CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero


Hoy escribe Antonio Piñero


Tema: concluimos hoy con la presentación de los textos que nos han parecido más importantes sobre las concepciones de los judíos del siglo I d.C. y alrededor acerca del mesianismo. Los textos que hoy presentamos están tomados de la obra “Apócrifos del Antiguo Testamento”, Editorial Cristiandad, vol. VI, Madrid 2009, pp. 99-102.

En esta última entrega de textos nos ocupamos del Apocalipsis de Abrahán, obra de base judía, pero muy reformada y acomodada al cristianismo por los escribas cristianos. Por ello el reino mesiánico se describe sobre todo pensando en el mundo de ultratumba (concepción cristiana) cuyo representante es la nueva Jerusalén, celeste, futura, que sustituye a la Jerusalén terrena con su templo terreno, hecho por mano de hombres. Los judíos son infieles y los cristianos justos serán los únicos que se salvarán en el mundo futuro.

Veamos los textos:

· Destrucción futura del templo de Jerusalén (27,1-8; AAT VI p. 101)

Miré y vi: he aquí que la imagen se agitaba y desde la parte izquierda irrumpió una turba de paganos, lanzándose al pillaje de los que estaban en la parte derecha de la imagen, hombres, mujeres y niños. A unos los mataron y a otros los retuvieron junto a sí. He aquí que vi corriendo hacia ellos cuatro generaciones; prendieron fuego al templo y saquearon las cosas santas que había en él.

Dije:

- ¡Oh, Eterno fuerte!, he aquí que las multitudes de paganos se lanzan al pillaje de la gente que aceptaste (que nacieran) de mí: a unos los matan y a otros los fuerzan al exilio. Prendieron fuego al templo, saquean y destruyen las obras de arte que hay en él. ¡Oh, Eterno Fuerte!, si esto es así, ¿por qué ahora afligiste mi corazón y por qué será así?

Me dijo:

- Escucha, Abrahán, todo lo que viste ocurrirá porque tus descendientes me irritarán a causa del ídolo que viste y del asesinato (cometido) en la imagen en el templo del celo. Todo lo que viste, será así.

Dije:

- ¡Oh, Eterno fuerte!, que pasen ahora las malas acciones cometidas en la impiedad, pero (haz permanecer) con más razón a los justos que han cumplido los mandamientos. Pues tu puedes hacerlo.

Me dijo:

Se les aparecerá primero el tiempo de justicia bajo el aspecto de sus reyes que juzgarán con justicia a aquellos que antes creé de ellos para gobernar sobre ellos. De éstos surgirán hombres que se ocuparán de ellos, como te he anunciado y como viste.


• Castigo de los malvados. El juicio (28,1-29,19; AAT VI pp. 102-103).

- ¡Oh, Poderoso, santificado por tu poder, sé misericordioso ante mi ruego! Por esto hazme saber y muéstrame, pues para eso me elevaste a tu altura. Por esto hazme saber a mí, tu favorito, lo que pregunto: ¿todo lo que vi les ocurrirá durante largo tiempo?

Me mostró la multitud de sus gentes y me dijo:

- A causa de esto, por las cuatro generaciones que has visto, se suscitará mi cólera y habrá retribución de sus obras por mi parte […].

Miré y vi a un hombre saliendo de la parte izquierda, la de los paganos. Salieron hombres, mujeres y niños desde la parte de los paganos en turbas numerosas y lo adoraron. Seguí mirando y salieron los que estaban en la parte derecha: unos afrentaban a ese hombre, otros le golpeaban y otros lo adoraban. Vi que éstos lo adoraban, y acudió Azazel y lo adoró; y tras besar su rostro se volvió y permaneció detrás de él.

Dije:

- ¡Oh, Eterno fuerte! ¿quién es el hombre afrentado, golpeado pero también adorado por los paganos junto con Azazel?

Respondió y dijo:

- Oye, Abrahán, el hombre al que has visto afrentado y golpeado, pero también adorado, es el alivio ante los paganos, durante los últimos días, en la hora duodécima de este siglo impío, para la gente que procederá de ti. En el año duodécimo de mi siglo final estableceré a este hombre que procede de tu descendencia y al que has visto salir de entre mi gente.

Antes incluso de que empiece a crecer el siglo justo, vendrá mi juicio sobre los paganos inicuos por parte del pueblo de tu descendencia escogido por mí. En esos días haré venir sobre toda criatura terrestre diez plagas, por medio de la desgracia, la enfermedad y el gemido de dolor de sus almas. Todo esto haré venir sobre las generaciones de hombres que están en la imagen a causa de la cólera y de la corrupción de su naturaleza con las que me irritan. Entonces serán restablecidos los hombres justos de tu descendencia, en número dispuesto por mí, encaminándose a la gloria de mi nombre, hacia el lugar previamente preparado para ellos, el cual viste vacío en la imagen. Los que vivan serán fortificados con los sacrificios y los dones de la justicia y la verdad en el siglo justo. En mí se regocijarán siempre, destruirán a los que les destruyeron y ultrajarán a los que les ultrajaron con la calumnia […].

· Imagen del templo futuro (25,1-26,5; AAT VI pp. 99-100):

Vi allí la imagen del ídolo celoso semejante a la imagen tallada en madera que hacía mi padre y su cuerpo era de cobre brillante. Ante él había un hombre que lo adoraba. Y enfrente de él un altar y sobre él infantes degollados de cara al ídolo. Le dije:

¿Qué es este ídolo? ¿Qué es este altar? ¿Quiénes son las víctimas? ¿Quién es el sacrificador? ¿Qué es el templo tan hermoso que veo, el arte y la belleza de tu Gloria, que está bajo tu trono?

Dijo:

- Oye, Abrahán, este templo, altar y belleza que has visto, es mi concepto de la sacralidad de mi Nombre glorioso. En este templo se ubicará toda oración humana y el advenimiento de todo monarca y profeta, y cualquier sacrificio que ordenare ofrecerme entre mi pueblo que surgirá de tu raza. Pero el ídolo que has visto, es mi ira contra aquellos que me encolerizarán y que procederán del pueblo que (surgirá) de ti. El hombre que viste sacrificando es el que me encoleriza. El sacrificio es el martirio de los que son mi testimonio del juicio final desde el principio de la creación.

Dije:

- ¡Oh, Eterno fuerte!, ¿por qué has establecido que esto sea así? ¡Revoca, pues, esta decisión!

Me dijo:

- Oye, Abrahán, comprende lo que te voy a decir y contesta a lo que te voy a preguntar. ¿Por qué tu padre Taré no escuchó tu voz y no abandonó la idolatría demoníaca hasta que pereció y con él toda su casa?

Dije:

- ¡Oh, Eterno fuerte!, es enteramente porque no le dio la gana escucharme, ni yo le seguí en sus acciones.

Dijo:

- Escucha, Abrahán, del mismo modo que el parecer de tu padre estaba en él, y tu parecer está en ti, así el parecer de mi voluntad está en mí y permanece dispuesto para los días venideros. No los conocerás antes ni verás con tus propios ojos las cosas que sucederán en ellos, pues son para tus descendientes. ¡Mira la imagen!


En síntesis:

No se ve claro dónde será el reino futuro. ¿Sobre la tierra de Israel? ¿Ultraterreno? De cualquier modo, surgirá después de la destrucción definitiva del templo de Jerusalén y la implantación de un templo nuevo por mano de Dios. Los paganos –simbolizados en el padre de Abrahán, Taré- que no escuchan la voz de Dios, manifestada en la naturaleza y la Escritura, serán castigados. Sólo se salvarán los justos.

