más adelante el método comparativo de Meier, pero adelanto su conclusión: tanto en los dichos en general como en el material parabólico, y tras un análisis muy detenido, “Se perciben señales bastante probables de algún tipo de dependencia del Evangelio de Tomás de los Sinópticos”. El Evangelio de Tomás es importante en lo referente a la recepción de los Evangelios Sinópticos a mediados del siglo II, lo cual es sin duda importantísimo. Pero parece que al autor del Evangelio de Tomás tiende a utilizar pasajes combinados de los Evangelios, y muestra igualmente la tendencia a primar a Lucas sobre los otros dos, pues se notan en él expresiones lucanas incluso de pasajes puramente redaccionales, es decir, no de material antiguo, sino propio del evangelista. Y afirma contundentemente Meier: “Aún no he podido encontrar ni un solo comentarista que haya probado convincentemente que un determinado logion tomasino con un paralelo sinóptico sea realmente independiente de la tradición sinóptica” (p. 180). ¡Afirmación rotunda!
 
 
 Y la última tesis, la 7ª, del libro de Meier reza así: “Muy pocas parábolas jesuánicas de los evangelios sinópticos pueden atribuirse al Jesús histórico con un buen grado de probabilidad de acierto”.
 
Mi comentario: en verdad, aparentemente decepcionante o entristecedor para muchos. Pero Meier ha llevado a cabo un análisis riguroso, lento, desapasionado, minucioso, difícil de rebatir, que le lleva a la conclusión de que las tres primeras parábolas (Cizaña: Mt 13,25ss; El gran banquete: Mt 22,2ss; Los talentos/minas: Mt 25,3ss / Lc 19,13ss) pueden ser defendidas como auténticas por el criterio de múltiple atestiguación; y la última, Los viñadores homicidas (Mc 12,1-8), solo por el criterio de dificultad y quizás por el de discontinuidad.
 
 
Pero se debe insistir, con Meier mismo, en que esta cosecha, aparentemente escasa, no significa negar que “Jesús habló muchas veces en parábolas”; ni que “Probablemente las repitió en múltiples ocasiones y que de ahí surgieron cierta variantes en la tradición”; ni que lo único que no se pude saber con cierta exactitud es “Si Jesús pronunció tal o cual parábola”; ni que, salvo algunas parábolas concretas, que parecen ciertamente composiciones de la Iglesia primitiva, o en varios casos obra del propio evangelista (como en Lucas el “Buen samaritano” o “El hijo pródigo”), hay bastantes otras sobre las que solo se puede decir “No queda claro, no es posible probar que Jesús dijera esta o esta otra parábola”, pero no se puede negar que quizás sea auténtica”.
 
 
Por tanto, la conclusión no es tan dramática como parece a primera vista.
 
Seguiremos un poco más con el comentario a esta importante obra de J. P. Meier.
 
 
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero

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Miércoles, 20 de Diciembre 2017
La autenticidad de las parábolas de Jesús a examen (I) (948)
Escribe Antonio Piñero
 
 El título de esta postal corresponde al volumen V de la magna obra de John Paul Meier, Un judío marginal. Nueva visión del Jesús histórico, que vio la luz hace pocos meses en la editorial Verbo Divino, Estella, 2017, 462 pp. Tela, 24 x 16 cms. ISBN: 978-84-9073-309-7. El libro tiene abundante bibliografía sobre las parábolas, y mucha discusión sobre autores antiguos y modernos en el notable número de notas  que acompaña cada capítulo, al final. Hay mapas de Israel y Galilea en tiempos de Jesús; Tabla sinóptica de la familia de Herodes el Grande; Año de reinado de los emperadores romanos; Índice de la Escritura y otros autores antiguos; Índice de autores modernos, y un generoso (pp. 441-463) Índice de materias, que es muy de agradecer.
 
 
Respecto a la bibliografía diría que más del 99%  está en inglés. Da la impresión que lo que no se escribe en esa lengua no existe. Ni siquiera en alemán, lengua en la que el autor no cita más de tres obras con asiduidad. Y otra nota sobre la disposición de la bibliografía, aparece al final pro bloques y décadas, es molestísimo, engorroso diría, encontrar la cita exacta de un libro. La traducción, como es usual, es de Serafín Fernández Martínez y me ha parecido muy buena en líneas generales. Diría que ha afinado mucho con la práctica de traducir a Meier y cada vez lo hace mejor.
 
 
Buscando por el índice de mi Blog, el lector verá enseguida que ya he comentado otros volúmenes de esta obra monumental (El ISBN de la obra completa es 978-84-8169-204-4), y algunas de sus tesis como una cierta singularidad de Jesús (del 07 febrero hasta 9 de marzo del 2012) y un comentario al volumen IV de la obra, ”Un judío marginal” el 8 y 9 de junio del 2010 y el 30 de noviembre del 2015. He leído con sumo interés toda la obra porque creo que marca un antes y un después en la investigación seria del Nuevo Testamento.  Y este volumen V no defrauda en absoluto. Adelanto ya aquí mi visión de conjunto: la investigación de las parábolas de Jesús como medio preferente para acceder al Jesús histórico es cuestionado serísimamente por Meier y con razones irrefutables para aquel que cree que los criterios para acceder al Jesús histórico son herramientas definitivamente adquiridas por la ciencia histórica.
 
 
Y para aquel que no lo crea (que piense que están “superados”; o que no hay que fiarse mucho de ellos” o que  existen otros igual de válidos, pero diferentes”) encuentran en esta obra a lo largo de la discusión de cada uno de los textos la rectificación conveniente. Creo que la discusión sobre los criterios es impecable por parte de Meier porque tiene en cuenta todas las dificultades que se han acumulado contra ellos en estos últimos años. Meier es muy crítico con el criterio de “verosimilitud histórica”, propugnado por Gerd Theissen, porque le parece subjetivo, demasiado amplio, poco aplicable con rigor, y porque cuando se aplican se vuélvela mente del investigador aun sin querer a los criterios tradicionales, sobre todo de dificultad, atestiguación múltiple y coherencia… Entonces ¿para qué inventar nueva terminología que en realidad ayuda bien poco?
 
 
Meier acepta más o menos el criterio de los “patrones de recurrencia”, puesto en circulación por Dale C. Allison  (Constructing Jesus: Memory, Imagination, and History: Baker Academic, Grand Rapids 2013) y propalado en España por F. Bermejo en sus análisis sobre el “Jesús sedicioso” a los ojos del Imperio romano”, que hemos comentado largamente en este Blog. Pero  con toda razón argumenta Meier en contra lo siguiente: afirman sus propulsores que para que ese criterio de patrones de recurrencia sea  árido no es necesario que puedan probarse todos y cada uno de los textos/prueba que se aportan en la argumentación. Basta con el armazón y solidez del conjunto  del conjunto.
 
 
Replica Meier: tiene poca lógica que se mantenga esta idea, porque tanto Allison (como Bermejo, al que no cita ya que no traga estrictamente de la Parábolas) aceptan que dentro de la investigación se ha planteado la no validez para acceder al Jesús histórico de cada uno de los elementos que contiene el patrón o de casi todos (por ejemplo, en el susodicho patrón, es difícil negar que sea histórica la muerte en cruz y el títulus crucis). Y si todos, o casi todos, los elementos del patrón son discutidos...., ¿cómo el conjunto de puede sostenerse como argumento válido para probar la historicidad? Si los elementos o eslabones de la cadena son débiles, no vale el conjunto de la cadena. Hay que  buscar otro sistema. Y Meier aboga por volar a los criterios “tradicionales” archiprobados en su eficacia por la investigación.
 
