CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero

(27-04-22) (II)


Escribe Antonio Piñero
 
Continúo con lo emprendido el 24-02-22. En su Introducción con una claridad poco usual entre los exegetas confesionales que “La lectura de los textos sagrados mismo que forman el Nuevo Testamento destila contradicciones notorias”. Uno y principal es el intento de aclarar –como ya escribimos– la cuestión de los hermanos/primos  de Jesús por medio de la apelación al substrato muy judío de los Evangelios (p. 16).
 
Pero, afirma nuestro autor:
 
“Circunscribir al mundo judío de la Palestina conquistada por Roma durante el siglo primero la historia relatada en los evangelios, plantea un nuevo problema por resultar contradictorio en otro punto: si Jesús es Hijo de Dios en sentido de paternidad divina, tal como afirma la tradición cristiana, se plantearía algo que de ninguna manera reflejaría el ambiente judío de la época. No es posible aceptar que un judío creyera en tal cosa, ni siquiera que soportara el mero hecho de sugerir que su dios, Yahvé, tuviera descendencia, no digamos humana. En cambio, eso mismo sí era idea corriente en el mundo grecorromano. Así pues, ante la contradicción de esas dos visiones religiosas del mundo, la judía y la pagana, y dado que los evangelios están escritos en griego pero reflejarían las creencias judías en la vida de Jesús de Nazaret se hablaría de «hijo de Dios», no de «Hijo de Dios» (La primera con minúscula; como cualquier judío piadoso de la época; la segunda con mayúscula: el único “Hijo” y con una paternidad por parte de Dios absolutamente afirmada).
 
La conclusión obtenida de este mero ejemplo es la necesidad de que el lector del Nuevo Testamento tenga absolutamente en cuenta el hecho de que si se apela para entender este corpus la necesidad de distinguir entre dos culturas y perspectivas, no hay más remedio que estudiar a fondo y con detalle “qué puede encajar en una u otra”.
 
Y luego sigue un párrafo que ni tiene desperdicio y que yo me permito reproducir por su importancia:
“El ejemplo de hijo / Hijo obliga a leer muy cuidadosamente los textos; a diferenciar capas en un texto que aparentemente es uniforme. Estas capas serían el fruto de varios factores: la mentalidad de cada cultura (judía-pagana), las distintas manos redactoras (sabemos que la colección Nuevo Testamento tiene muchos autores), las distintas épocas de redacción de cada texto (es evidente que los discípulos de Pablo hubieron de escribir después de Pablo), el conocimiento y habilidad de cada autor para expresarse en el idioma elegido para ello. Estas capas, que después de reflexionar un poco no pueden considerarse imaginarias, afectan directamente a la información que ofrecen los textos” (p. 17).
 
En la “cristología” (ciencia que estudia cómo y en qué sentido se titula, y se afirma, que Jesús de Nazaret es el cristo / ungido /mesías) del Nuevo Testamento hay muchas capas que se superponen y que es necesario distinguir en el tiempo. Las he señaldo muchas veces y veo que nuestro autor las recoge. Son las siguientes:
“La contradicción en el caso de cuándo se considera que Jesús es «Hijo de Dios»  resulta ser la constante, no una peculiaridad. Pablo de Tarso, primer escritor conservado de la colección neotestamentaria, dice expresamente: Jesús es Hijo/hijo (no queda claro) de Dios desde la resurrección de los muertos (Romanos 1, 4); el siguiente texto, Marcos, apunta que la proclamación como hijo/Hijo de Dios tuvo lugar tras su bautismo en el Jordán (Mc 1, 13); en Mateo y Lucas, que se escribieron por este orden tras Marcos, su calidad de Hijo de Dios se fecha en el momento de la concepción por María (Mt 1, 18 y 22; Lc 1, 35). En Juan, para acabar, se dice que Jesús es Hijo de Dios desde el comienzo del mundo (Jn 1, 1-13). Salvo que acudamos a las mencionadas capas molestamente presentes entre unos y otros textos, la explicación de tales contradicciones y ortografías es muy difícil” (pp. 17-18).
 
Lo dejo aquí como materia de reflexión. El Nuevo Testamento está lleno de “cuestiones” / “problemas” de interpretación y a menudo no es fácil que un individuo solo pueda resolverlas. Hay que traer en nuestra ayuda lo que han dicho filólogos e historiadores que llevan años estudiando las capas / estrato diversas de los textos neotestamentarios. Esa ayuda, proporcionada por3 los libros de explicación / exégesis es bienvenida.
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero
 
NOTA
 
Estos tiempos han sido fecundos en entrevistas por radio y You Tube. Ahí va otro enlace. Esta vez el tema era la “Pasión de Jesús” de acuerdo con la época en la que se produjo la tal entrevista, Semana Santa:
 
Indagando En la Biblia. Enlace de YouTube de la charla acerca de La Pasión de Jesús.
 
https://youtu.be/jUxeulFGMn4

Miércoles, 27 de Abril 2022


Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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