Probablemente, finalizado el reino mesiánico sobre la tierra (¿?), vendrá otra etapa de la humanidad (los que se salven), pero será en un mundo diferente, ultramundano, en el cielo.

Seguiremos con la aplicación de todo esto al mesianismo de Jesús.

Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com

…………….…………………

• Hoy en el “Blog de Antonio Piñero” se trata del siguiente tema:

“Más precisiones sobre la figura de Henoc-Metatrón”

• Magíster de "Ciencias de las Religiones" Universidad PABLO DE OLAVIDE, Sevilla (Véase postal de 26-06-2009)

Para obtener más información:

http://www.upo.es/historia_antigua/master_religiones/index.jsp

Saludos de nuevo.



Miércoles, 16 de Septiembre 2009


Hoy escribe Antonio Piñero

Tema: Estamos terminando de mostrar todos los textos interesantes sobre las concepciones del mesianismo en el judaísmo del siglo I de nuestra era y alrededores, para compararlas con las concepciones de Jesús y sus discípulos sobre Jesús mesías. Hoy abordamos el Apocalipsis de Baruc siríaco que es muy importante. Hay otro "Apocalipsis de Baruc" en griego, pero es más tardío y nada trae sobre nuestro tema.

En síntesis el Ap. siríaco dice sobre el mesías lo siguiente:

comenzará a manifestarse después de las tribulaciones que afectarán a la tierra (29,3). En algunas ocasiones el mesías posee un carácter guerrero. Ejecutará al último gobernante sobre la tierra (40,2), y permitirá vivir a algunas naciones, pero destruirá otras (70,9; 72,2). Todos los textos están tomados de la obra “Apócrifos del Antiguo Testamento”, Editorial Cristiandad, vol. VI, Madrid 2009,195-218.


Veamos los pasajes

A. La batalla del final de los tiempos. Venida del mesías (que se supone ya preparado por Dios): 70, 7-10: (Apócrifos del Antiguo Testamento VI [Cristiandad, Madrid, 2009] p. 217)


7 El Altísimo se revelará a las naciones que preparó de antemano, y vendrán a combatir contra los gobernantes que entonces queden. 8 Y ocurrirá que todo el que se libre del combate morirá en un tumulto; el que se libre del tumulto será abrasado por el fuego; y el que se libre del fuego, perecerá por el hambre. 9 Y ocurrirá que todo el que se libre y escape de todas estas cosas predichas -los que vengan y los que sean vencidos- serán entregados a manos de mi siervo el mesías. 10 Toda la tierra devorará a sus habitantes.

B. No habrá compasión contra los enemigos del Israel y del reino de Dios (72, 2-6) AAT VI p. 70):


2 Después de que hayan venido los signos que se te dijeron anteriormente, cuando las naciones sean turbadas y llegue el tiempo de mi mesías, él llamará a todas las naciones: a unos (los) dejará vivir y a otros (los) matará. 3 Esto sucederá a las naciones que serán salvadas por él. 4 Todo pueblo que no haya explotado a Israel ni haya pisado la semilla de Jacob vivirá. 5 Y esto es porque algunos de entre todas las naciones habían sido sometidos a tu pueblo. 6 Todos aquellos que te han dominado o te han explotado serán entregados a la espada.


El mesías tiene carácter guerrero: 40,1-4 (AAT, VI, p. 199):


40 1 “El último gobernante que entonces quede vivo, cuando sea destruido su numeroso pueblo, será encadenado y subido al monte Sión. Mi mesías lo reprenderá por todas sus iniquidades, reuniendo y poniendo ante él todas las acciones de su gente. 2 Luego lo matará y protegerá al resto de mi pueblo que se encuentre en el lugar que yo elegí. 3 Su autoridad permanecerá eternamente hasta que se acabe el mundo corruptible y se cumplan los tiempos predichos. 4 Ésta es tu visión y ésta es su interpretación”.


C. 28,6 - 29, 8: descripción del reino mesiánico, sobre la tierra de Israel, una especie de Jauja feliz (AAT VI pp. 194-195):

28,6: Si, por consiguiente, Señor, es verdad que va a suceder lo que me has predicho que ocurrirá, si he hallado gracia a tus ojos, hazme saber también lo siguiente: ¿eso sucederá sólo en un lugar o en una de las partes de la tierra o va a ser agitada toda la tierra?

29 1 Respondió diciéndome:

- Toda la tierra se agitará entonces. 2 Por eso todos los seres vivos lo notarán. En aquel tiempo protegeré tan sólo a los que se encuentren en esos días en esta tierra. 3 Acaecerá que, tras cumplirse lo que debe suceder en esas etapas, comenzará a manifestarse el mesías. 4 Behemot se manifestará desde su lugar y Leviatán ascenderá desde el mar: los dos grandes cetáceos que creé el quinto día de la creación y que reservé para ese tiempo. Entonces servirán de alimento para todos los que queden 5 La tierra dará también su fruto, diez mil por uno: en una vid habrá mil pámpanos, un pámpano producirá mil racimos, un racimo dará mil uvas y una uva producirá un k¿r de vino. 6 Los que desfallecían se regocijarán y también verán prodigios todos los días. 7 Desde mi presencia saldrán vientos que traerán cada mañana un aroma de frutos deliciosos, y al final del día nubes que destilarán un rocío saludable 8 En aquel tiempo ocurrirá que descenderá de nuevo desde el cielo el tesoro del maná y comerán de él durante esos años, pues ellos son los que llegaron al final de los tiempos.

En síntesis: el mesías es un ser humano. Tiene un carácter misterioso porque está preparado y escondido por Dios. Vendrá sobre la tierra cuando Dios disponga que el mundo presente debe acabarse y a su vez debe inaugurarse el reino mesiánico. Antes habrá signos del fin y –como en el Apocalipsis de Juan, los reyes de la tierra lucharán contra el mesías. Dios y el mesías lo vencerán… y se instaurará el reino mesiánico sobre la tierra. Israel será feliz y los pueblos que hayan quedado con vida de la tierra entera servirán, o al menos respetarán, a Israel.

Finalizado el reino mesiánico sobre la tierra, vendrá otra etapa de la humanidad (los que se salven), pero será en un mundo diferente, ultramundano, en el cielo.

Seguiremos con otros textos de la época.

Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com

…………….…………………

• Hoy en el “Blog de Antonio Piñero” se trata del siguiente tema:

“El Dios salvador que actúa en la historia”

• Magíster de "Ciencias de las Religiones" Universidad PABLO DE OLAVIDE, Sevilla (Véase postal de 26-06-2009)

Para obtener más información:

http://www.upo.es/historia_antigua/master_religiones/index.jsp

Saludos de nuevo.


Lunes, 14 de Septiembre 2009


Hoy escriben Antonio Piñero/Florentino García Martínez


Tema: A propósito de la publicación del tomo VI, “Apocalíptica” de la colección “Apócrifos del Antiguo Testamento”, Edit. Cristiandad, Madrid, julio 2009, hacemos hincapié en la inmensa importancia de estos textos judíos para comprender los inicios del cristianismo.

Como sabemos, Ernst Käsemann, discípulo de Rudolf Bultmann, defendió que la raíz de la teología específicamente cristiana es en gran parte una copia de la apocalíptica judía que esos mismos cristianos habían superpuesto al pensamiento genuino de un Jesús no apocalíptico. Una vez expuestas las ideas de Käsemann, procedemos a la crítica. Ésta es la segunda entrega de la crítica, en la que discutimos el concepto de “apocalíptica” que muestra Käsemann.