 
 
Por tanto, como soy de los que estiman –al igual que Meier– que no hay mejor herramienta heurística que esos criterios  (los principales son 1. Dificultad; 2. Discontinuidad. 3 Atestiguación Múltiple; 4. Coherencia; 5. Criterio de) y que el uso parsimoniosos de otros criterios secundarios (facilidad de retroversión al arameo) puede ayudar aunque no sea absolutamente básicos, pienso que esta volumen sobre las Parábolas de Jesús marca un antes y un después en la historia de la investigación. Así que enhorabuena a J. P. Meier, aunque en algunos puntos concretos puedo discrepar de él, como es natural.
 
 
Resulta que hasta la aparición de las siete tesis de Meier al principio del libro que comentamos (ampliada a quince en la Conclusión), toda la investigación ha seguidos las huellas de tres investigadores principales, ya difuntos y dos modernos. Paso a enumerarlos y luego transcribo la central de Meier en el presente volumen. Son los siguientes
 
 
1. Adolf Jülicher, Die Gleichnisfreden Jesu (2 vols.) Mohr-Siebeck, Tubinga 1910;edición definitiva de Darmstad (Wissenschaftliche Buchgesellschaft de 1963 en un solo volumen);
 
2. C. H. Dodd, The Parables of the Kingdom, Scribner’s, Nueva York 1936;
 
3. Joachim Jeremias,  Las Parábolas de Jesús, Verbo Divino, Estella, 2006
 
4. Y entre los modernos dos obras (que también para Meier) son básicas: Arland Hultgren  (The Parables of Jesus. A Commentary, Eerdmans, Grand Rrapids, Michigan 2000 ) y Klyne Snodgrass (Stories with Intent: A Comprehensive Guide to the Parables of Jesus, Eerdmans, Grand Rrapids, Michigan 2008).
 
 
 
Ahora bien, todos estos investigadores –que han determinado la investigación actual sobre las Parábolas– coinciden ampliamente en que no hay medio más seguro para acceder al Jesús histórico que entender bien sus parábolas, similitudes, comparaciones o metáforas. Pero resulta que tal afirmación no es verdad, ni mucho menos, según Meier. La tesis es exactamente la contraria: si queremos ser serios, tenemos que convenir que de las aproximadamente treinta y tantas parábolas de Jesús (ni siquiera sabemos con exactitud cuál es su número ya que hay muchas dudas sobre si algunas comparaciones o símiles breves son o no verdaderas parábolas) solo cuatro proceden con toda seguridad del Jesús histórico (La cizaña; El gran banquete; Los talentos/minas y Los viñadores homicidas, que concluye en Mc 12,8). Luego la conclusión parece evidente: para acceder al pensamiento de Jesús –ético; legal profético apocalíptico, etc.) hay que buscar otras vías… ¡Las Parábolas no valen! Esta tesis es revolucionaria.
 
 
 
Seguiré el próximo día enumerando las siete tesis básicas que enuncia Meier al principio de su libro y haré un breve comentario.
 
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero
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Lunes, 18 de Diciembre 2017
“El Jesús que yo conozco”. Temas tratados sobre Jesús de Nazaret  (y III) (947)
Escribe Antonio Piñero
 
 
Termino hoy la presentación de mi libro “El Jesús que yo conozco” en el que trato todos los temas sobre los que me ha preguntado, muy sabiamente, Javier Ruiz de la Presa, desde México, del modo que los veo hoy día. En realidad, desde 1993 –y a pesar de lo que afirmen algunos críticos– mi pensamiento básico sobre Jesús, el encuadre de su figura y misión, la  trascendencia tremendamente política de su predicación del reino de Dios y su venida inmediata sobre la tierra de Israel no ha cambiado sustancialmente en  nada. Y si no se cree,  basta leer lo que escribía sobre el “evangelio” de Jesús en la obra comunal “Fuentes  del cristianismo. Tradiciones primitivas sobre Jesús”, que edité ese año en “El Almendro” de Córdoba y las consecuencias políticas de su proclamación. Después sólo hay ulteriores desarrollos, potenciación y matizaciones, o insistencia en aspectos poco vistos o poco tratados y poco admitidos, como el Jesús sedicioso dese el punto de vista de Roma.
 
Pues bien, como las preguntas del libro tratan sobre todo de Jesús, aquí va el índice de los temas que abordo (los dígitos entre paréntesis indican la numeración de las preguntas):
 
Jesús de Nazaret: su  autoconciencia (5);
 
             carismático (5);
             -  ¿casado? (3);
            - imprudente (33);
             - celestial (20);
            - taumaturgo (49.50);
            - Jesús y su recio temperamento (31);
             - duración vida pública (58);
             - Jesús enviado del Padre (5) ;
             - Jesús esenio (4) ;
             - Jesús fariseo (4) ;
             -  Jesús idealista (2) ;
            -  Jesús iletrado (1) ;
            -  Jesús judío practicante (62) ;
            -  Jesús falto de mansedumbre y de humidad (32);
             - ¿fundó Jesús una iglesia? (24);
             -  ¿abolió ritos judíos? (62);
             - ¿cómo concebía  la salvación del ser humano? (27);
             - ¿cuál y cómo es el Dios de ? (26);
             -  ¿fundador de un culto o religión nueva? (22);
             - Jesús fiel al libro sagrado judío o Biblia hebrea (62);
             -  Hijo de Dios (8.37.62.63);
             - Hijo del Hombre (6.7.40.42.80);
- Jesús histórico ausente en la teología de Pablo (30);
            - mesías (5.6.41.43.59);
            - mesías – rey (59);
            -  profeta (5. 38);
            - Jesús como Verbo de Dios (40);
            - Jesús como hijo de David (59);
            - milagros simbólicos (50);
            - resurrección (10;  11);
            - resurrección e historia (71) ;
            -  Jesús sedicioso (36.47);
            - Jesús y la Trinidad (8.37.38);
            -  Última Cena (12.22.23) ;
            -  Jesús y Apolonio de Tiana (28) ;
            - Jesús y el Concilio de Nicea (38);
             - Jesús y el amor al prójimo (56.57);
              - Jesús y el sentido de su muerte: ¿fue a Jerusalén para morir (59.89)? ;
            -  Jesús y la escatología (20) ;
            -  Jesús y su ética en general (52);
             - y la ética interina, ¿no es universal? (52.53);
            -  su ética, ¿base de una ética mundial? (54);
            - y el Evangelio de Juan (38) ;
            -  Jesús y Hércules (40) ;
            - y la amistad (57) ;
            -  Jesús y la Ley: ¿interpretada por él de modo peculiar? (64);
             - Jesús y la purificación del Templo (33);
              - Jesús y la restauración de Israel (56) ;
            -  Jesús y la violencia (34) ;
            -  Jesús y los celotas en Lc 22,36 (35) ;
            -  Jesús y la resistencia pacífica (36);
            -  Jesús pacifista (43);
             - Jesús y su aura de misterio (51);
             - Jesús  y su firmeza de convicciones (55);
            -  Jesús y su madre (46);
            -  Jesús y su parusía (42);
             -  Jesús y la teología confesional (19);
            - Jesús histórico y evangelios apócrifos (89);
             - Jesús y la ley de Moisés (63.64);
              - Jesús reformador de la ley judía? (64);
            -  Jesús y la “nueva alianza” (66);
             -  Jesús y las antítesis Sermón de la Montaña (63);
             Jesús histórico y  el Jesús resucitado (71);
             Jesús: el sentido de su muerte (59);  ¿consideró Jesús su muerte como salvadora? (89)
 
Juan Bautista: y Jesús (3.4. 5. 6.33.43.46.52.55.56.58)
 
Y con esto concluyo mi presentación. El libro puede ser un tanto raro. Porque a modo de Epílogo hay un número suficiente de páginas que responden a preguntas de tipo personal como la formación que tuve, intereses, aficiones, etc.
 
