CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero
Hoy escribe Antonio Piñero

Seguimos con la aclaración de los seis argumentos con los que el apóstol Pablo defiende su interpretación de Cristo y de la “justificación” o salvación del ser humano, lo que él llama su “evangelio”.


Hay una pausa entre los agumentos: Gálatas 4,12-20:

« 12 Os ruego que os hagáis como yo, pues yo me hice como vosotros. Ningún agravio me hicisteis. 13 Pero bien sabéis que una enfermedad me dio ocasión para evangelizaros por primera vez; 14 y, no obstante la prueba que suponía para vosotros mi cuerpo, no me mostrasteis desprecio ni repulsa, sino que me recibisteis como a un ángel de Dios: como a Cristo Jesús. 15 ¿Dónde están ahora los parabienes que os dabais? Pues yo mismo puedo atestiguaros que os hubierais arrancado los ojos, de haber sido posible, para dármelos. »

« 16 ¿Es que me he vuelto enemigo vuestro diciéndoos la verdad? 17 El celo que ésos muestran por vosotros no es bueno; quieren alejaros de mí para que mostréis celo por ellos. 18 Bien está procurarse el celo de otros para el bien, siempre, y no sólo cuando yo estoy entre vosotros, 19 ¡hijos míos!, por quienes sufro de nuevo dolores de parto, hasta ver a Cristo formado en vosotros. 20 Quisiera hallarme ahora en medio de vosotros para poder acomodar el tono de mi voz, pues no sé cómo habérmelas con vosotros. »

Aclaración:


Entre el quinto argumento y el sexto que sigue Pablo interrumpe su razonamiento sobre la Escritura e introduce unas evocaciones personales con la intención de convencer a los gálatas por medio de razones afectivas para que vuelvan al redil.

El Apóstol rememora lo bien que le trataron cuando estuvo entre ellos, y el enorme cariño con el que lo rodearon. ¿Cómo ahora pueden considerarle su enemigo, como si les hubiera predicado falsamente a Cristo? Pablo se siente desconcertado… ¿Cómo van a hacerle los gálatas la mala pasada de abandonarle…, a él y a las verdades que predicó?


6. El sexto y último argumento se halla en Gálatas 4,21-31:

« 21 Decidme vosotros, los que queréis estar sometidos a la ley: ¿No oís la ley? 22 Pues dice la Escritura que Abrahán tuvo dos hijos: uno de la esclava y otro de la libre. 23 Pero el de la esclava nació según la naturaleza; el de la libre, en virtud de la Promesa. 24 Hay en ello una alegoría: estas mujeres representan dos alianzas; la primera, la del monte Sinaí, madre de los esclavos, es Agar, 25 (pues el monte Sinaí está en Arabia) y corresponde a la Jerusalén actual, que es esclava, y lo mismo sus hijos. 26 Pero la Jerusalén de arriba es libre; ésa es nuestra madre, 27 pues dice la Escritura:  »

“Regocíjate estéril, la que no das hijos; rompe en gritos de júbilo, la que no conoces los dolores de parto, que más son los hijos de la abandonada que los de la casada” (Isaías 54,1).

« 28 Y vosotros, hermanos, a la manera de Isaac, sois hijos de la Promesa. 29 Pero, así como entonces el nacido según la naturaleza perseguía al nacido según el espíritu, así también ahora. 30 Pero ¿qué dice la Escritura? Despide a la esclava y a su hijo, pues no ha de heredar el hijo de la esclava juntamente con el hijo de la libre. 31 Así que, hermanos, no somos hijos de la esclava, sino de la libre. »

Aclaración:

El sexto argumento es repetición en parte del tercero: los cristianos son los verdaderos descendientes de Abrahán.

Pablo lo demuestra con una interpretación alegórica de los capítulos 16, 17 y 21 del Génesis. La argumentación consiste en comparar a un hijo legítimo con otro ilegítmo y obtener las consecuencias:

· Los cristianos son los hijos de Sara, esposa legal del patriarca; son los hijos legítimos de Abrahán.

· Los judíos y los judaizantes, los que observan la Ley, son hijos de Agar, esclava y concubina de Abrahán, cuya descendencia no es el verdadero pueblo de Dios; por tanto los judíos y los judaizantes son hijos ilegítimos del patriarca.

Este razonamiento sería también muy ofensivo para los judíos, quienes interpretaban estos capítulos del Génesis justo al revés. Pablo dice más o menos: los judíos que no creen en Cristo son como los ismaelitas (“moros”), que tampoco creen en Cristo.


Este argumento termina con una exhortación que es una especie de resumen (5,1:

« Para ser libres nos libertó Cristo. Manteneos, pues, firmes y no os dejéis oprimir nuevamente bajo el yugo de la esclavitud »

De nuevo presenta Pablo la oposición libertad / esclavitud = seguidores de Cristo / los que aún siguen sin creer en el él = judíos y judaizantes.

Seguiremos Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com

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Hoy en el “Blog de Antonio Piñero” se trata del siguiente tema:

“El Sanedrín y el ius gladii en tiempos de Jesús”

Manera de entrar, si a alguien le interesare: pinchar en el enlace que se halla en la página presente, abajo en la derecha.

Saludos de nuevo.


Viernes, 10 de Abril 2009

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Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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