CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero


Hoy escribe Antonio Piñero


Por los Hechos de los apóstoles (18,1ss) sabemos que Pablo salió de Atenas y viajó hasta Corinto durante su llamado Segundo viaje misionero (50-52 d.C.). Dice el texto de Hechos:



1 Después de esto marchó de Atenas y llegó a Corinto. 2 Se encontró con un judío llamado Aquila, originario del Ponto, que acababa de llegar de Italia, y con su mujer Priscila, por haber decretado Claudio que todos los judíos saliesen de Roma; se llegó a ellos 3 y como era del mismo oficio, se quedó a vivir y a trabajar con ellos. El oficio de ellos era fabricar tiendas.

4 Cada sábado en la sinagoga discutía, y se esforzaba por convencer a judíos y griegos. 5 Cuando llegaron de Macedonia Silas y Timoteo, Pablo se dedicó enteramente a la Palabra, dando testimonio ante los judíos de que el Cristo era Jesús. 6 Como ellos se opusiesen y profiriesen blasfemias, sacudió sus vestidos y les dijo: «Vuestra sangre recaiga sobre vuestra cabeza; yo soy inocente y desde ahora me dirigiré a los gentiles.» 7 Entonces se retiró de allí y entró en casa de un tal Justo, que adoraba a Dios, cuya casa estaba contigua a la sinagoga.

8 Crispo, el jefe de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su casa; y otros muchos corintios al oír a Pablo creyeron y recibieron el bautismo. 9 El Señor dijo a Pablo durante la noche en una visión: «No tengas miedo, sigue hablando y no calles; 10 porque yo estoy contigo y nadie te pondrá la mano encima para hacerte mal, pues tengo yo un pueblo numeroso en esta ciudad.» 11 Y permaneció allí un año y seis meses, enseñando entre ellos la Palabra de Dios (Hch 18,1-11).



Así pues, en esa ciudad, Corinto, Pablo se encontró con un matrimonio judío, Áquila y Priscila, ya convertidos al cristianismo en Roma, que habían salido huyendo de la Urbe cuando el emperador Claudio expulsó a los judíos (y a los judeocristianos también; el Imperio aún no distinguía entre ellos) de la capital con el pretexto de incidentes de orden público: año 49 d.C.

Pablo vivió en Corinto con esta familia, practicó con ellos el oficio común de "fabricantes de tiendas", o quizás de "guarnicionero", y ganó así su vida durante un tiempo.

En sábado el Apóstol frecuentaba la sinagoga aprovechando la oportunidad de comentar las Escrituras para atraer hacia la fe en Cristo a los judíos.

Cuando llegaron a Corinto Silas y Timoteo, dos de los ayudantes de Pablo, como diremos más adelante, parece que Pablo había dejado de trabajar, y se dedicaba por entero a la predicación de la Palabra (Hch 18,5: véase arriba).

La fe cristiana se extendió pronto -porque al parecer había un grupo cristiano previo sobre el que pudo fundarse Pablo- aunque no sin problemas con los judíos de la ciudad, que se quejaron de Pablo ante el procónsul romano, Galión, acusándolo de desórdenes de orden público y de propaganda religiosa ilegal en contra de la ley de Moisés.

Pablo fue absuelto (Hch 18,12ss) y el afán misionero cristiano continuó. Dicen los Hechos:


12 Siendo Galión procónsul de Acaya se echaron los judíos de común acuerdo sobre Pablo y le condujeron ante el tribunal 13 diciendo: «Este persuade a la gente para que adore a Dios de una manera contraria a la Ley.» 14 Iba Pablo a abrir la boca cuando Galión dijo a los judíos: «Si se tratara de algún crimen o mala acción, yo os escucharía, judíos, con calma, como es razón. 15 Pero como se trata de discusiones sobre palabras y nombres y cosas de vuestra Ley, allá vosotros. Yo no quiero ser juez en estos asuntos.»

16 Y los echó del tribunal. 17 Entonces todos ellos agarraron a Sóstenes, el jefe de la sinagoga, y se pusieron a golpearlo ante el tribunal sin que a Galión le diera esto ningún cuidado. 18 Pablo se quedó allí todavía bastantes días… (Hch 18,12-18)


En seguida, por la actrividad de Pablo y sus colaboradores, se formó una comunidad de creyentes relativamente numerosa como para luego dividirse en grupos. Sin embargo, cabían casi todos al parecer en la casa grande de uno de los cristianos ricos: 1 Cor 11,20ss.