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero
 
http://adaliz-ediciones.com/home/36-el-jesus-que-yo-conozco.html 
Miércoles, 13 de Diciembre 2017
“El Jesús que yo conozco”. Contenido y otras cosas (946)
  Escribe Antonio Piñero
 
 
 
Me ha escrito un lector, vía correo electrónico, diciendo que no se ha enterado bien del contenido del libro que presenté en la anteúltima postal, libro que me acaba de publicar la editorial Adaliz, de Sevilla.

http://adaliz-ediciones.com/home/36-el-jesus-que-yo-conozco.html 

Ocurre que no pude  indicarlo, porque las preguntas que me había formulado Javier Ruiz de la Presa desde México, son muchas, y algunas más bien larguitas,  con lo cual ocupan demasiadas páginas. Así que lo que voy a hacer es presentar parte del “Índice analítico de materias” –que está al final del libro– que indica bien de qué va esta obra Ciertamente no es de solo Jesús de Nazaret, sino también del cristianismo primitivo, y al final, de los Apócrifos tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento. Ahí va, pues, bien entendido que los números entre paréntesis que aparecen en este índice se refieren a la numeración de las preguntas:
 
 
Apócrifos del Antiguo Testamento: (74-80);  fecha, lugar de composición (76); importancia para los orígenes del cristianismo (80); cosmovisión de los Apócrifos (78); fecha de composición (79); importancia de estos apócrifos para entender el pensamiento de Jesús  (80); teología y temas principales de los Apócrifos del Antiguo Testamento (77)
 
 
 
Apócrifos del Nuevo Testamento: (81-87); su importancia e influencia en el pensamiento cristiano (87); Apócrifos del Nuevo Testamento y el Vaticano (81); fechas diversas de composición (84);-  panorama de conjunto de estos apócrifos: obras y géneros literarios (82); sus orígenes o impulsos para componerlos (83); Apócrifos del Nuevo Testamento y formación del canon de del Nuevo Testamento (85)
 
 
Apolonio de Tiana y Jesús: (28)
Apóstoles: ¿es fiable históricamente su vida posterior a la muerte de Jesús? (70); - y la fundación de la iglesia (24)
 
 
Canon del Nuevo Testamento: formación de esta lista (85); criterios de selección (86)
Celotas: y Jesús en Lc 22,36 (35)
Concilio de Nicea: (38. 67.68)
Contradicciones: entre los evangelios (69)
Cristianismo: ¿corrompido por el helenismo? (67); evolución en el futuro (60)
 
 
 
Dichos de Jesús: y la actividad de los profetas cristianos (72)
Divinización: de Jesús  y culto a los héroes (40)
Dogmas: convertidos en símbolos con el paso del tiempo (60)
 
 
Evangelio de Juan: (68); - y Jesús histórico (38); su fiabilidad histórica (69); Evangelio de Juan 1,1 y la identidad de Jesús como Verbo (40)
Evangelios canónicos: ¿son mero “constructos” artificiales de los evangelistas? (19)
Evangelistas: (11.19); - sus autores son anónimos (29)- y la resurrección de Jesús (11); - y su credibilidad histórica (29);
Evolución: previsible del cristianismo (60)
 
 
 
Fe cristiana:  y el espíritu de nuestro tiempo. ¿Parece posible tener fe hoy? (16)
Fariseísmo en su doble vertiente en el siglo I (las escuelas de Samai y Hillel) la Ley y Jesús (64)
 
 
Gran Iglesia: es paulina (48)
Grupo Johánico: ¿hubo realmente un grupo en torno al autor del Apocalipsis en Patmos con una teología propia? (68)
 
 
 
Hechos apócrifos de los apóstoles: su fiabilidad histórica (70); Hechos apócrifos de Juan (68)
Helenismo: ¿es una corrupción del cristianismo? (67)
Hércules: y Jesús (40)
Herencia cultural griega: y escepticismo de los investigadores acerca de la judeidad del cristianismo  (14)
Héroes: y divinización de Jesús (40)
 
 
Iglesia: ¿Hubo realmente una iglesia  petrina? O ¿fue la granIg fundamentalmente paulina? (48)
 
Juan Bautista: y Jesús (3.4. 5. 6.33.43.46.52.55.56.58)
Judeocristianismo: y Santiago (65)
 
 
Liberación: teología de la (60)
 
 
María: y su hijo Jesús como fuente posible de la infancia de Jesús (46)
Mateo: 10,34 (“No penséis que he venido a traer paz sobre la tierra…”) y su interpretación simbólica (34)
Mujeres: causa o detonante de la creencia colectiva en el Jesús resucitado (10)
 
 
 
Pedro: sus múltiples defectos (48);- su teología (48); - y el judeocristianismo (65); - y la Gran Iglesia petrina (48); primacía de Pedro, ¿puede defenderse? (25)
Protestantismo: y protocatolicismo (67)
Protocatolicismo: (67)
Providencia: divina (17)
 
 
 
Restauración de Israel: y Jesús (56)
Resurrección: creencia en ella y entorno cultural (28)
Revelación: y ser humano (21)
Ritos: judíos abolidos por los sucesores de Pablo (62)
 
 
 
Salvación: del ser humano y Jesús (27)
Santiago: y el judeocristianismo (65); cómo entendía a Jesús su hermano Santiago (65)
Ser humano: y revelación (21)
Sermón de la Montaña: (63)
Símbolos: y dogma (60)
 
 
Taumaturgos: es decir, hacedores de milagros paganos y la fe en la resurrección de Jesús (28)
Teología confesional  y Jesús histórico ¿tiene barreras la investigación que parte de una fe previa en Jesús? (18)
Trinidad: y Jesús  (37)
 
 
 
Última Cena desde el punto de vista histórico (23); ¿Cómo se entiende la  “nueva alianza” proclamada en esa cena? (66); Última Cena  y revelación personal de Pablo (44)
 
 
 
 
El contenido estricto acerca de Jesús lo expondré el próximo día, con lo que concluiré la presentación del libro.
 
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero
 
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Lunes, 11 de Diciembre 2017
Sobre el “nuevo” descubrimiento” de un manuscrito gnóstico en Oxford (945)
Escribe Antonio Piñero
 
 
Tanto  José Manuel Vidal como Xabier Pikaza han alertado de que el “nuevo descubrimiento” anunciado por los periódicos de un documento con enseñanzas secretas de Jesús a su hermano Santiago, ni es nuevo, ni tampoco esas enseñanzas secretas son nada secretas, ya que son perfectamente conocidas por la ciencia, y por los interesados. Se trata de un fragmento griego del Primer Apocalipsis de Santiago. Pero este es archiconocido porque ya va por la quinta edición la publicación española de ese texto.
 
 
Su autor es Francisco García Bazán, malagueño, Catedrático de Filosofía de la Universidad JKohn F. Kennedy de Buenos Aires en Argentina y del CONYCET, muy conocido en el gremio por sus publicaciones, que he comentado ya en este medio, y editado por mí mismo en la “Biblioteca Copto Gnóstica de Nag Hammadi”, Trotta, Madrid, 2015, vol. III pp. .
 
 
A este propósito quiero hacer algunas observaciones:
 
1º. La fotografía de El Mundo está equivocada, porque el fragmento que se reproduce en esa foto no está en griego, sino en copto. 

 Lo que dice la noticia, y lo que es interesante es (o sería; no lo dudo) que ese fragmento estuviera en griego.  Lo importante, pues, es el descubrimiento de un fragmento que sea datable del siglo II d. C. y que esté en griego y que sea el presunto original del que se tradujeron al copto los textos de Nag Hammadi que tenemos bastantes completos en la traducción al copto, pues prácticamente todos, los escritos de Nag Hammadi están en copto y son traducciones al egipcio del siglo IV.  No dudo, pues, de que se haya descubierto un fragmento griego… Y tiene un cierto interés. Por eso me gustaría que los descubridores publicaran fotografías de texto griego para evaluarlo respecto al copto.
 