El intento de definición de lo que es la apocalíptica nos precisa claramente que Käsemann emplea en su tesis la palabra “apocalíptica” con un sentido muy particular; en su opinión, “apocalíptica” no tiene nada que ver con el género literario de “apocalipsis” ni con las obras, judías o cristianas, generalmente consideradas como apocalipsis, ni tampoco con el contexto social en el que el fenómeno del apocalipticismo se desarrolla o con las expresiones literarias en las que este fenómeno se traduce, sino que se emplea únicamente como designación de un motivo teológico determinado presente en la comunidad cristiana primitiva, una de las formas de su escatología, a saber: la espera inminente de la parusía.

Es muy significativo en este sentido el que en los largos artículos de Käsemann no encontremos (salvo una referencia aislada a las aclamaciones del Apocalipsis de Juan) ninguna alusión a las obras consideradas como apocalipsis, ni tampoco ninguna referencia que justifique el considerar como “apocalípticas” determinadas ideas o expresiones.

Para Käsemann, “apocalíptica” es simplemente la forma de cristianismo primitivo caracterizada por la espera del retorno inminente de Jesús. Evidentemente, esta apocalíptica cristiana primitiva es considerada por Käsemann como una prolongación de la apocalíptica judía; por decirlo con sus propias palabras: ella “se alimenta teológicamente de la tradición apocalíptica judía”. Pero la verdadera apocalíptica judía queda fuera del campo de sus consideraciones, y el problema de si existe una apocalíptica cristiana como fenómeno distinto de la apocalíptica judía, y en este caso cuáles son los elementos que permiten diferenciarlas, o si los textos apocalípticos cristianos primitivos no son más que una expresión de la apocalíptica judía, no es ni siquiera planteado.

Planteando crudamente el problema, podremos preguntarnos: ¿es legítimo el reducir la apocalíptica a este único elemento teológico? La respuesta es obvia: el empleo de “apocalíptica” en este sentido sólo sirve para alimentar la confusión.

En el contexto protestante en el que Käsemann escribe y en la época en la que aparecen sus artículos, la palabra “apocalíptica”, lo mismo que el otro término clave que él emplea, el “entusiasmo”, tenían unas connotaciones provocativas evidentes, lo que puede explicarnos su empleo y el rumor provocado por su tesis. Pero esto no implica que su empleo fuera justificado.

Es significativo el que en su reacción, Bultmann, después de señalar algunas diferencias de detalle y una distinta interpretación de la antropología paulina, se limite a reformular el planteamiento sustituyendo “apocalíptica” por “escatología”, que es un vocablo más inclusivo:

“En mi opinión, puede decirse que la escatología es la madre de la primitiva teología cristiana, pero no la apocalíptica”

(R. Bultmann, “Ist die Apokalyptik die Mutter der christlichen Theologie?” = “¿Es la apocalíptica la madre de la teología cristiana?”, publicada originalmente en el Homenaje (Festschrift) a E. Haenchen, titulado Apophoreta, pp. 64-69 (la cita es de la p. 69), y reimpreso en Exegetica (Tubinga, Editorial Mohr, 1967) pp. 476-482.


Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com

………….……………

• En el otro blog, “Cristianismo e Historia”, el tema de hoy es el mismo, pues estamos comentando en los dos este libro.

………………………

Magíster de "Ciencias de las Religiones" Universidad PABLO DE OLAVIDE, Sevilla (Véase postal de 26-06-2009)

Para obtener más información:

http://www.upo.es/historia_antigua/master_religiones/index.jsp

Saludos de nuevo.
Domingo, 13 de Septiembre 2009


Hoy escribe Antonio Piñero

Tema: El reino del mesías davídico en la tierra (y en el mundo de ultratumba en el Libro de Hoc y en los Oráculos Sibilinos).

Está tan arraigado en el mundo judío que el reino mesiánico tendrá lugar sobre la tierra, y que estará tan lleno de bienes materiales, que cuando describen teóricamente el nuevo paraíso (el “cielo” para los cristianos) lo hacen del mismo modo, como el paraíso terrenal, lleno de frutos apetecibles y de bienes materiales. POr tanto las descripciones del paraíso nos valen también indirectamente para vislumbra las concepciones del reino mesiánico.

He aquí el texto:


Ascensión de Henoc al tercer cielo. Visión del paraíso (2 Henoc 5,1-13; Apócrifos del Antiguo Testamento IV 163-165)

Entonces los hombres me sacaron del segundo cielo y me llevaron al tercero, colocándome en medio del paraíso. Es éste un lugar de bondad incomprensible, en el que pude ver toda clase de árboles en pleno florecimiento, cuyos frutos estaban en sazón y olían agradablemente. Vi asimismo alimentos de toda especie que habían sido traídos allí y que despedían al hervir un aroma suavísimo. Y en el centro se encontraba el árbol de la vida, precisamente en el mismo lugar en el que suele reposar el Señor cuando sube al paraíso. Este árbol, indescriptible tanto por su calidad como por la suavidad de su aroma, es de una hermosura superior a todas las cosas existentes. Por cualquier lado que se le mire tiene un aspecto como de color rojo y gualda, parece como de fuego y cubre todo el paraíso; participa de todos los demás árboles y de todos los frutos y tiene raíces dentro del paraíso, a la salida de la tierra.

El paraíso está situado entre la corrupción y la incorrupción. Allí brotan dos fuentes: de una mana leche y miel; de la otra, vino y aceite, formando cuatro caudales que discurren plácidamente alrededor del paraíso, y salen al jardín del Edén entre la corrupción y la incorrupción. Desde allí siguen su curso dividiéndose en cuarenta brazos, atravesando palmo a palmo la tierra y observando la evolución de su ciclo como los demás elementos de la atmósfera. Allí no hay trazas de árboles estériles, sino que todos y cada uno producen frutos sazonados y es un lugar de bendición. De la vigilancia del paraíso están encargados trescientos ángeles, brillantes en extremo, que con voz incesante y canto agradable sirven al Señor todos los días. Y exclamé:

- ¡Qué bueno es este lugar!

A lo que los dos hombres repusieron:

- Este lugar, Henoc, está reservado a los justos que estén dispuestos a soportar toda clase de calamidades en su vida y mortifiquen sus almas y cierren sus ojos a la injusticia y hagan un juicio equitativo, dando pan al hambriento, vistiendo al desnudo, levantando a los caídos y ayudando a los huérfanos y ofendidos; a los que caminan sin mácula ante la faz del Señor y a él sólo sirvan. A todos éstos está reservado este lugar como herencia sempiterna.


Oráculos Sibilinos Libro VII (1-11; 139-162; AAT 2III 535-541)

Se trata de una falsificación cristiana –que en esto imitan a los judíos que lo habían hecho antes- de en torno al siglo IV o posterior- de los famosos Oráculos sibilinos, cuyos originales latinos se han perdido. En la primera parte del texto que a continuación transcribo se trata de los momentos angustiosos antes de la venida del reino mesiánico, y luego este reino, que ocurrirá ciertamente en un tiempo indeterminado después del Diluvio.

Habla presuntamente la Sibila:

A.

¡Ay de ti, mísera Rodo! Por ti la primera, por ti lloraré.
Serás la primera de las ciudades, la primera que perecerás,
de hombres privada y carente de recursos.
¡Delos, tú emprenderás la navegación, y sobre el agua, inestable estarás!
¡Chipre, algún día te destruirán las olas del verdoso mar!
¡Sicilia, te incendiará el fuego ardiente que caerá sobre ti!
Hablo del agua de Dios, temible e invasora;
Noé será el único de entre los hombres que escapará fugitivo.
La tierra flotará, los montes flotarán, y también flotará el éter;
agua será todo y en las aguas todo perecerá.
Pero se detendrán los vientos y habrá una segunda era […].
Pero en el tercer lote, del ciclo de años de la tercera ogdóada,
se verá de nuevo otro mundo.
Y entonces el terrible olor a azufre se extenderá en derredor
anunciando la muerte, cuando aquellos perezcan
entre tinieblas y plagas.

