CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero

Quizás esta hipótesis ya añeja se acerque más a la presunta verdad histórica



 
Escribe Antonio Piñero
 
Se cree que Jesús probablemente murió en abril del año 30. Dos décadas más tarde, hacia el año 50, un avispado discípulo que vivía en Jerusalén pensó que los seguidores del Maestro hablaban mucho de sus sufrimientos finales, su muerte y resurrección, pero que a nadie se le había ocurrido poner por escrito lo sucedido. Así que este personaje, cuyo nombre ignoramos, compuso una historia de esos hechos y, al parecer, concentró en una semana acontecimientos que posiblemente habían sucedido a lo largo de meses; semana que coincidiría con la Pascua judía, que se celebra en el mes de nisán, correspondiente a marzo / abril.
 
Esta primera historia de la Pasión de Jesús hubo de ser la base del relato que aparece en el primer Evangelio que se compuso: el de Marcos (escrito hacia los años 71-75). Los investigadores están de acuerdo en que el evangelista tuvo como modelo un texto anterior, pero este relato se ha perdido, de manera que sólo nos queda la narración de Marcos. Los otros evangelios aceptados por la Iglesia presentan variaciones, divergencias y contradicciones respecto al de Marcos. Son los de Mateo (compuesto hacia 85-90), Lucas (escrito en torno a 90-95) y Juan (redactado sobre el año 100). Quizás en septiembre.
 
 Debemos tener presente que una tradición antigua no siempre es verdadera. Un ejemplo conocido y flagrante: , debido al prestigio de Aristóteles se sostuvo durante más de veinte siglos que la Tierra era el centro del universo y que el sol giraba en torno a ella; sólo gracias a Copérnico y Galileo se pudo caer en la cuenta de que esa «verdad», ya tradicional, no era tal. Puede que suceda algo parecido con algunas partes del relato de Marcos a pesar de su antigüedad, pues tenemos indicios de que las acciones y dichos de Jesús pudieron ocurrir de un modo diferente y en un tiempo más dilatado –de hasta seis meses– no precisamente en la semana escasa al término de la cual murió Jesús
 
El primer indicio de estas diferencias aparece en la entrada triunfal en Jerusalén. El Evangelio de Juan pinta a Jesús rodeado de gentes que portaban palmas, pero la mera presencia de las palmas apunta a septiembre, a la fiesta de los Tabernáculos, pues sólo en ella eran típicas esas ramas: las palmeras no eran propias de la zona de Jerusalén, sino que sus palmas se traían siempre de fuera, de Jericó, justo para esa fiesta.
 
El segundo indicio es el episodio en el que Jesús está hambriento y busca algo de comer: «A la mañana siguiente [...] sintió hambre. Viendo una higuera junto al camino, se acercó, pero no encontró nada más que hojas. Entonces le dijo: “Nunca jamás brote fruto de ti”. Y la higuera se secó de repente» (Mateo 21,18-21). So pena de tener a Jesús por un ignorante que desconocía lo más elemental. Lo cual es más que dudoso.
 
Y el tercer indicio es la inverosímil acumulación, de acontecimientos en un espacio tan breve de tiempo: apenas una semana. Desde el domingo, día de la solemne entrada de Jesús en Jerusalén aclamado como mesías, hasta su muerte en un viernes 14/15 del mes de nisán se suceden los siguientes hechos:
 
- Ingreso triunfal en Jerusalén
- Jesús llora por el trágico destino de la ciudad
- La denominada “Purificación del Templo”
- Maldición de la higuera
- Insidias de las autoridades judías contra Jesús
- Unos griegos quieren ver a Jesús
- Unción en Betania
- Traición de Judas
- Preparación de la Pascua
- Última Cena
- Tránsito al Monte de los Olivos
- Episodio de Getsemaní
- Traición de Jesús
-  Jesús es apresado
- Jesús ante el Sanedrín (“proceso judío”), más las negaciones de Pedro, más los episodios de burlas
- Entrega a Pilato más la muerte de Judas
- “Proceso romano”
- Episodio de Barrabás
- Episodio del “Ecce Homo”
- Burlas romanas a Jesús
- Camino del Gólgota
- Episodio del Cireneo
- Crucifixión
- Episodio de los dos ladrones crucificados con Jesús
- Muerte de Jesús
- Sepultura
 
Añádase a esto que desde la Última Cena hasta la sepultura transcurren solamente horas. Hay que sumar a estas acciones una dilatada tarea de enseñanza de Jesús en el Templo –y posiblemente en otros lugares– con los episodios didáctico-polémicos siguientes:
 
- Disputa sobre el poder de Jesús y el bautismo de Juan
- Discursos diversos en los que van incluidos las parábolas siguientes: de los dos hijos; de los malos viñadores; de los invitados a las bodas reales. En un segundo momento, discursos que contienen las siguientes parábolas: sobre los días del Diluvio y exhortación a la vigilancia; sobre los siervos fiel e infiel; sobre las diez vírgenes; sobre los talentos/minas; sobre el juicio final.
- La disputa pública con los fariseos sobre la cuestión del pago del tributo al César
- Disputa pública con los saduceos sobre la resurrección
- Enseñanza sobre el primer y más importante mandamiento
- Disputa sobre la filiación davídica del mesías
- Discurso general contra fariseos y doctores de la Ley
- Lamentos sobre la ciudad de Jerusalén
- Episodio del óbolo de la viuda
- Largo discurso de Jesús sobre las señales del tiempo final (el denominado “Apocalipsis sinóptico”)
- Largos discursos de Jesús en la Última Cena según el Evangelio de Juan.
 
 
Esta hipótesis de la compresión en una semana de hechos y dichos de Jesús que ocurrieron en más tiempo, siguiendo la doctrina aristotélica –en su “Poética”: libros V, VII y VIII– de la unidad de tiempo, lugar  y acción (en realidad Aristóteles habla solo explícitamente de la unidad de acción, pero la de tiempo y lugar han sido deducidas de sus palabras , como presupuestos poéticos, retóricos  de un relato dramático convincente (desde el punto de visa teatral y literario en general) es muy antigua y nada original. Pero creo que la investigación la rechaza con demasiada facilidad.
 
He tomado esta nota de mi libro, editado junto con Eugenio Gómez Segura, “La Verdadera historia de la Pasión", EDAF, Madrid, 2008. En más de un par de ocasiones me han preguntado si este libro estaba descatalogado, Y respondo así que no lo está
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero
 
 

Miércoles, 5 de Abril 2023


Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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