Siempre es sospechoso que todos los descubrimientos y hallazgos sean en Navidades o Semana Santa. Varias veces lo he dicho –y también por escrito– que estos descubrimientos son ciertos, pero que  es pura propaganda que se haya descubierto ahora… y más propaganda es que se afirme que el contenido es novedoso. No lo es.
 
2º Vayamos a la fotografía equivocada. El texto que es más legible, desde arriba, pertenece a la p. 33 del manuscrito. Dice lo que sigue:

"El Señor [le dijo:
            - Santiago, mi]ra, te (p. 33) manifestaré tu redención. Si [te] han aferrado y si has soportado estos sufrimientos, una muche­dumbre se armará contra ti para [pr]enderte. Particularmente, sin embargo, tres de ellos te prenderán, los que residen allí como recaudadores. No sólo exigiendo contribución, sino también / atrapando a las almas como despojos (steresímos). Cuando, por lo tanto, caigas en su poder, uno de ellos, el que es su vigilante, te dirá: '¿Quién eres tú o de dónde eres?'. Le responderás: 'Soy un hijo y soy del Padre'. Te dirá: '¿Qué clase de hijo eres / y a qué padre perteneces?'. Y le dirás: 'Soy del Padre que es pre[existente], y un Hijo en el Preexistente'".
 
El texto se refiere al ascenso del alma del alma purificada del gnóstico, gracias a la ciencia / sabiduría impartida por el Revelador, al cielo. Aquí, Jesús, el Revelador por antonomasia promete a Santiago que le va a manifestar  la revelación definitiva posterior a la pasión, y que le dará los medios para responder a las preguntas  a la que lo someterán los arcontes, que son las ángeles del Demiurgo = Yahvé, que controlan por encargo suyo al universo y a los humanos.
Los arcontes son denominados en el texto los recaudadores de los “impuestos” (télos, palabra griega que aparece en el documento) tasados a los hombres –que mientras estén e el mundo se hallan bajo el poder del Demiurgo (= Yahvé, dios falso y secundario, por debajo del Trascendente) y que por todos los medios posibles intentan que el alma siga en la esfera terrenal –reino arcóntico– y no ascienda a las esferas espirituales celestes.
 
En el momento en el que el alma se libera del cuerpo y comienza el ascenso por los diversos cielos,  los recaudadores intentarán someter al alma por  medio de diversas preguntas… (a las que creen que el alma no podrá responder de modo conveniente); y cuando el alma otorgue las respuestas convenientes, y quede asegurado que pertenece al Dios trascendente no les quedará a los arcontes más remedio que dejarla pasar al cielo.

Como se ve, esto es gnosis pura, y en parte   parecida al ascenso de las almas en los cultos de misterio helenísticos. El trasfondo es totalmente platónico y. tiene relativamente poco de cristiano… y tiene algo porque la teología cristiana a partir del siglo III se hará más helénica todavía.
Así que todo esto es lo “novedoso” de estas enseñanzas secretas.
 
Tanto en la “Introducción general”, al principio del primero de los tres volúmenes de la colección de Nag Hammadi (Trotta), como en el capítulo sobre la gnosis de mi obra “Cristianismos derrotados” (Edaf) tiene el lector todos los elementos indispensables para entender estos textos.

Pero, repito, no se dejen llevar por cantos de sirena que son mera propaganda.
 

Saludos cordiales de Antonio Piñero

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Saludos cordiales de Antonio Piñero
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Viernes, 8 de Diciembre 2017
Un estupendo buscador-presentador del material elaborado en Blogs y FaceBook (943)

Escribe Antonio Piñero
 
Con el permiso implícito del autor/realizador, quiero presentarles hoy un correo de mi amigo José García Guillén,  jubilado,  de Murcia capital, que ha dedicado  parte de su tiempo de glorioso jubilado a profundizar en el conocimiento de las religiones en general y del cristianismo en especial. Pepe García Guillén cree que lo publicado en mis Blogs y luego expandido igualmente por FaceBook puede ser interesante. Y que podría ayudar mucho tener un buscador especial, rápido y que a la vez presente las “postales” casi instantáneamente porque considera que tal material es alimento para su formación y que “agita  lo espiritual”.
Creo –y Ustedes lo comprobarán– que su nuevo Buscador/Presentador es utilísmo, porque como vengo escribiendo desde febrero del 2007 todos los días (ahora espacio un poco más mis colaboraciones, ya que la tarea de la edición del Nuevo Testamento  me tiene “sabido los sesos”), y durante años han colaborado con una postal semanal o quincenal Fernando Bermejo y Gonzalo del Cerro, el monto de folios que debe de contener el Blog supera los diez mil.
 
Aquí va el texto:
 
«Estimado Maestro Piñero,
 
»Me pongo en contacto con usted para expresarle mi más sincera felicitación por el magnífico Blog sobre historia y cristianismo que administra con aportaciones relevantes y de la máxima actualidad.  
 
»Hace ahora unos dos meses que aterricé gustosamente en las páginas de sus blogs después de ver un vídeo en Youtube donde exponía con autoridad una conferencia sobre Jesús de Nazaret. Con la utilización frecuente del Blog observé que no era fácil encontrar asuntos concretos por lo que decidí elaborar una base documental de carácter personal con todos los títulos de las postales publicadas teniendo como orientación el trabajo realizado por su colaboradora, la Drª Carmen Padilla (Índice completo de postales y de “compartir” publicado aquí entero).
 
Con el paso de los días fui mejorando la base, en diseño y  contenido, una vez terminada decidí colocarla en Internet para hacerla accesible desde cualquier lugar con los diferentes dispositivos electrónicos, también con el teléfono.
 
»La idea gira entorno a la rapidez en la localización de las postales que contienen una palabra en su título y el acceso inmediato a la información con un solo clic. En definitiva, he tratado de poner velocidad y accesibilidad a la maravillosa documentación que encierra su blog, todo ello con objeto de poder rastrear los temas que puedan suscitar interés en un momento determinado. Todas las aportaciones realizadas por usted y sus colaboradores desde 2007 hasta la actualidad son atemporales y ayudan en todo momento y lugar a los interesados en la materia desarrollada en el blog. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán (Mc. 13, 31)
 
»La base documental es sencilla pero poderosa, de un vistazo se dispone del índice completo de todas las postales, desde la primera (12 de enero de  2007) hasta la última, en total hay 3.309 registros que se pueden ordenar en sentido creciente o decreciente haciendo un simple clic en la palabra Fecha o Texto  (título de cada una de las dos columnas de la tabla-base). Dispone de un buscador interno que rastrea y  localiza las postales que contienen la palabra solicitada, ejemplo, la palabra “Ojea” está en el título de 20 postales. Aprovecho para pedir que Dios  tenga en su G¡gloria a Gonzalo Puente Ojea. Otros ejemplos: Calvino (1), abba (2), biblia (136), antirromana (78), Pablo (191).
 
Están incluidas todas las postales editadas en Periodistadigital y Tendencias21, eliminada la duplicidad. No están las de Facebook, pero no importa, porque salvo algunas colaboraciones primeras de la sección “Compartir” el material ha sido repetido en FaceBook
 
»Haga “Clic” en el siguiente enlace para acceder a la página donde está la base y practicar con las diferentes posibilidades que ofrece:
 
http://mynorte.com/cristoria
 
Hasta aquí José García Guillén, a quien aprovecho para darle de nuevo mis más efusivas gracias. Adelanto a los lectores que el Sr. García Guillén está preparando un índice /base equivalente de la sección de “Compartir”, pero que llevará su tiempo, porque cada postal tiene a veces tres o cuatro preguntas, y algunas de ellas son complejas y difíciles de resumir en una frase breve.
 
