CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero
Hoy escribe Antonio Piñero


Antes de examinar los pasajes cruciales que afectan a nuestro tema sobre el uso de Jesús de la palabra Dios como Padre, creo que conviene presentar un cuadro de conjunto de las estadísticas. Se sobreentiende que hablamos de los casos en los que la mano redactora del evangelista no aparece clara en un primer momento y puede parecer que tal uso se retrotrae el Jesús histórico

En el Evangelio de Marcos sólo hay cuatro casos más o menos seguros: 8,38; 11,25; 13,32; 14,36

En la tradición de la “Fuente Q”: cinco casos seguros: Lc 6,36 (en el caso de la “Fuente Q” se cita siempre por el orden de Lucas); Lc 10,21-22; Lc 11,2; Lc 11,13; Lc 12,30

En el material evangélico que sólo encontramos en Lucas aparecen 6 casos de este uso: Lc 2,49; 12,32; 22,29; 23,34. 46; 24,49. De estos 6 casos hay algunos que dudosos en cuanto a su historicidad

En Mateo aparecen más de 20 casos, de los cuales unos 15 son propios sólo de este evangelista. Los que pueden considerarse más seguros –es decir, atribuibles al Jesús histórico- son sólo 8: Mt 5,16; 6,2-6; 6,7-8; 6,16-18; 16,17; 18,10; 18,19; 23,9.

Estas estadísticas hay que enmarcarlas dentro del uso general de “Dios” por parte de Jesús, que son numerosas:

• 25 veces en Marcos;

• 11 en la “Fuente Q”;

• 4 veces en el material específicamente propio de Mateo (es decir, no copiado de Marcos o de la “Fuente Q”, y

• 7 veces en el material específicamente propio de Lucas (es decir, no copiado de Marcos o de la “Fuente Q”.

Como comentario general hay que decir que Jesús usa la palabra con más frecuencia de lo que se podría esperar, ya que estamos acostumbrados a pensar que los judíos evitar designar a Dios directamente.

Sin embargo, es posible que para el siglo I no hubiera tantas reticencias a este uso como sí ocurre sobre todo con los rabinos posteriores a Jesús, sobre todo a partir del siglo II. En este uso sin demasiados problemas del vocablo genérico “Dios” Jesús se parece a los autores de los manuscritos del Mar Muerto que utilizan el término hebreo genérico para “Dios” = ‘El (arameo Ellahá; árabe Alláh) sin dificultad alguna, al igual que Filón de Alejandría o el anónimo autor del Libro de las antigüedades bíblicas (del siglo I de nuestra era) que también lo emplea sin dificultad. Otros, como el autor de 1 Macabeos prefieren sinónimos –sobre todo “cielo”- para designar a Dios. De hecho en este libro el vocablo “Dios” aparece sólo dos veces (1 Mac 3,18 y 5,68).

En conclusión: aunque como hemos visto en alguna nota anterior, Jesús emplea metáforas para designar a Dios( por ejemplo, “Poder”, “Cielo”, Altísimo”, “El que se sienta en el trono…”, etc., Jesús no tiene demasiados problemas –en contra de la tendencia de rabinos posteriores a utilizar el vocablo genérico “Dios” parea designar a la divinidad. Y la razón era porque él estaba convencido de que no lo empleaba en vano y porque le era más cómodo para su predicación. En esto se parece Jesús a los autores de los manuscritos de Qumrán.

Seguiremos. Saludos cordiales de Antonio Piñero.

www.antoniopiñero.es

Lunes, 12 de Enero 2009


Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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