B.

Entonces creará Él la mente pura
de los hombres y restaurará tu raza como antes fue.
Ya nadie trazará profundo surco con curvo arado;
los bueyes no hundirán en la tierra el hierro enderezador;
ya no habrá sarmientos ni espigas, sino que todos a una
comerán con blancos dientes el maná cubierto de rocío.
Con ellos estará también Dios, que les enseñará,
igual que a mí, mísera. Pues ¡cuántas malas acciones cometí antes […].
¡Ojalá me lapidéis! ¡Sí, lapidadme todos!
Pagaré así mis culpas y pondré mis ojos fijos en el cielo.



Seguiremos con otros textos de la época.

Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com

…………….…………………

• Hoy en el “Blog de Antonio Piñero” se trata del siguiente tema:

“Los apóstoles en la literatura apócrifa”

………………………

Magíster de "Ciencias de las Religiones" Universidad PABLO DE OLAVIDE, Sevilla (Véase postal de 26-06-2009)

Para obtener más información:

http://www.upo.es/historia_antigua/master_religiones/index.jsp

Saludos de nuevo.








Viernes, 11 de Septiembre 2009
Hoy escribe Gonzalo del Cerro

Añado ahora una visión sinóptica del uso concreto de los libros bíblicos en los cinco Hechos Apócrifos primitivos de los Apóstoles. En ella puede apreciarse la preferencia de los distintos autores por los textos bíblicos paralelos. Es fácilmente constatable, por ejemplo, la presencia preferencial de Mateo frente a otros evangelistas. Notamos las menciones de Pablo en sus Hechos así como en los Hechos de los Apóstoles de Lucas. Por razones obvias, me limito en este lugar a las citas textuales, las alusiones indudables y a los sucesos bíblicos. Las cifras enumeran las referencias usadas. Los datos pueden verse en nuestra edición de los Hechos Apócrifos de los Apóstoles, vol. I 87ss.

HEHOS DE ANDRÉS

Antiguo Testamento

Gén: …………………………………………………………………………… 8
Éx: ……………………………………………………………………………… 2
Dt: …………………………………………………………………………… .. 2
Jer: ……………………………………………………………………………... 1
Tob: ……………………………………………………………………………. 1

Nuevo Testamento

Mt y otros: …………………………………………………………………….. 25
Mt solo: ………………………………………………………………………... 4
Mc solo: ……………………………………………………………………….. 2
Lc solo: ………………………………………………………………………… 9
Jn solo: …………………………………………………………………………. 5
Hch: …………………………………………………………………………….. 10
Rom: …………………………………………………………………………….. 3
1 Cor: ……………………………………………………………………………. 7
2 Cor: ……………………………………………………………………………. 1
Gál: ……………………………………………………………………………… 3
Ef: ……………………………………………………………………………….. 6
Col: ……………………………………………………………………………… 3
1 Tim: …………………………………………………………………………… 3
2 Tim: ……………………………………………………………………………. 3
Heb: ……………………………………………………………………………… 1
Sant: ……………………………………………………………………………… 1
1 Pe: ………………………………………………………………………………. 2
1 Jn: ……………………………………………………………………………….. 2
Jds: ………………………………………………………………………………… 1
Ap: ………………………………………………………………………………… 1

HECHOS DE JUAN

Antiguo Testamento

Dt: …………………………………………………………………………………. 1
Is.: …………………………………………………………………………………. 1
Job: ………………………………………………………………………………… 1
Eclo: ……………………………………………………………………………….. 1

Nuevo Testamento

Mt y otros: ………………………………………………………………………... 35
Mt solo: …………………………………………………………………………… 10
Mc solo: …………………………………………………………………………... 4
Lc solo: ……………………………………………………………………………. 10
Jn solo: ……………………………………………………………………………. 20
Hch: ……………………………………………………………………………….. 5
Rom: ………………………………………………………………………………. 2
1 Cor: ……………………………………………………………………………… 6
2 Cor: ……………………………………………………………………………… 4
Gál: ………………………………………………………………………………… 1
Ef: …………………………………………………………………………………... 4
Flp: …………………………………………………………………………………. 1
1 Tim: ……………………………………………………………………………… 1
Tit: …………………………………………………………………………………. 2
Heb: ……………………………………………………………………………… . 1
Sant: ………………………………………………………………………………. 2
1 Pe: ………………………………………………………………………………. 2
2 Pe: ……………………………………………………………………………… 1
1 Jn: ………………………………………………………………………………… 4
Ap: …………………………………………………………………………………. 1

HECHOS DE PEDRO

Antiguo Testamento

Gén: …………………………………………………………………………….… 2
Éx: ………………………………………………………………………………… 1
Dt: ………………………………………………………………………………… 1
1 Re: ………………………………………………………………………………. 1
Sal: ………………………………………………………………………………… 3
Ecclo: ……………………………………………………………………………… 1
Am: ……………………………………………………………………………….. 1
Is: ……………………………………………………………………………… 7
Jer: ………………………………………………………………………….….. 2
Ez: ……………………………………………………………………………… 1
Dan: ……………………………………………………………………………. 2

Nuevo Testamento

Mt y otros: ……………………………………………………………………… 25
Mt solo: …………………………………………………………………………. 12
Lc solo: …………………………………………………………………………. 8
Jn solo: …………………………………………………………………………. 1
Hch: …………………………………………………………………………….. 29
Rom: ……………………………………………………………………………. 6
1 Cor: …………………………………………………………………………… 13
2 Cor: …………………………………………………………………………… 4
Gál: ……………………………………………………………………………… 8
Ef: ……………………………………………………………………………….. 3
Flp: ……………………………………………………………………………… 2
Col: ……………………………………………………………………………… 1
2 Tes: ……………………………………………………………………………. 1
1 Tim: …………………………………………………………………………… 2
2 Tim: …………………………………………………………………………… 2
1 Pe: ……………………………………………………………………………… 1
2 Pe: ……………………………………………………………………………… 2
1 Jn: ………………………………………………………………………………. 2

(Continuaremos otro día esta visión sinóptica).

Saludos cordiales. Gonzalo del Cerro


Jueves, 10 de Septiembre 2009



Hoy escribe Antonio Piñero

Tema: El reino del mesías davídico en la tierra y su entorno. Hoy en el "Libro de los Jubileos" (del siglo II a.C.


El reino mesiánico (Jub 23,26-32; Apócrifos del Antiguo Testamento II 137-138)

El vidente, que reescribe el libro del Génesis, ve lo que ocurrirá después de la muerte de Abrahán. No indica cuándo: en un tiempo indeterminado al que precede una degeneración de la tierra y sus habitantes, y una perversión general de Israel. Dios suscitará a los gentiles contra su pueblo elegido, pero tras el castigo vendrá el tiempo mesiánico de la paz y la abundancia:

He aquí el texto:

En esos días [del reino mesiánico] los niños comenzarán a examinar las leyes y a estudiar los mandamientos, volviendo al camino de la justicia. Irán multiplicándose y creciendo las vidas de esos hombres, generación tras generación y día tras día, hasta que se acerquen sus vidas a los mil años y a muchos años de muchos días. No habrá anciano ni quien se canse de vivir, pues todos serán niños e infantes; pasarán todos sus días en salud y gozo, y vivirán sin que haya ningún demonio ni mal destructor, pues todos sus días serán de bendición y salud.