 
Mis gracias de nuevo al autor de la Base.
 
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero
www.ciudadanojesus.com
Buscador:  http://mynorte.com/cristoria
Jueves, 7 de Diciembre 2017
El Jesús que yo conozco. Un nuevo libro, un tanto raro (944)

 
 
Escribe Antonio Piñero
 
 
Acaba de salir un nuevo libro mío, que es un tanto raro, porque se trata de una entrevista que el académico mexicano, Javier Ruiz de la Presa me ha hecho desde México –sobre el tema “Jesús de Nazaret” y el cristianismo primitivo a través de multitud de correos electrónicos, y durante un período de casi dos años.
 
 
El Dr. De la Presa había leído algunos libros míos y tenía ganas de que fuera a México como profesor visitante y si fuera posible a la Feria de Guadalajara.  Tenía también ganas de conocerme en persona. Así que como carta de presentación –ya que por desgracia los libros españoles se difunden menos en México de lo que debieran y en general en la América de lengua hispana– pensamos que sería bueno un libro, publicado en México, en el que hiciera una suerte de síntesis de mi pensamiento en torno a los temas mencionados. Pero a veces, las preguntas son curiosas y no usuales.
 
 
A lo largo de la entrevista escrita ofrezco, pues, en la mayoría de ocasiones un punto de vista muy personal sobre lo que creo que fue la naturaleza de Jesús, su misión, su vida más o menos pública que –según Javier dela Presa– es “profunda y cercana a la vez”, como fruto de tantas décadas de estudio, reflexión e investigación sobre Jesús y su entorno.
 
 
Y el libro es raro porque a modo de Epílogo, el entrevistador me “obliga” a contestar preguntas sobre mí mismo, incluso sobre mi particular transformación acerca de mi percepción de sentir religioso –algo que, a la verdad, nunca había hecho–, de modo que el libro termina de un modo insólito, muy diferente al de otras obras mías.
 
He aquí el breve índice de contenidos:
 
 
Introducción  
 
» La importancia de leer a Antonio Piñero   
» Antonio Piñero y el nuevo socratismo       
» Lo que debemos a Antonio Piñero
 
El DIÁLOGO: 89 preguntas y sus respuestas
 
Epílogo: Semblanza autobiográfica de Antonio Piñero
 
»¿Racionalista y escéptico
»El Antonio Piñero novelista
»Sus grandes pasiones
»Si tuviera que elegir
»¿Qué reconocería en sí mismo
 
Índice analítico de materias
 
 
Como muestra, indico que las preguntas son del estilo siguiente:
 
 
· En la disputa sobre la formación judía de Jesús hay quienes lo consideran un judío iletrado. Ud., por el contrario cree que Jesús, por causa de su oficio, sabía griego y posiblemente latín. ¿Podría haber, además, una formación teológica en su juventud y conocer la tradición judía en sus fuentes?
 
· ¿Se podría decir que, en conjunto, lo cual abarca el destino trágico en la cruz, Jesús era un idealista, en el sentido de que esperaba demasiado de la gente? ¿Habría que decir, como hacía Nietzsche, que si Jesús hubiese vivido más tiempo habría cambiado radicalmente su cosmovisión e, incluso, la interpretación que hacía de sí mismo?
 
· ¿Es posible que Jesús, además de ser discípulo de Juan el Bautista, haya tenido un contacto personal con los esenios, dado que hay algunos puntos de contacto en la ética de ambos?
 
· ¿Tiene sentido hablar de que Jesús se conocía a sí mismo no sólo como profeta carismático y discípulo del Bautista sino también como “enviado” o “ungido del Padre”?
 
· ¿Se consideraba Jesús a sí mismo el mesías de Israel?
 
· ¿En qué sentido se consideraba Jesús a sí mismo el Hijo del Hombre?
 
· En su libro Guía para comprender el Nuevo Testamento afirma que algunas mujeres entre los discípulos “sintieron vivamente que no era posible que Jesús, tan admirado y querido, hubiese desaparecido para siempre”. Añade que en algunas de ellas surgió la certeza de que Jesús continuaba vivo en medio de los que le amaban... como una presencia espiritual que casi podía palparse. Nos explica que una forma de expresar este sentimiento era decir que el muerto había resucitado. De aquí surgen preguntas para mí: Las mujeres -como por ejemplo, María Magdalena- ¿habrían sido la causa o, al menos, el detonante de la creencia colectiva en el Jesús resucitado, del lado de los apóstoles y las primeras comunidades cristianas orientales? (p. 228 de su obra).
 
· Para decirlo al modo de Adorno: ¿Es posible creer en un Dios providencial -no sólo en el Arquitecto Universal de los estoicos- después de Auschwitz?
 
· La teología confesional -por ejemplo la de un hombre optimista, ilustrado, disidente y liberal como Hans Küng– ¿no tiene el defecto de no dar suficiente peso al estudio del Jesús histórico?
¿Qué importancia tienen los apócrifos del Antiguo Testamento para entender el pensamiento de Jesús y los orígenes del cristianismo?
 
Y así hasta 89 preguntas. El libro está publicado por la Editorial Adaliz, de Sevilla (la misma que “Ciudadano Jesús”. ISBN: 978-84-947657-5-9. 332 páginas en formato de 15x21. Precio 16,50 euros. Está pensado para venta por correo (el porte es gratis). Pero también se puede pedir por medio de la librería usual de cada uno.
 
El enlace para la compra es: http://adaliz-ediciones.com/home/36-el-jesus-que-yo-conozco.html
Saludos cordiales de Antonio Piñero
Miércoles, 6 de Diciembre 2017
“¿Evangelios eliminados por la Iglesia?”. Otra lección de historia de Rodney Stark (942)
 Escribe Antonio Piñero
 
 
Sigo comentando los más que interesantes capítulos del libro de Rodney Stark, “Falso Testimonio. Denuncia de siglos de historia anticatólica” (Sal Terrae 2017). Y me restrinjo a los afectan a mi campo de trabajo. El capítulo 2º tiene como título “Evangelio eliminados”. No se refiere el autor a la pugna intraeclesiástica que condujo a la formación del canon de libros sagrados cristianos, que se produjo en su núcleo entre el 150-170. Y lo sabemos porque en la obra de Ireneo de Lyón, “Contra las Herejías, compuesta hacia el 170-180, el núcleo de ese canon está perfectamente formado, sino a la pugna de la Gran Iglesia ya constituida, que durante el siglo III eliminó positivamente otros evangelios que –según la hipótesis– eran mucho más auténticos y verdaderos que los cuatro evangelios seleccionados por la Iglesia, a saber, Mateo, Marcos, Lucas y Juan.
 
 
No entra Stark a discutir que –una vez fijado el canon– la Gran Iglesia sí eliminó aquellos evangelios de sectas cristianas que no pertenecían al grupo general (por ejemplo, El Evangelio de los ebionitas, de los nazarenos, de los hebreos, el de los Doce Apóstoles, etc.), cuyos restos escasos tienen Ustedes en mi edición de “Todos los Evangelios”, Edaf, Madrid, 2010), ni tampoco entra Stark en la manipulación que sufrieron otros Evangelios apócrifos, como el del Pseudo Tomás, filósofo israelita, y otros, que fueron más o menos reducidos a la ortodoxia a lo largo del siglo IV sobre todo. Stark se refiere en concreto a los evangelios gnósticos, descubiertos en 1945 en Nag Hammadi (cerca de Luxor) en Egipto, y cuyos títulos son: Evangelio de Tomás gnóstico, Evangelio de la Verdad, Libro secreto de Juan, a los que se han añadido otros –no descubiertos en ese enclave, sino en los alrededores y en otros momentos–, como el Evangelio de María (Papiro Berolinense 8504, o el Evangelio de Judas, publicado en 2006.
 
