CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero
Los Hechos de Tomás. Cronología de los Hechos Apócrifos de los Apóstoles.
Hoy escribe Gonzalo del Cerro

Los Hechos Apócrifos de Tomás

Las semejanzas entre los HchTom y los demás HchAp han sido ya suficientemente subrayadas. Recuerdo, a modo de ejemplo, la opinión de E. Peterson, según la cual son tantos los aspectos paralelos de los HchPl y los HchTom, que podrían ser considerados como la obra de un mismo autor. Dos capítulos interesan de modo particular a los estudiosos de los HchAp. El cap. 14 “Eininige Bemerkungen zum Hambuger Papyrusfragment der Acta Pauli”, pp. 183-208, y el cap. 15 “Einige Beobachtungen zu den Anfängfen der christlichen Askese, pp. 209-220. El primero habla de los puntos de contacto entre el papiro de Hamburgo de los HchPl y los HchTom; el segundo aborda los principios de la ascesis cristiana. Son capítulos de su libro Frühkirche, Judentum und Gnosis, Friburgo de Brisgovia, 1959.

Más aún, de tratarse de distintos autores, sería el autor de HchPl el que había imitado al de los HchTom. La forma parecida con la que tratan el tema encratita Los HchAnd, los HchJn y los HchTom le hacen pensar que estos tres Hechos, los más leídos por los encratitas según Epifanio, podrían haberse escrito durante el reinado del emperador Adriano (117-138). El mismo Peterson ve en el orden con que son nombrados en la conocida cita de Orígenes (en Eusebio, HE III 1,1) el probable orden cronológico de la composición de los cinco primitivos: Tomás, Andrés, Juan, Pedro y Pablo.

Por su parte, Prieur enumera las abundantes semejanzas entre los HchAnd y los HchTom, que recapitula haciendo referencia a la estructura de los relatos, los modelos literarios y el encratismo. Pero insiste, con razón, en tres detalles que avalan una fecha posterior para los HchTom: las prácticas cultuales, la cristología más clásica y el uso frecuente de la Sagrada Escritura. Aunque siempre según la forma actual de los textos conservados. A la misma conclusión llegamos si comparamos los HchTom con otros Hechos, particularmente con los HchPl, como hace Peterson en el artículo citado que dedica al estudio del Papiro de Hamburgo (PH). Los lugares comunes, muchos de ellos evidentes, no llevan a la conclusión, como quiere Peterson, de que los HchPl dependen de los HchTom, sino al contrario.

El tema sobre lo efímero de las riquezas (HchPl PH 2,18-27 y HchTom 88, 2; 117,1) es un topos en donde aparecen los puntos básicos del alegato de la carta del apóstol Santiago (5,2-3): riqueza, vestidos, oro… con mención del fuego como en PH 2-3, sorprendentes coincidencias con los HchTom. Así es el pasaje que contienen frases paralelas como “solo Dios permanece y la filiación concedida por él” (PH 2,27-28) y “solo Jesús permanece siempre y los que en él tienen puesta la esperanza” (HchTom 88,2). Pero el texto de los HchPl parece ser más original tanto por el contenido como por la forma. El paso de “solo Dios” a “solo Jesús” es un avance; lo contrario sería una regresión.

El tema de las puertas que se abren solas está tratado de una forma más sencilla en PH 3,22ss frente a lo reiterativo de HchTom 122,2; 154,1; 161-162. El joven sonriente de PH 3,14-15.28 recuerda más al de HchJn 73 que al de HchTom 27. El bautismo en PH 2,35 lleva la fórmula “en Dios”, y en PH 3,32s “en el nombre de Cristo Jesús”. En cambio, en los pasajes de los HchTom se administra el bautismo “en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” (HchTom 49,2; 121,2; 132,2; 157,4). El afirmar que los HchPl espiritualizan el milagro de las puertas, como hace Peterson, no tiene demasiado sentido desde el momento en que los acontecimientos, como en los HchTom, se reducen a que las puertas se abren solas mientras los guardias están dormidos, y ello gracias a la oración del Apóstol (cf. PH 3,7 con HchTom 48). Tampoco estimo que en PH se distinguen con mayor claridad Dios y Cristo.

Otras doctrinas aparecen desarrolladas de una forma muy evolucionada, como son las relaciones eucarísticas o las referencias a grados jerárquicos. Sobre la eucaristía encontramos expresiones tales como “los hizo partícipes de la eucaristía (HchTom 27,4”, “participar de la eucaristía de tu santo cuerpo y de tu sangre” (HchTom 49,3), “hacer partícipe del cuerpo del Señor” (HchTom 121,2), “comemos tu cuerpo santo que fue crucificado por nosotros, y bebemos tu sangre que por nosotros fue derramada” (HchTom 158,1). Algo parecido podemos decir de las referencias a los grados jerárquicos con mención del diácono (HchTom 49,2; 169,2) y del presbítero (HchTom 169,2).

Por todo ello, tengo la impresión de que los HchTom ocupan cronológicamente el último lugar de los cinco HchAp primitivos. Y aunque sus tendencias encratitas aparezcan con mayor acritud en Hechos como los de Pablo, ello puede deberse al influjo de la comunidad en la que surgen, muy proclive a las actitudes rigoristas.

En consecuencia de lo dicho, el orden cronológico relativo quedaría según mi punto de vista de la manera siguiente: HchAnd, HchJn, HchPe, HchPl y HchTom. Y el absoluto, si partimos del año 190/5 para los HchPl, en un espacio que iría desde los alrededores del año 150 hasta la mitad del siglo III.
(Cuadro de la escena del evangelio de Juan 20,24ss)

Saludos cordiales. Gonzalo del Cerro




Viernes, 10 de Julio 2009


Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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