CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero



Hoy escribe Antonio Piñero

Una vez que hemos concluido con nuestra visión introductoria a Pablo de Tarso, tratando el tema del “Pablo precristiano”, vamos a proceder a la segunda parte de este tema general, que nos sirve como guía para entender el complejo pensamiento paulino: el análisis de sus cartas auténticas.

En la nota 3-02 (día 16-12-2008) informábamos al lector que hay argumentos muy serios, desde el punto de vista de la filología y de la historia para distinguir entre cartas auténticas de Pablo y otras de sus discípulos. Eran en síntesis los siguientes:

1. Grandes o notables divergencias de estilo y vocabulario

2. Notables diferencias de concepciones teológicas

3. Dificultades para el historiador a la hora de encajar los datos ofrecidos por las cartas sospechosas en lo que se sabe con certeza de la vida de Pablo.

Sosteníamos también que hoy día hay un notable consenso (90%) entre los investigadores para apoyarse en estos argumentos y declarar genuinamente paulinas, es decir, “sólo auténticas sin duda alguna”, las siguientes cartas: 1 Tesalonicenses, Gálatas, Filipenses, Filemón, 1 y 2 Corintios y Romanos.

Hay dudas en Colosenses respecto a la autoría, y pocas en el resto de las cartas que componen el "corpus" o conjunto de cartas transmitidas en nombre del Apóstol.

Las que vamos a tratar de analizar y comentar brevemente en notas sucesivas de este blog son las siete auténticas.

Cuando concluyamos con la Primera carta a los Tesalonicenses, que es también la primera compuesta por Pablo desde el punto de vista cronológico y el documento más antiguo del Nuevo Testamento, nos detendremos y volveremos de nuevo nuestra vista al segundo gran tema que nos ocupa: la “divinización de Jesús”.

Iniciamos, pues, la andadura con 1 Tesalonicenses ( 1 Tes)

Unos veinte años después de la muerte de Jesús el grupo de sus seguidores comienza a producir literatura teológica importante. Dentro de ella destaca notablemente la obra de Pablo de Tarso, que debe valorarse con mucho cuidado porque a la candente pregunta de quién fundó estrictamente el cristianismo habrá que tenerle a él muy en cuenta.

Si como se opina en general 1 Tesalonicenses fue compuesta en el 50 o 51, esta carta es el documento más antiguo del Nuevo Testamento llegado hasta nosotros.

Esta carta contiene interesantes datos sobre los viajes de Pablo, sobre una comunidad cristiana recién fundada y las preocupaciones del Apóstol por ella. Nos indica también el núcleo de la predicación de Pablo a los paganos, y nos hace vivir su creencia en un fin del mundo inmediato.

La carta sirve además de primer banco de pruebas para contrastar algunas afirmaciones al respecto transmitidas por el autor de los Hechos y otras consignadas por el Apóstol.

1. Marco y ocasión de la carta

Durante el llamado “segundo viaje misionero”, y después de que el “Concilio de Jerusalén” (el lector debe leer aquí Hechos 15; Gálatas 2) permitiera que los gentiles siguieran en parte con su modo de vida sin la obligación de circuncidarse y sin la necesidad de observar las leyes de pureza del judaísmo, Pablo llega desde Filipos (norte de Grecia) a Tesalónica (1 Tes 2,2), y funda allí una nueva comunidad cristiana (1,5s).

Tuvo el Apóstol que marcharse pronto, por lo que se planteó volver a Tesalónica para una nueva visita, pero las circunstancias lo impidieron (2,17ss).

En el entretanto Pablo está en Atenas (3,1) y desde allí, ansioso por saber cómo les iba a los nuevos cristianos por él convertidos, envía a su discípulo Timoteo a Tesalónica (3,1s). Pablo sabe que le compete velar por la perseverancia en la fe de las comunidades que ha fundado.

Timoteo vuelve con buenas noticias (3,6), y probablemente con una carta en la que los tesalonicenses preguntan al Apóstol que les aclare algunas dudas respecto a los momentos finales del mundo y la segunda venida de Jesús como juez triunfante (4,13ss). Lo que más preocupa a los tesalonicenses es qué ocurrirá con los cristianos que ya han fallecido antes de la venida de Jesús que se imaginaba muy próxima. Pablo responde a esta cuestión, como veremos, y aprovecha para expresar también otras ideas sobre la vida diaria de la comunidad.

Seguiremos. Saludos cordiales de Antonio Piñero.

www.antoniopinero.com

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Martes, 24 de Febrero 2009


Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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