 
La edición española de todos estos textos las tiene el lector en los tres volúmenes, publicados por Trotta, Madrid, desde el 2009, más o menos, y que van por la quinta edición. Han sido editados por Fr. García Bazán, José Montserrat y por mí mismo. A este propósito diría que el traductor español de la obra de Stark podría haber hecho una buena acción científica no traduciendo del inglés los textos citados por Stark, sino yendo a la edición española (vertida directamente del copto) y copiando las traducciones.
 
 
Lo que señala Stark como muy negativo y falaz es la tesis  propagada por Marvin Meyer, Burton M. Mack, Elaine Pagels y Karen King, Robert Funk, y otros, que consta de los siguientes asertos:
 
 
A. Esos evangelios son “exactamente tan valiosos, o incluso más valiosos que los textos evangélico que encontramos en el Nuevo Testamento”;
 
 
B. “El cristianismo promocionado o evidenciado por esos evangelios representaban en muchos lugares la forma predomínate del cristianismo”;
 
 
C. Consecuentemente que “el cristianismo convencional es un fraude”;
 
 
D. Gracias a estos evangelios se nos ha descubierto la verdad: “no es ya creíble pensar en Jesús como en un ser divino (…) y que hacerlo es infra racional e infra ético; que Jesús no resucitó de entere los muertos más que de un modo metafórico”. De esto sí se deduce con toda claridad que Jesús no fue un apocalíptico, ni un sedicioso, ni nada de eso, sino un sublime maestro de sabiduría.
 
 
E. Hay que celebrar el descubrimiento de la existencia en los primeros siglos de un cristianismo alternativo como el puesto de manifiesto por estos evangelios gnósticos.
 
 
F. Estoé evangelios positivamente suprimidos resultan más gratificantes que los que hoy forman el Nuevo Testamento. En especial es de destacar la relevancia e importancia del Evangelio de Tomás gnóstico. Este escrito “es una fuente más auténtica de los dichos de Jesús que el de los cuatro evangelios oficiales del Nuevo Testamento”.
 
 
G. Hay que lanzarse a la “búsqueda del auténtico Jesús hoy olvidado” (por culpa de las decisiones sobre todo de los Padres de la primera Gran Iglesia, quienes los atacaron, los eliminaron y los sepultaron en el olvido porque no les interesaban sus doctrinas.
 
 
H. Sobre todo el Evangelio de María  “presenta el argumento más directo y convincente de toda la literatura cristiana primitiva en favor del liderazgo de las mujeres en la Iglesia.
 
 
I.  Y por último, respecto al Evangelio de Judas, hay que tener en cuenta que “Judas no habría sido quien traicionó a Cristo, como hemos leído en el Nuevo Testamento, sino el más fiel de los apóstoles, el hombre a quien Jesús había confiado los misterios del Reino, desconocidos para el resto de los discípulos, y que Judas solo cumplió el encargo de Jesús, a saber entregarlo a las autoridades para que así  pudiera cumplir con el sacrificio de la cruz y salvar a la humanidad.
 
 
Estas son fielmente reproducidas las tesis expuestas por estos comentaristas.
 
 
A ello responde Stark, y yo mismo, que soy el editor general español de estos evangelios gnósticos, que todos estos argumentos parten de unos supuestos que –en opinión de los expertos de hoy, en absoluto católicos la mayoría de ellos– son erróneos; suponen una intelección apresurada del contenido de esos evangelios; suponen erróneamente que los Padres de la Iglesia, que conocían estos evangelios, como Ireneo de Lyón e Hipólito de Roma, los citaron mal a propósito para denigrarlos y quitarlos de la circulación porque al representar una imagen verdadera de Jesús… no interesaban…
 
 
Respecto a esto último y a todo en general: no se crean ni una sola de estas tesis, porque no se sostienen científicamente.
 
 
Podemos sostener al contrario, lo siguiente:
 
 
Pasada la euforia, y contrastados los pasajes citados por los Padres y los que hemos recuperado de Nag Hammadi, resulta que las citas hechas por los Padres no estaban tergiversadas… ¡eran exactas! Si  criticaron esos evangelios fue por otros motivos
 
 
Y otras razones:
 
 
· La imagen e intelección del Evangelio de Judas que presentan Pagels, King y otros, es errónea. Hoy todos los intérpretes sostienen que Judas no sale bien parado en ese Evangelio. Ni siquiera se salva por haber recibido revelaciones especiales, sino que al entregar a Jesús comete el peor de los actos posibles: continuar con el horrible sistema sacrificial de los judíos… un sacrificio con sangre, no espiritual.
 
 
· Los Evangelios gnósticos son tan fantasiosos como los evangelios apócrifos corrientes. Y para leyendas…, ya tenemos bastantes.
 
 
· El gnosticismo jamás fue la forma predomínate del cristianismo. La gnosis estaba reservada a una élite. Los gnósticos despreciaban a la mayoría de los cristianos vulgares, a la Gran Iglesia en general, porque sus miembros, los cristianos corrientes, no habían recibido revelaciones especiales como ellos… no eran dignos. Los gnósticos formaban sectas más o menos secretas… no eran el cristianismo general ni mucho menos, y estaban como grupúsculos dentro de grupos cristianos especialmente paulinos y johánicos.
 
 
· Que el cristianismo convencional es un fraude es una cosa de fe. Depende de cómo opinemos de la tradición evangélica… pero desde luego la tradición gnóstica del Evangelio de Tomas o de Felipe no es más aceptable históricamente. Es mucho más legendaria aún, como he sostenido.
 
 
·  Presentar a Jesús como un simple maestro de sabiduría es conceder árbitramente razón a una serie de pasajes de los evangelios canónicos y a otros no…,  por razones no de crítica histórica, sino porque el Jesús gnóstico es a priori un personaje atractivo, místico etéreo, celestial, más allá de lo real, trascendente, que naturalmente no tiene nada que ver con este mundo. Presentar como sabiduría lo esotérico, lo intimo, lo ideal, nada tiene que ver con lo histórico, sino con los deseos de los propios investigadores que desean un cristianismo menos jerárquico e individual, más libre y más íntimo. Pero así no era el Jesús de la historia. Posemos asegurarlo con certeza
 
 
· El Evangelio de Tomás no es la fuente auténtica de los dichos de Jesús. Hay una inmensa discusión entre los estudiosos sobre si se trata de un evangelio independiente de los Sinópticos (Marcos, Mateo  y Lucas) o bien si se inspira en ellos y los “espiritualiza”. Más bien parece esto último. No hay ni una sola razón absolutamente constriñente de que el Evangelio de Tomás sea totalmente independiente de los evangelios anteriores, salvo en algunos dichos de Jesús. Por ejemplo, el dicho  82: “Dijo Jesús: «Quien está cerca de mí está cerca del fuego. Y quien está lejos de mí está lejos del Reino»”. Y este dicho lo entendemos bien gracias a otros dichos evangélicos, conocidos por todos, que hablan de que Jesús no “vino a traer paz a la tierra, sino fuego y qué otra  cosa quiero sino que arda” (Lc 12,49), que representan no a un Jesús celestial, sino  a uno implicado totalmente en la política del Israel del momento, un Jesús antirromano y predicador de un reino de Dios terrenal, en Israel en el que no tienen cabida los romanos y que será instaurado por Dios por medio de sus ángeles, expulsando a los romanos de Israel.
 