La mayoría de los nuevos creyentes era de clase media baja , pues en 1 Cor 1,20 parece que Pablo se refiere a la composición social de los miembros de la comunidad:

“¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el docto? ¿Dónde el sofista de este mundo? ¿Acaso no entonteció Dios la sabiduría del mundo?”)

En esa comunidad había judíos de origen. Los Hechos de los Apóstoles -hablando ciertamente de la comunidad de Éfeso, pero indirectamente también de la de Corinto- en 18,24-19,7 no dice lo siguiente:


18,24 Un judío, llamado Apolo, originario de Alejandría, hombre elocuente, que dominaba las Escrituras, llegó a Éfeso. 25 Había sido instruido en el Camino del Señor y con fervor de espíritu hablaba y enseñaba con todo esmero lo referente a Jesús, aunque solamente conocía el bautismo de Juan. 26 Este, pues, comenzó a hablar con valentía en la sinagoga. Al oírle Aquila y Priscila, le tomaron consigo y le expusieron más exactamente el Camino. 27 Queriendo él pasar a Acaya, los hermanos le animaron a ello y escribieron a los discípulos para que le recibieran. Una vez allí fue de gran provecho, con el auxilio de la gracia, a los que habían creído; 28 pues refutaba vigorosamente en público a los judíos, demostrando por las Escrituras que el Cristo era Jesús (Hch 18, 24-28)

19, 1 Mientras Apolo estaba en Corinto, Pablo atravesó las regiones altas y llegó a Éfeso donde encontró algunos discípulos; 2 les preguntó: «¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando abrazasteis la fe?» Ellos contestaron: «Pero si nosotros no hemos oído decir siquiera que exista el Espíritu Santo.» 3 El replicó: «¿Pues qué bautismo habéis recibido?» - «El bautismo de Juan», respondieron. 4 Pablo añadió: «Juan bautizó con un bautismo de conversión, diciendo al pueblo que creyesen en el que había de venir después de él, o sea en Jesús.» 5 Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. 6 Y, habiéndoles Pablo impuesto las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo y se pusieron a hablar en lenguas y a profetizar. 7 Eran en total unos doce hombres. (Hch 19,1-7)


¿Cómo hay que entender este texto?

Probablemente que Apolo predicó el cristianismo tanto en Corinto como en Éfeso, antes de Pablo. Por tanto, en la populosa ciudad de Corinto había cristianos ya antes de poner su pie el Apóstol en la ciudad.

Y segundo, el carácter de este cristianismo previo al paulino, tanto en Corinto como en Éfeso, según el autor de los Hechos, era muy deficiente…, muy judío:

Según S. Vidal (Pablo. De Tarso a Roma, Sal Terrae, Santander, 22007, p. 120), este pasaje de Hechos debe entenderse en conjunto así:


“Este texto originalmente hablaría de la actividad misional de Apolo, un misionero cristiano judeohelenista de Alejandría, y de la existencia de un grupo de 12 cristianos (en Éfeso y quizá de otros tantos en Corinto). En conformidad con su imagen de unidad del cristianismo antiguo, el autor de Hechos habría transformado grandemente el relato tradicional, y habría convertido al misionero Apolo y a esos doce cristianos efesinos en simples receptores del bautismo de Juan Bautista, que no otorgaba el Espíritu (Hch 1,5) para no tener que admitir la existencia de grupos cristianos anteriores a la llegada de la misión oficial (a Éfeso en este caso), representada en ese momento por Pablo y sus acompañantes.


En resumidas cuentas que Pablo no fue el fundador de la comunidad de Corinto (ni tampoco de la de Éfeso). Da la impresión de que cuando Pablo va a Corinto, el matrimonio de judeocristianos llamados Áquila y Prisca o Priscila ya estaba allí y había formado –con la ayuda de Apolo: Hch 18,26 que ya hemos transcrito- un pequeño grupo de cristianos. También había intervenido en la conversión de los primerios creyente el misionero Apolo.

Seguiremos.

Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com

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• Hoy en el “Blog de Antonio Piñero” se trata del siguiente tema:

“”

• Magíster de "Ciencias de las Religiones" Universidad PABLO DE OLAVIDE, Sevilla (Véase postal de 26-06-2009)

Para obtener más información:

http://www.upo.es/historia_antigua/master_religiones/index.jsp

Saludos de nuevo.






Miércoles, 14 de Octubre 2009


Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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