Entonces curará el Señor a sus siervos, que se alzarán y verán gran paz. Se dispersarán sus enemigos, y los justos verán y darán gracias, regocijándose por los siglos de los siglos viendo en el enemigo todo sus castigo y maldición. Sus huesos descansarán en la tierra, su espíritu se alegrará sobremanera, y sabrá que existe un Señor que cumple sentencia y otorga clemencia a los centenares y miríadas que lo aman. Y tú, Moisés, escribe estas palabras pues así está escrito y registrado en las tablas celestiales como testimonio de perpetuas generaciones.


Bendición mesiánicas a Leví y a Judá (Jubileos 31, 13-23; Apócrifos del Antiguo Testamento II 154)

Lo mismo que, posteriormente, el autor de los Testamentos de los XII Patriarcas, el visionario, que ha compuesto “El libro de los Jubileos, o de la distribución de los días”, ha recibido de Dios en visión qué es lo que preanunció el patriarca Isaac en su lecho de muerte. Isaac bendice a sus nietos –hijos de Jacob- Leví y Judá. Estas bendiciones justifican la idea –que los lectores ya conocen- de que junto al mesías político habrá un sacerdote que será el custodio de la recta interpretación de la Ley en el reino mesiánico y el vigilante de su cumplimiento.

He aquí el texto:

Se dirigió primero a Leví y comenzó a decir:

— El Dios de todos, Señor de toda la eternidad, te bendiga a ti y a tus hijos por toda la eternidad. El Señor te dé, y a ti y tu descendencia, gran inteligencia de su gloria y te acerque, a ti y a tu posteridad entre todos los mortales, para servir en su templo. Como los ángeles de la faz y como los santos, tal será la descendencia de tus hijos, para gloria, grandeza y santidad; engrandézcalos por toda la eternidad. Serán jueces, príncipes y señores de toda la descendencia de los hijos de Jacob; dirán con justicia la palabra del Señor, juzgarán justamente todos sus juicios, expondrán mis caminos a Jacob y mi senda a Israel; la bendición del Señor será puesta en su boca para bendecir a toda la descendencia del amado. Tu madre tedio el nombre de Leví, y con verdad te puso este nombre, pues próximo al Señor estarás y serás socio de todos los hijos de Jacob. Su mesa sea la tuya. Comed de ella tú y tus hijos; por todas las generaciones esté tu mesa llena y no falte tu sustento eternamente. Caigan ante ti cuantos te odien; sean desarraigados todos tus enemigos y perezcan: bendito sea quien te bendiga, y todo pueblo que te maldiga, maldito sea.

Y a Judá le digo:

— El Señor te dé fuerza y reciedumbre para hollar a cuantos te odien; sé tu soberano, y uno de tus descendientes de los hijos de Jacob. Que tu nombre y el de tus hijos se extienda por toda la tierra y sus ciudades. Entonces temerán los gentiles ante tu faz, se turbarán todas las naciones, y todo pueblo se conmoverá. Por ti será socorrido Jacob, y en ti se hallará la redención de Israel. El día en que te sientes en tu trono justo y glorioso, tendrá gran salvación toda la descendencia de los hijos del amado. Bendito quien te bendiga, y todos los que te odien, atormenten y maldigan, sean desarraigados, perezcan de la tierra y sean malditos. Volviéndose, lo besó nuevamente y abrazó, y se regocijó grandemente, pues había visto a los hijos de Jacob, sus hijos verdaderos. Saliendo Judá de su regazo, cayó prosternándose ante él, y los bendijo otra vez. Su padre descansó allí aquella noche, cerca de Isaac, y comieron y bebieron con gozo. Hizo dormir Isaac a los dos hijos de Jacob, uno a su diestra y otro a su siniestra, lo que le fue computado como acto justo.


Seguiremos con otros textos de la época.

Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com
…………….…………………

• Hoy en el “Blog de Antonio Piñero” se trata del siguiente tema:

“Los apóstoles en la literatura apócrifa”

………………………

Magíster de "Ciencias de las Religiones" Universidad PABLO DE OLAVIDE, Sevilla (Véase postal de 26-06-2009)

Para obtener más información:

http://www.upo.es/historia_antigua/master_religiones/index.jsp

Saludos de nuevo.





Miércoles, 9 de Septiembre 2009



Hoy escribe Antonio Piñero

Tema: Seguimos con textos sobre el mesías davídico, político-guerrero en tiempos en torno a Jesús y nos concentramos en el reino del mesías y su entorno


1. Comienzo del reino mesiánico (Recogido en el Libro I de Henoc. 1 Henoc 90,18-22; Apócrifos del Antiguo Testamento, IV 121-2)

Se trata en este texto del combate escatológico entre las fuerzas del mal y del bien, inmediatamente antes de la instauración del reino de Dios. Las “ovejas” son los israelitas justos. Las bestias y aves del cielo son los malvados. El dueño de las ovejas es Dios (o a veces su mesías). Los hombres blancos. Los siete hombres blancos son los arcángeles que traen las almas pare el juicio. Los setenta pastores son los que han gobernado mal al pueblo de Israel (reyes, normalmente).

He aquí el texto:

Vi que se llegó a ellos el dueño de las ovejas y tomó en su mano la vara de su cólera, y golpeó la tierra, que se abrió. Todas las bestias y aves del cielo dejaron de estar junto a las ovejas y fueron tragadas por la tierra, que las cubrió. Vi que se dio a las ovejas una gran espada, y salieron las ovejas contra todas las bestias salvajes a matarlas, y todas las bestias y aves del cielo huyeron ante ellas.

Vi que era construido un trono en la tierra amena, y se sentaba en él el dueño de las ovejas y el otro cogía los libros sellados y los abría ante el dueño de las ovejas. El dueño llamó a los siete primeros hombres blancos y mandó que trajeran ante él el primer astro que precedió a los astros de penes como de caballo, y trajeron a todos ante él. Y dijo al hombre que escribía ante él: “Toma a estos setenta pastores a quienes entregué las ovejas y mataron a más de las que les había ordenado”.


2. El Juicio final de todas las naciones (1 Henoc 90,23-27; Apócrifos del Antiguo Testamento IV 122)

El juicio final es a veces confuso en estos textos apocalípticos, porque se confunden en el tiempo dos Juicios (ambos “finales”). El primero es la antesala al reino mesiánico en la tierra, en el que los malvados serán juzgados y no entrarán en el Reino. El segundo Juicio Final, el definitivo, es como el primero, pero ocurrirá sólo cuando se termine el reino mesiánico en la tierra y venga el “otro mundo”, ultraterreno y definitivo. Este mundo se describe con la apariencia del primero (se dirá que es “una nueva tierra y un nuevo cielo”), pero en realidad se trata de un mundo en el más allá.

Veamos ya el texto:

Entonces vi a todos atados, todos de pie ante él. Primero fue el juicio de los astros: fueron juzgados, resultaron culpables y marcharon al lugar de la condena. Los echaron en un lugar profundo, lleno de fuego flameante y de columnas incandescentes. Y los setenta pastores fueron juzgados, resultaron culpables y fueron arrojados también al abismo de fuego. Vi en aquel momento que se abría un abismo como el anterior, en medio de la tierra, lleno de fuego. Trajeron a las ovejas ciegas y fueron juzgadas. Resultaron culpables, fueron arrojadas a aquella sima de fuego y comenzaron a arder. Y esta sima estaba a la derecha de la casa. Entonces vi a las ovejas arder y a sus huesos quemarse.