 
· El liderazgo de las mujeres en la Iglesia, sobre todo en los círculos paulinos del principio era evidente. Pero he explicado ya varias veces, sobre todo en mi libro “Jesús y las mujeres”(Trotta, 2ª edición de 2014), que el paso de un liderazgo femenino a otro masculino en la Gran Iglesia  no fue cosa de un complot masculina para despojar a las mujeres, sino un paso sociológico de la iglesia doméstica, pequeña, ámbito del poder de las mujeres, a grupos mayores, compuestos de más gente, que ya no se reunían en casas particulares, sino en locales sociales… en público, y por tanto, en el mundo friego o romano ese ámbito público era el reino de los varones.  No hubo compló alguno, sino mera transformación sociológica.
 
 
· Y respecto al valor /valía y estimación de las mueres en el sistema gnóstico no hay que pensar en otros textos además de lo que dice alguno de ellos en el mismo Evangelio de Tomás gnóstico. Por ejemplo, léase el dicho 114: “Simón Pedro les dijo: «Que María salga de entre nosotros, pues las mujeres no son dignas de la vida»”. Jesús dijo: «He aquí que yo la empujaré a que se haga varón, para que llegue a ser también un espíritu viviente semejante a nosotros, los varones; pues toda mujer que se haga varón entrará en el Reino de los cielos»”.
 
 
 O léase el Evangelio de los egipcios (no el de Nag Hammadi), sino el “normal”, el cual no habla nada bien de las mujeres ni del sexo, ni del matrimonio, ni de nada parecido. He aquí los fragmentos, que no suelen citar Elaine Pgels ni Karen King. He aquí los fragmentos que recojo en “Todos los Evangelios”:
 
 
“A Salomé que preguntaba: “¿Hasta cuándo dominará la muerte?”. El Señor respondió: “Mientras vosotras las mujeres engendréis”. Y ello, no porque la vida sea mala o la creación perversa, sino demostrando lo que sucede naturalmente. Pues la corrupción sigue siempre a la generación (citado por Clemente de Alejandría, Strom III 6; PG 8 1149A-B).
 
 
2. El Salvador en persona dijo: “He venido a disolver las obras de la mujer. De la mujer, o sea, de la concupiscencia; sus obras, la generación y la corrupción” (Id., Ibíd., III 9; PG 8, 1165B).
 
 
3. De ahí que, al tratar el discurso sobre la consumación, dice Salomé con toda razón: “¿Hasta cuándo los hombres seguirán muriendo?”. El Señor responde con toda razón: “Mientras que las mujeres engendren”… (Id., Ibíd., III 9; PG 8, 1165C-1168A).
 
 
4. Dice Salomé: “Hice bien al no engendrar”… el Señor replica diciendo: “Come toda clase de hierba, pero la que es amarga no la comas” (Id., Ibíd., III 9; PG 8, 1168C-P).
 
 
5. Cuando quiso informarse Salomé acerca del tiempo en que sucederán las cosas que había preguntado, dijo el Señor: “Cuando pisoteéis el vestido del pudor, y cuando las dos cosas se hagan una sola, y cuando el varón con la hembra no sean ni varón ni hembra” (Id., Ibíd., III 13; PG 8, 1192D-1193A)”.
 
 
· Que todo el “asunto” de María Magdalena y Jesús es un puro cuento chino (a mí me daría igual si fuese al revés); que el cacareado fragmento de “Jesús y su esposa”, publicitado a  bombo y platillo por Karen King resultó falso (lo comuniqué en mi Blog al instante, nada más publicarse)…
 
 
Y, por último, y quiñas lo más importante, destacado convenientemente por R. Stark: que el sistema filosófico y cosmológico en el que sitúan a Jesús de Nazaret los escritos gnósticos, nada tiene que ver con el cristianismo,  ya que es el mundo / cosmología del diálogo Timeo, de Platón, donde el Demiurgo, el dios secundario que crea el mundo, es un dios falso y tonto, que no sabe ni siquiera que encima de él está el verdadero Dios, el súper Trascendente… y ese –Demiurgo tonto creó el mundo sin saber en realidad lo que hacía.  A este respecto, no hay más que consulta mi resumen de las ideas principales de la gnosis, en el libro “Cristianismos derrotados” (Madrid Edaf, 2009), para enterarse de qué cosmología se trata y de cómo el Jesús que encaja dentro de ella tiene poco que ver con el Jesús histórico y con el cristianismo.
 
 
Pero si se empeñan ciertos estudiosos en que ese es el verdadero y atractivo Jesús histórico… allá ellas (Pagels y King) y ellos (M. Mayer) y otros…
 
 
En fin y en conclusión: que toda esa historia de los evangelios gnósticos, verdaderos, fiables, atractivos, históricos, el auténtico cristianismo… y bla, bla bla…,  me parece que no resiste la crítica histórica que se practica por otros pagos, a la que le da igual una cosa que otra, pero que defiende las hipótesis más plausibles.
 
 
Y con esos mimbres tan discutibles se ha compuesto una historia anticristiana y por ende anticatólica que no resiste la menor ojeada crítica.
 
 
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero
www.ciudadanojesus.com 
Sábado, 2 de Diciembre 2017
Antisemitismo y los católicos. Una lección de cómo escribir historia de Rodney Stark (941)
Escribe Antonio Piñero
 
 
Como prometí, acometo hoy la breve reseña del primer capítulo del libro de Rodney Stark, “Falso testimonio. Denuncia de siglos de historia anticatólica” Sal Terrae, de 2017. Este primer capítulo es una buena muestra del modo de presentar la cuestión y de resolverla por parte del autor.
 
 
Comienza el texto exponiendo,  modo de cita cuidadosa de autores modernos, como la conocida teóloga feminista Rosemay Ruether, quien afirma, tan tranquila, que el origen del antisemitismo hay que achacarlo a la Iglesia cristiana y en especial a la católica. Me parece insólita personalmente la ignorancia, o mala fe de esta señora, puesto que una breve ojeada a la historia demuestra lo contrario. El antisemitismo es tan antiguo en Occidente como el Antiguo Testamento mismo, donde basta con ojear a los profetas para ver las durísimas críticas que vierten contra Israel. Se dice que fue el rey Ajab / Acab de Israel el Reino del Norte, por el siglo IX (hacia 873-850 a. C.), quien calificó al profeta Elías como “el azote de Israel” (1 Re 18,17), que ha sido tomado in malam partem por ciertos judíos modernos (creo que fue Noam Chomsky). Segundo, y si no recuerdo mal, el sacerdote egipcio Manetón, hacia el 260 a. C. escribió un verdadero libelo antijudío dentro de su “Historia de Egipto”.
 
 
Esa tendencia antijudía siguió luego entre autores griegos y romanos, como puede comprobarse en el artículo “antisemitismo” de cualquiera buena enciclopedia (Cicerón, Séneca y Tácito son excelente muestra de ello; y por parte de los griegos Diodoro Sículo, Estrabón y Apión son célebres personajes antijudíos). En el 139 a. C. los judíos fueron  expulsados de Roma porque sus usos y costumbres contaminaban las romanas. Así que achacar el antijudaísmo a la Iglesia Católica naciente y al Nuevo Testamento es pura ignorancia
 
 
Sí es cierto que en el Nuevo Testamento, sobre todo en los Evangelios de Mateo y de Juan, hay duras recriminaciones contra los judíos. Véase si no Mt 27,23-25 (“Pero ¿qué mal ha hecho Jesús?», preguntó Pilato. Mas ellos seguían gritando con más fuerza: «¡Sea crucificado!». Entonces Pilato, viendo que nada adelantaba, sino que más bien se promovía tumulto, tomó agua y se lavó las manos delante de la gente diciendo: «Inocente soy de la sangre de este justo. Vosotros veréis». Y todo el pueblo respondió: «¡Su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos!». Y en el Evangelio de Juan, para el autor y para Jesús mismo (como si el autor no lo fuere), son “los judíos” los causantes de todos los males que caerán sobre Jesús y culminarán en su injusta muerte.
 
