CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero
Hoy escribe Antonio Piñero

Continuamos con el contenido de la carta a los Filipenses

1,15-20a:

« Es cierto que algunos predican a Cristo por envidia y rivalidad; mas hay también otros que lo hacen con buena intención; 16 éstos, por amor, conscientes de que yo estoy puesto para defender el Evangelio; 17 aquéllos, por rivalidad, no con puras intenciones, creyendo que aumentan la tribulación de mis cadenas. 18 Pero ¿y qué? Al fin y al cabo, hipócrita o sinceramente, Cristo es anunciado, y esto me alegra y seguirá alegrándome. 19 Pues yo sé que esto servirá para mi salvación gracias a vuestras oraciones y a la ayuda prestada por el Espíritu de Jesucristo, 20 conforme a lo que aguardo y espero, que en modo alguno seré confundido; »

Aclaración:

El Apóstol establece una distinción entre los que predican el Evangelio tal como él lo entiende (1,16-17) y ciertos rivales, que lo hacen por envidia o rivalidad (vv. 15 y 17). Afirma, sin embargo, que lo importante es que Cristo sea anunciado y glorificado (vv. 18-20).

Atribuir a “envidia" o " a rivalidad” el que otros prediquen una interpretación distinta de la figura y misión Jesús, y de la consecuente salvación de quien en él cree, es una especie de juicio superficial voluntario por parte de Pablo. Probablemente lo hace por denigrar a sus adversarios teológicos. Sabemos ya por la Epístola a los gálatas, que misioneros venido de Jerusalén, totalmente contrarios a la teología de Pablo y enemigos suyos a muerte, deseaban a toda costa defender el modo cómo ellos entendían a Jesús, muy distinto al del Apóstol.

Pablo desea quitar importancia al hecho de que los de Jerusalén –y algunos de Antioquia- no estaban de acuerdo con él en puntos sustanciales de su visión cristiana. Es importante señalar que ya al inicio mismo de su andadura, el grupo cristiano no era homogéneo. En principio, y a priori, la interpretación de Jesús por parte del grupo de la comuidad primitiva, hebrea, de Jerusalén debía de ser más cercano al pensamiento del Jesús histórico que la reinterpretación paulina.

1,20b-26:

« 20 Antes bien, que con plena seguridad, ahora como siempre, Cristo será glorificado en mi cuerpo, por mi vida o por mi muerte, 21 pues para mí la vida es Cristo, y la muerte, una ganancia. 22 Pero si el vivir en la carne significa para mí trabajo fecundo, no sé qué escoger… 23 Me siento apremiado por las dos partes: por una parte, deseo partir y estar con Cristo, lo cual, ciertamente, es con mucho lo mejor; 24 mas, por otra parte, quedarme en la carne es más necesario para vosotros. 25 Y, persuadido de esto, sé que me quedaré y permaneceré con todos vosotros para progreso y gozo de vuestra fe, 26 a fin de que tengáis por mi causa un nuevo motivo de orgullo en Cristo Jesús cuando yo vuelva a estar entre vosotros. »

Aclaración:

El resultado de su proceso judicial pendiente es incierto, y puede acabar en pena de muerte (v. 20), como dijimos. Pero si ello ocurre, será una ganancia para Pablo: conseguirá abandonar la materia (su cuerpo y el mundo) de una vez, y estar por siempre con Cristo (v. 21). Nótese la contraposición entre materia y espíritu, muy típica de Pablo y también de los gnósticos. El mundo material paa Pablo no tiene importancia alguna. En esto no se muestra judío.

Por otro lado, le parece bien a Pablo seguir viviendo y predicando el Evangelio, pues ello ayudará al “progreso y gozo de la fe” de sus conversos (vv. 22-26).

1,27-30:

« 27 Lo que importa es que vosotros llevéis una vida digna del Evangelio de Cristo, para que tanto si voy a veros como si estoy ausente, oiga de vosotros que os mantenéis firmes en un mismo espíritu y lucháis acordes por la fe del Evangelio, 28 sin dejaros intimidar en nada por los adversarios, lo cual es para ellos señal de perdición, y para vosotros de salvación. Todo esto viene de Dios. 29 Pues a vosotros se os ha concedido la gracia de que por Cristo... no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él, 30 sosteniendo el mismo combate en el que antes me visteis y en el que ahora sabéis que me encuentro. »

Aclaración:

Es una exhortación a vivir y luchar por la fe. Pablo promete que si sale con vida, irá a visitar a los filipenses; de cualquier modo –les dice— es importante conservar siempre la unidad, “firmes en un mismo espíritu”, y continuar el combate por la fe a ejemplo de él mismo (vv. 28-30).

Nótese aquí y en otros lugares cómo el Apóstol se pone de ejemplo para sus fieles, y a la vez cómo hace de sus vivencias y modo de actuar un tema de exhortación moral. Se trata de convertir la mera anécdota en algo positivo, una exhortación al bien obrar. La imitación de Dios (Evangelio de Mateo 5,48: “Sed perfectos como perfecto es vuestro Padre celestial”) se convierte ahora en imitación de Cristo (Tomás de Kempis), y de su discípulo Pablo.

Es importante el v. 28, con su mención por vez primera de unos “adversarios”, aunque nos quedamos sin saber quiénes son exactamente. O bien paganos de fuera, los que habían provocado la prisión de Pablo (en Filipos y el disturbio de Éfeso), o bien los que “predican el Evangelio por envidia y rivalidad” (1,15): un frente de judeocristianos parecidos a los enemigos de Pablo en Gálatas, como dijimos más arriba. Mejor esta posibilidad.

El Apóstol no parece concederles de momento mucha importancia: sabe que la comunidad es fuerte a pesar de los sufrimientos, y que el éxito es seguro con la ayuda de Dios (vv. 29-30).

2,1-5

« Así, pues, os conjuro en virtud de toda exhortación en Cristo, de toda persuasión de amor, de toda comunión en el Espíritu, de toda entrañable compasión, 2 que colméis mi alegría, siendo todos del mismo sentir, con un mismo amor, un mismo espíritu, unos mismos sentimientos. 3 Nada hagáis por rivalidad, ni por vanagloria, sino con humildad, considerando cada cual a los demás como superiores a sí mismo, 4 buscando cada cual no su propio interés sino el de los demás. 5 Tened entre vosotros los mismos sentimientos que Cristo »

Aclaración:

Continúa Pablo con diversas recomendaciones: se debe fomentar todo aquello que fomenta la unión del grupo o la comunidad. Ya dijimos que el Apóstol, como buen judío, aunque piensa en una salvación individual cree firmemente en el espíritu de pueblo o grupo: el individuo se salva dentro del Israel verdadero escogido por Dios. Por tanto, hay qye vivir el Evangelio -con su secuela de salvación- con unidad de pensamiento, de espíritu y de amor, procurando la humildad y evitando la rivalidad y el interés propio. La síntesis es “tener los mismos sentimientos que Cristo”: aunque Pablo no mencione la vida de Jesús, la da por supuesta. Jesús es modelo de "santo" y de "justo", como expresará claramente más tarde la teología del Evangelio de Lucas.


Seguiremos. Saludos cordiales de Antonio Piñero.
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Saludos de nuevo.


Sábado, 25 de Abril 2009

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Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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