3. La nueva Jerusalén (1 Henoc 90,28-41; Apócrifos del Antiguo Testamento IV 122-3)

Aquí se ve cómo esta “nueva Jerusalén” puede entenderse como “nueva” aquí en la tierra. Pero estos mismo elementos serán tomados por el autor del Apocalipsis del Nuevo Testamento, el vidente Juan, para describir la “Jerusalén celestial”, el paraíso ultramundano. La clave está en que los apocalípticos conciben el reino mesiánico en la tierra como un adelanto del reino mesiánico definitivo en el otro mundo. Por ello las descripciones son las mismas

He aquí el texto:

Me levanté para ver hasta que él enrolló la vieja casa. Sacaron todas las columnas, vigas y ornamentos de la casa enrollados junto con ella; los sacaron y los echaron en un lugar al sur de la tierra. Vi que trajo el dueño de las ovejas una casa nueva, más grande y alta que la primera, y la puso en el lugar de la que había sido recogida. Todas sus columnas y ornamentos eran nuevos y mayores que los de la antigua que había quitado, y el dueño de las ovejas estaba dentro.

Vi a todas las ovejas que quedaron y cómo todos los animales de la tierra y todas las aves caían prosternándose ante las ovejas, suplicándoles y obedeciéndoles en todas sus órdenes […] Las ovejas eran todas blancas, y su lana espesa y pura. Todos los que habían perecido y habían sido dispersados, todas las bestias del campo y todas las ovejas del cielo (el resto que quedaba) se reunieron en esa casa. El dueño de las ovejas se alegró muchísimo, pues todos eran buenos y habían vuelto a casa. vi que depusieron la espada a había sido entregada a las ovejas, la volvieron a su vaina y la sellaron ante el dueño […] vi que nacía un toro blanco de grandes cuernos y cómo todas las bestias del campo y las aves del cielo lo temían y suplicaban en todo momento. Vi que se transmutaban las especies y se convertían todos en toros blancos…

Esta es la visión que vi cuando me dormí. Me desperté, bendije al Señor justo y le alabé. Luego lloré con gran llanto, y mis lágrimas no se detenían…, pues todo llegará y se cumplirá.


4. Reino mesiánico (1 Henoc 10,17-11,1; Apócrifos del Antiguo Testamento IV 47-48)

Entonces serán humildes todos los justos, vivirán hasta engendrar mil hijos y cumplirán en paz todos los días de su mocedad y vejez. En esos días toda la tierra será labrada con justicia, toda ella quedará cuajada de árboles y será llena de bendición. Plantarán en ella toda clase de árboles amenos y vides, y la parra que se plante en ella dará frutos en abundancia. De cuanta semilla sea plantada en la tierra una medida producirá mil, y cada medida de aceitunas producirá diez tinajas de aceite. Purifica tú la tierra de toda injusticia, de toda iniquidad, pecado, impiedad, y de toda impureza que se comete sobre ella: extírpalas de ella; que sean justos todos los hijos de los hombres, y que todos los pueblos me adoren y bendigan, prosternándose ante mí. Sea pura la tierra de toda corrupción y pecado, de toda plaga y dolor, y yo no volveré a enviar contra ella un diluvio por todas las generaciones, hasta la eternidad.

En esos días abriré los tesoros de bendiciones que hay en el cielo para hacerlos descender a la tierra sobre las obras y el esfuerzo de los hijos de los hombres. La paz y la verdad serán compañeras por siempre, en todas las generaciones.

Seguiremos con otros textos de la época.

Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com
…………….…………………

• Hoy en el “Blog de Antonio Piñero” se trata del siguiente tema:

“Los apóstoles en la literatura apócrifa”

………………………

Magíster de "Ciencias de las Religiones" Universidad PABLO DE OLAVIDE, Sevilla (Véase postal de 26-06-2009)

Para obtener más información:

http://www.upo.es/historia_antigua/master_religiones/index.jsp

Saludos de nuevo.






Lunes, 7 de Septiembre 2009


Hoy escriben Antonio Piñero/Florentino García Martínez


Tema: Como ya sabemos, Ernst Käsemann, discípulo de Rudolf Bultmann, defendió que la raíz de la teología específicamente cristiana es en gran parte una copia de la apocalíptica judía que esos mismos cristianos habían superpuesto al pensamiento genuino de un Jesús no apocalíptico. Una vez expuestas las ideas de Käsemann, procedemos a la crítica.

Con el resumen precedente -afirma Florentino- se ha dado una presentación respetuosa y objetiva de la hipótesis de Käsemann. A continuación se expondrán los principales puntos que impiden aceptar esta hipótesis.

Por supuesto, es imposible discutir aquí los grandes presupuestos que sirven de base a la hipótesis de Käsemann, tanto al nivel de la crítica de las formas y de la crítica literaria del Nuevo Testamento como al nivel de la teología subyacente a toda su hipótesis.

Todo ello corresponde al ámbito del pensamiento de los sucesores de Bultmann, que probablemente muchos de los lectores de este blog conocen en sus líneas generales: una crítica radical a la historicidad de los evangelios, y a lo que denominan el “protocatolicismo”, o catolicismo temprano en la evolución de la Iglesia primitiva. Pero a la vez, los bultamntianos construyen un imponente edificio de una teología del Nuevo Testamento que –a pesar de los pesares- concuerda con sus presupuestos por lo general luteranos y que les permite mantener a la vez, aunque disociadas, una vida de piedad privada hacia Dios y Jesús como mediador de Éste, con una hipercrítica en el ámbito de lo científico al Nuevo Testamento y al cristianismo primitivo, en el que ven cómo empiezan a formarse las "desviaciones" que luego serán típicas de la Iglesia Católica.

La crítica presente intenta situarse, pues, en el mismo plano del trabajo de Käsemann y parte, por tanto, no de los grandes presupuestos teóricos implícitos, sino de sus afirmaciones concretas. Se centrará en los puntos siguientes del ideario de Käsemann

- Definición de apocalíptica.

- Importancia de la espera de la parusía.

- Jesús no apocalíptico.

- Reconstrucción histórica.


1. Definición de apocalíptica

La primera observación que debe hacerse a la hipótesis de Käsemann (y ésta fue una de las primeras objeciones que se le hicieron) es que parte de una concepción particular de la “apocalíptica”, muy propia suya y difícilmente aceptable.

Es enormemente revelador el que en su primer artículo (que citamos al principio de estaa serie: «Die Anfänge christlicher Theologie», publicado en la Zeitschrift für Theologie und Kirche [ZThK] 57 (1960) 162-185 = “Los comienzos de la teología cristiana", publicado en la “Revista de Teología y de Iglesia”.) Käsemann no sintió la necesidad de definir qué es lo que él entendía por apocalíptica.

Toda una serie de expresiones suponen que para él, como para sus lectores, el concepto de apocalíptica es una cosa evidente. Es más, su frecuente empleo sin calificaciones de “apocalíptica” sugiere que se trata de un fenómeno homogéneo en el que se mezclan elementos provenientes de la apocalíptica del Antiguo Testamento: la del judaísmo tardío, la representada por la comunidad qumránica, etc., y lo que él designa como "apocalíptica cristiana pospascual".

Pero, como indica G. Ebeling, parodiando una de la frases de Käsemann, “hay que distinguir entre apocalíptica y apocalíptica”. Decía textualmente así


"Como ha señalado acertadamente Käsemann, “hay que distinguir entre entusiasmo y entusiasmo, al igual que entre espíritu y espíritu”, del mismo modo y con igual razón habrá que señalar que debe distinguirse entre apocalíptica y apocalíptica” (G. Ebeling, “Der Grund christlicher Theologie”, Zeitschrift für Theologie und Kirche 58 [1961J 227-244, en la p. 235 = “El fundamento de la teología cristiana”: Revista de Teología e Iglesia .