 
Es cierto… Pero era una época en la que facciones judeocristianas y judías normativas luchaban entre sí por conservar vivos sus grupos respectivos. “No pueden leerse (tales manifestaciones antijudías) anacrónicamente como pronunciamientos de una mayoría cristiana cruel y abusiva” (p. 29). Fue un conflicto religioso ambivalente Simplemente recordemos que Pablo de Tarso se confiesa perseguidor acérrimo de judeocristianos tanto en Gálatas 1,13 como en Filipenses 3,6 (recogido en 1 Timoteo 1,13) Tenemos información de ataques y denigraciones verbales de judeocristianos –que en aquellos momentos eran expulsados violentamente de la sinagogas, acusados de diteísmo y otras “herejías”– contra judíos, como al revés…, con la diferencia de que los judeocristianos eran muy pocos (unos 8.000 en torno al año 100, según cálculos muy fehacientes) y los judíos podían ser en torno a los siete millones, de los cuales cerca de un millón vivió en suelo israelita hasta la catástrofe del 135 d. C.: la derrota segunda contra la Roma de Adriano. Por tanto, eran más frecuentes los ataques de judíos a cristianos que al revés.
 
 
Otra cosa cierta, y que no se tiene en cuenta, es que –salvo algún pogromo, precisamente en Baleares en el siglo IV, del que no estamos bien informados– desde el año 500 hasta el 1096 transcurrieron más de cinco siglos de paz entre judíos y cristianos…, pues no se tienen informaciones de ataques serios contra los judíos por parte de cristianos. Y por otro lado, en esa época es cuando se componen los Talmudes de Babilonia y de Jerusalén. Examínense las obras de Peter Schäfer (“Judeophobia: Attitudes towards the Jews in the Ancient World”, y “Jesus in the Talmud”, de 1997 y 2007 respectivamente, recogidas en Stark, 32). Y sin ir más lejos visítese mis postales en el Blog con el título “Jesús en el Talmud”: diez entregas, que van desde finales de noviembre hasta mediados de diciembre del 2007, donde comento la obra de Robert Travers Herford, “Christianity in Talmud and Midrash” (“Cristianismo en el Talmud y Midrash”), Londres 1903, cuya primera parte examina hasta la mínima alusión al personaje que nos interesa –Jesús, y también del cristianismo–  recogida en ese corpus de textos que compendian el rabinismo de los primeros siglos.
 
 
La idea normal entre las gentes hasta hoy es que a partir de la conquista de los árabes del norte de África y de una buena parte de la Península Ibérica, la convivencia entre judíos y musulmanes en las tierras conquistadas a los cristianos fue ejemplar y maravillosa. R. Stark se encarga de demuestra que no fue así. Y pone como ejemplo máximo y clamoroso el estado de opresión que vivió la familia de Maimónides en Córdoba, y cómo tuvo que fingir ser musulmana para salvar la vida… y cómo finalmente hubo de huir a Egipto. Es falso rotundamente el que los judíos vivieran bajo crueldades en la Hispania cristiana, y entre delicias y en una suerte de paraíso entre los musulmanes de la Península (pp. 40-41). El tolerante Islam es una pura ficción.
 
Sí es totalmente cierto que hacia 1096 cambió totalmente el panorama. La iglesia cristiana de entonces se mostró mucho más antijudía, muy activa a veces en la crítica y persecución de los judíos…, pero a menudo no por ser judíos estrictamente, sino por considerarlos como una  suerte de “herejes” que pertenecían al mismo seno del judeocristianismo. Y téngase en cuenta que en esa época las persecuciones más crueles de la Iglesia oficial no fueron antijudías, sino contra cátaros o albigenses, fraticelli, valdenses y otros (p. 42), todos herejes cristianos.
 
 
A partir de 1096 sí encontramos furiosos ataques antijudíos sobre todo en tierras de Alemania y en Chequia; y durante la segunda cruzada (1146-1149) de nuevo en Alemania y en Francia… nunca en Italia ni en España. Debe decirse que el fanático monje Rudulfo, que promovía tumultos antijudíos, fue frenado en seco por la intervención de san Bernardo y por Pedro, el abad de Cluny (Stark 37). La iglesia, pues intervino en contra.
 
 
Durante la terrible Peste Negra de 1347–1350 se acusó a lo musulmanes de España de haber envenenado secretamente fuentes y pozos, causantes, pues, de la terrible epidemia, y fuera de España se acusó de lo mismo a los judíos, con el resultado de matanzas en Alemania, una vez más. Fue en estos momentos cuando en Europa se comenzó a obligar a los judíos a vivir en zonas aisladas (guetos, del italiano borghetto, distrito pequeño). En este caso, la Iglesia adoptó una postura que para muchos historiadores es ambivalente, pero en líneas generales esa misma Iglesia “actuó de muro defensivo en favor de los judíos de Europa” (p. 39) .
 
 
Escribió T. Katz, prestigioso historiador judío, director del Centro Elie Wiesel de Boston:
 
 
“Aunque durante quince siglos de historia, el cristianismo pudo haber destruido el segmento del pueblo judío sobre el que tenía dominio, optó por no hacerlo …, porque la eliminación física de la judería no fue nunca en ninguna época la política oficial de ninguna Iglesia ni de ningún estado cristiano” (p. 43). La causa fue, según Stark, la creencia cristiana –basada en Pablo (ciertamente así y de modo contundente en Romanos 11,25-32)– fue siempre  la creencia en que Dios había dispuesto (Romanos 15,29) que al menos al final de los tiempos los judíos se convertirían al Mesías y se salvarían.
 
 
Este capítulo del libro de Stark termina con un detenido análisis del comportamiento de Pío XII respecto a Adolf Hitler y el Holocausto, y cómo muchas manos interesadas, fundamentalmente anticatólicas, como la obra teatral “El Vicario” de Rolf Hochhutz, de la extrema izquierda alemana, presentan una imagen muy negativa de un Pío XII, como mínimo no interesado por lo que ocurría con el Holocausto. Pero Pío XII, que nunca se encontró con Hitler como se afirmado, abandonó Alemania en 1929… cuatro años antes de que Hitler llegara al poder.
 
 
Stark analiza otras obras que critican el antijudaísmo católico, como las de de John Cornwell 1999, James Carroll. Gary Wills, Daniel J. Goldhagen, Michael Phayer y David Ketzer (de apellidos claramente judíos) que son “airados refritos de los mismos materiales elaborados de manera escasamente científica” (p. 49). A este respecto me parecen muy interesantes la noticias sacadas del New York Times desde 1939 a 1942 (p. 50) que sitúan en su verdadero sitio la postura pro judía del papa Pío XII.
 
 
En fin, un capítulo interesante que saca a la luz muchas falsas ideas sobre el antisemitismo de la Iglesia  cristiana y que conviene tener muy en cuenta. Merece la pena citar la breve conclusión de Stark  a este capítulo: (p. 51):
 
 
“Es sin duda verdad que, durante siglos, la Iglesia católica (sic; debería escribir “la Iglesia cristiana” matizando los siglos) toleró un feo abanico de creencias antisemitas y participó en diversas formas de discriminación contra los judíos, como harán más tarde los protestantes cuando entraron en escena. Este hecho desagradable otorga visos de credibilidad a las acusaciones según la cuales también la Iglesia habría estado profundamente implicada en los pogromos que se iniciaron en la Edad Media y culminaron en el Holocausto. Sin embargo, muchas cosas que son creíbles no son verdad, y en este caso no lo es. La Iglesia católica posee un amplio y honroso historial de vigorosa oposición a los ataques contra los judíos. Y el papa Pío XII supo estar a la altura de esa tradición”.
 
 
Muy buen capítulo.
 
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero
www.ciudadanojesus.com 
Miércoles, 29 de Noviembre 2017
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Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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