Únicamente en su segundo artículo («Zum Thema der urchristlichen Apokalyptik», ZThK 59 [1962] 257-284; hay que añadir otro también importante: «Paulus und der Frühkatholizismus» ZThK 60 [1963] 75-89 = “Sobre el tema de la apocalíptica cristiana primitiva” y “Pablo y el protocatolicismo”), y movido a ello por la crítica de G. Ebeling sobre el problema terminológico, Käsemann se sintió obligado a precisar que para él “apocalíptica” es “la espera inminente de la parusía”, es decir, “la forma especial de escatología que trata del final de la historia”. Escribía:


“Esa clase especial de escatología, que trata de ese final de la historia, no se posee un término adecuado. Que la apocalíptica queda así como un [término] ambivalente no se puede discutir. ¿De qué vocablo no habrá que decir lo mismo? Del contexto se deduce que casi siempre hablo de la apocalíptica cristiana primitiva para designar la inminente espera de la parusía” (“Thema” p. 258, n. 2).


Este intento de definición nos precisa claramente que Käsemann emplea en su tesis la palabra “apocalíptica” con un sentido muy particular, en el que nos detendremos en la próxima postal de esta serie.

Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com
………….……………

• En el otro blog, “Cristianismo e Historia”, el tema de hoy es el mismo, pues estamos comentando en los dos este libro.

• Información sobre la película acerca de Jesús de Nazaret, titulada “El discípulo”

www.eldiscipulofilm.com

Domingo, 6 de Septiembre 2009
Hoy escribe Antonio Piñero

Tema: Seguimos con el mesías davídico, político-guerrero en tiempos en torno a Jesús. Hoy vamos a leer un texto de uno de los apócrifos del Antiguo Testamento que más han marcado al cristianismo: el Libro IV de Esdras, escrito en torno al año 100 de nuestra era. Su materia, sin embargo, refleja el pensamiento judío, anterior al autor, de todo el siglo I.

Leemos la visión sexta: "El Hombre sobre las nubes y el combate escatológico" (13,1-15; Apócrifos del Antiguo Testamento , tomo VI, pp. 449-451; el texto está un poco arreglado para su abreviación y comprensión)

Y sucedió que, tras siete días, tuve un sueño durante la noche. Y vi que se levantaba un viento del mar de manera que agitaba todas sus olas. Y vi cómo volaba un Hombre sobre las nubes del cielo y hacia donde dirigía su mirada, temblaban todas las cosas que estaban bajo su vista, y hacia donde salía la voz de su boca, se encendían todos los que oían su voz, como se derrite la cera cuando siente el fuego. Y tras esto vi cómo se congregaba una muchedumbre de hombres innumerable de los cuatro vientos de la tierra, para luchar contra el Hombre que había salido del mar. Y vi cómo formó para sí el Hombre una gran montaña y voló hasta colocarse sobre ella. Y yo quise ver la región o el lugar donde se había formado la montaña y no pude.

Y tras esto vi cómo todos los que se habían congregado contra él, temían grandemente y con todo se atrevían a luchar. Y he aquí que cuando el Hombre vio el ímpetu de la muchedumbre que venía hacia él, no levantó su mano, ni tomó la espada ni cualquiera de los instrumentos de guerra, solamente vi cómo hizo salir de su boca como una ola de fuego y un espíritu de llama de sus labios; y de su boca hacía salir centellas y tempestades, mezclándose todas estas cosas: la corriente de fuego, el viento de llama y la fuerza de la tempestad. Todo ello cayó sobre el ímpetu de la muchedumbre que estaba preparada para luchar, y los incendió a todos de manera que nada se viese de la muchedumbre innumerable, sino solamente el polvo de la ceniza y el olor del humo. Y viéndolo me quedé atónito.

Y tras esto vi al mismo Hombre que bajaba del monte y llamaba hacia sí a otra muchedumbre pacífica. Y venían hacia él rostros de muchos hombres, unos gozosos, otros tristes, unos atados, otros trayendo ofrendas.

Y yo, por el pavor inmenso, me desperté y oré al Altísimo diciendo:

- Muéstrame, pues, ahora también la interpretación de este sueño […]


"El mesías. Interpretación de la visión del Hombre que procede del mar" (13,16-33; Apócrifos del Antiguo Testamento vol. VI, pp. 452-455; el texto está un poco arreglado para su abreviación y comprensión)

El hombre al que has visto precedente del corazón del mar, es aquél a quien el Altísimo ha venido manteniendo oculto durante muchas edades, y que liberará a su creación, y va a orientar a aquellos que andan defectuosos. Y respecto a lo que has visto, a saber que sale viento, fuego y una tormenta de su boca, y que sin blandir ninguna lanza o espada destroza a la multitud que se dirige contra él, su interpretación es la siguiente:

Ved, se acercan los días en los que el Altísimo va a librar a aquellos que están en la tierra. Y las gentes que la habitan sufrirán gran confusión. Entonces planearán guerrear unos contra otros, ciudad contra ciudad, lugar contra lugar, pueblo contra pueblo, y reino contra reino. Y cuando ocurran estas cosas y tengan lugar los signos que os he mostrado de antemano, entonces se revelará mi hijo (o mi “siervo”), al que habéis visto saliendo del mar.


A continuación incluyo unas cuanta observaciones de Domingo Muñoz León, que es el autor de la traducción, introducción y comentario de este Libro IV de Esdras en la colección “Apócrifos del Antiguo Testamento” :

El “profeta” Esdras –es decir, el desconocido autor judío del siglo I- añade a lo largo de su obra a esta visión del mesías una serie de catálogos de signos cósmico y terrenos que precederán al final. En las últimas visiones del libro el autor presupone la inminencia del reino mesiánico, que parece ser un estadio en el camino hacia el juicio final. Al final de este reinado el mesías morirá.

En consecuencia, parece claro que la restauración de la situación ideal de la monarquía davídica no desempeña un papel de importancia en las esperanzas del autor en relación con su política ideal futura. La destrucción del Imperio romano, por el contrrio, sí era muy importante y ésta es el centro de las visiones 5ª y 6ª. Sin embargo, la destrucción de Roma se espera que tendría lugar a través del ejercicio de las funciones judiciales del mesías más que de sus (acciones) militares.

Un punto oscuro es la relación mesías-Hijo de Dios. El “Hombre” de la visión sexta es el Hijo (13,32: “Se revelará mi Hijo”; 13,37: “Mi propio Hijo acusará de sus impiedades a los pueblos”); a veces se habla de “mi Hijo y los que con Él están” (13,52; 14,9). La “revelación” del Hijo (7,28-29) podría reflejar la idea de que el mesías estaba escondido en Dios antes de manifestarse en la tierra. Sería lo mismo que ocurre con la ley de Moisés en el pendamiento judío de la época: estaba escondida en Dios antes de manifestarse en el Sinaí. En el caso del mesías no es la persoan la que estaba escondida, sino el concepto de mesías.

La victoria del mesías sobre el águila que aparece en una visión anterior de este libro (Imperio romano) es un elemento común de la apocalíptica. 4 Esdras nos ofrece una actualización profética de la Cuarta Bestia de Daniel (12,11): el último imperio perverso que se opone a Dios antes de la venida del mesías.

El combate escatológico (unas veces con la intervención del mesías, otras con la sola intervención divina) aparece en 4 Esdras como la actuación definitiva de Dios que aniquila a los impíos para “liberar” a su criatura, a los que están sobre la tierra (tambien en esgta visión 13,26.29).

En cuanto a Sión y a la Jerusalén celestial (10,20; una concepción igual a la del Apocalipsis de Juan: en el futuro reino mesiánico, el definitivo, todos los salvados habitarán en una ciudad celeste, maravillosa) en la visión tercera, no es fácil distinguir en el Libro 4 de Esdras en concreto si se trata de un símbolo o si se alude a la Sión terrestre (mesiánica) o a la Sión celestial (el correspondiente celestial de la Sión terrena).

Desgraciadamente el autor no describe claramente cómo era en su concepción la realidad maravillosa del reino mesiánico mientras dura en la tierra. Quizá porque supone que sus lectores ya la conocen.

Seguiremos con otros textos de la época.

Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com

…………….…………………

• Hoy en el “Blog de Antonio Piñero” se trata del siguiente tema:

“Crítica a la crítica. La obra ‘El Hijo de Dios’ de Martin Hengel (II)”

• Información sobre la película acerca de Jesús de Nazaret, titulada “El discípulo”:

www.eldiscipulofilm.com

Viernes, 4 de Septiembre 2009
La Biblia en los Hechos Apócrifos de los Apóstoles
Hoy escribe Gonzalo del Cerro

HECHOS APÓCRIFOS DE TOMÁS

1. Hechos bíblicos.

- Dios todo lo hizo bien: Gén 1,31; HchTom 10.
- Caída y condena de los primeros padres: Gén 3; HchTom 32.
- El crimen de Caín: Gén 4,8; HchTom 32.
- Los ángeles y las hijas de los hombres: Gén 6,1-4; HchTom 32.
- Sucesos del Éxodo: el Faraón, el becerro de oro (Éx 7-12,36; 32; HchTom 32).
- Esaú pierde su primogenitura: Gén 25; HchTom 84.
- La burra de Balaán: Núm 22,22-33; HchTom 40.
- Dureza del rey Herodes: Mt 2; Lc 23.6-13; HchTom 32.
- Jesús, el Salvador: Lc 2,11; HchTom 97; 136.
- Jesús, hijo de María virgen y de José el artesano: Mc 6,3; Mt 13,55; HchTom 2; 143.
- El ayuno de Jesús: Mt 4,2 par.; HchTom 86; 156.
- Predicación primera: “Convertíos, creed” (Mc 1,15; HchTom 28).
- Las bienaventuranzas: Mt 6,3-12; Lc 6,20-23; HchTom 66; 94.
- La regla de oro: Mt 7,12 par.; HchTom 83.
- Parábola del sembrador: Mt 13,3-9 par.; HchTom 93.
- Parábola de los talentos: Mt 25,14-30; HchTom 94; 146.
- Parábola de las minas: Lc 19,11-27; HchTom 146.
- Parábola del Buen Pastor: Jn 10; HchTom 25; 26; 39; 156.
- Parábola de los enviados a la viña: Mt 20,1-16; HchTom 60.
- Parábola de la cizaña: Mt 13,20-34 par.; HchTom 145.
- Parábola del rey que vuelve de las bodas: Lc 12,35-40; HchTom 146.
- Parábola de las diez vírgenes: Mt 25,1-13; HchTom 146.
- Parábola de la perla preciosa: Mt 13,45-46; HchTom 108; 147.
- Parábola de las bodas del hijo del rey: Mt 22,1-14 par.; HchTom 146.
- Consejos del discurso apostólico (llevar un solo vestido): Mt 10,5ss; HchTom 20; 62.
- Anuncio de persecuciones: Mt 10,16-31; Lc 21,12-19; HchTom 107.
- Actividad taumatúrgica en general: Mt 11,5; HchTom 47.
- El pozo de la samaritana: Jn 4,5ss; HchTom 47.
- El endemoniado de Gerasa: Mt 5,1-20 par.; HchTom 75-76.
- Jesús camina sobre las aguas: Mt 14,15; Mc 6,48; Jn 6,19; HchTom 47; 66.
- Curación del ciego de la piscina probática: Jn 9; HchTom 52.
- Curación del epiléptico: Mc 9; HchTom 77.
- El juicio final: Mt 25; HchTom 168.
- El pago del impuesto: Mt 17,23-26; HchTom 79; 143.
- Jesús enseña a orar: Lc 11; HchTom 53; 144.
- Discurso en la sinagoga de Cafarnaún: Jn 6; HchTom 133-
- Embajada del Bautista: Mt 11 par.; HchTom 136.
- La Transfiguración: Mt 17,1-9 par.; HchTom 143.
- Consejos de Jesús, la mano en el arado: Lc 9,62; HchTom 147.
- Los campos blancos para la siega: Jn 4,35; HchTom 127.
- El rico epulón: Lc 16,19-31; HchTom 170.
- Multiplicación de los panes: Mt 14,13-21; 15,32-39 par.; HchTom 47.
- Caifás en la pasión de Jesús: Mt 26,3ss; Jn 18, 28-37; HchTom 32.
- El pollino del domingo de Ramos: Mc 11,1ss; HchTom 40.
- Última cena: Mt 26,17ss par.; Jn 13-17; HchTom 156.
- Institución de la eucaristía: Mt 26,26-29 par.; 1 Cor 11,23ss: HchTom 27; 50; 121.
- Traición y muerte de Judas: Mt 26,14-16.47-50 par.; Mt 27,3-10.84.
- Burlas contra Jesús en la prisión: Mt 26,57-68; HchTom 48.
- Jesús llamado embaucador: Mt 27,63; HchTom 48.
- Proceso ante Pilato; Mt 27,11-26 par.; Jn 18,28ss; HchTom 32.
- Pasión: Getsemaní, corona de espinas, silencio de Jesús, el juicio, la flagelación, la hiel y el vinagre, salivazos, la caña, la lanzada (passim en los relatos de los cuatro evangelistas). Cf. HchTom 47; 86; 106; 157; 158; 165.
- Entierro, sábana, monumento: Mt 27,55-61 par.; Jn 19,38-42; HchTom 158.
- La resurrección: Mt 28 par.; Jn 20; HchTom 158.
- El camino de Emaús: Lc 24,13-35; HchTom 59.
- Desayuno con Jesús junto al lago: Jn 21; HchTom 48.
- Ascensión: Mc 16,19; Lc 24,50-51; Hch 1,9-11; HchTom 156.

2. Personajes bíblicos.

- Eva: HchTom 32.
- El diablo del paraíso: Gén 3; HchTom 32.
- Caín y Abel: Gén 4; HchTom 32; 84.
- Los hijos de Dios y las hijas de los hombres; Gén 6,1-4; HchTom 32.
- El Faraón del Éxodo: Éx 7-12; HchTom 32.
- Esaú: Gén 25,27ss; HchTom 84 v.sir.
- Balaán: Núm 22-24; HchTom 40.
- Jesús: Passim.
- La Virgen María: v. gr. HchTom 143.
- José el artesano: Mt 13,35; HchTom 2; 143.
- Los Apóstoles uno por uno: Mt 10,2-4, etc.; HchTom 1.
- Tomás el Mellizo: Jn 11,16; 20,24; 21,2; HchTom passim.
- Los falsos profetas (lobos rapaces): Mt 7,15; HchTom 79.
- El rico epulón: Lc 16,19ss; HchTom 170.
- El rey Herodes: Mt 2; HchTom 32.
- Caifás: Mt 26,3.57; Lc 3,2; Jn 11,49; HchTom 32.
- Pilato: Mt 27 par.: HchTom 32.
- Judas, el traidor: Mt 26,14-16.47-50; HchTom 32.

Saludos cordiales. Gonzalo del Cerro





Jueves, 3 de Septiembre 2009
1 ... « 265 266 267 268 269 270 271 » ... 293


Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





Tendencias de las Religiones


RSS ATOM RSS comment PODCAST Mobile