CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero
Hoy escribe Antonio Piñero

Uno de los temas que plantea esta perícopa es el uso, único y extraño en el resto de las palabras de Jesús, de “Tu Padre” referido a sus discípulos. Otras veces sí a aparece “Vuestro Padre” (por ejemplo, Mt 5,16 y 44) como ya hemos comentado. Algunos intérpretes piadosos suelen ver en esta distinción de Jesús un claro indicio de filiación especial divina por parte del Maestro. Pero ¿procede este texto de Mateo del Jesús histórico o existen dudas razonables al respecto.

El pasaje servirá también para que el lector vuelva a caer en la cuenta cómo procede la crítica histórico-literaria para determinar a qué estrato de la tradición –si al del Jesús histórico o al de los evangelistas- pertenece un texto determinado. Lo veremos de la mano de J. Schlosser.

He aquí el texto del pasaje tomado de la Biblia de Jerusalén:

Mt 6,2-6:

« “Por tanto, cuando hagas limosna, no lo vayas trompeteando por delante como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga. 3 Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; 4 así tu limosna quedará en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. 5 «Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que gustan de orar en las sinagogas y en las esquinas de las plazas bien plantados para ser vistos de los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga. 6 Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.” »

Mt 6,16-18:

« “«Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas, que desfiguran su rostro para que los hombres vean que ayunan; en verdad os digo que ya reciben su paga. 17 Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, 18 para que tu ayuno sea visto, no por los hombres, sino por tu Padre que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.” »

La primera dificultad para adscribirlo al Jesús histórico es que el pasaje se encuentra sólo en Mateo. Carece de “atestiguación múltiple”, aunque el material en sí es muy judío y típico de la época de Jesús. En especial, la expresión “tu Padre” sólo aparece aquí en toda la tradición de los Evangelios Sinópticos.

La segunda: se nota la mano del redactor en una cuestión formal: en la primera sección la exhortación está en singular; en la segunda, en plural. Por ello, parece sentirse aquí un cambio; suele interpretarse como una acomodación de un posible dicho de Jesús a la catequesis comunitaria cristiana. Por tanto, tal como está no es adscribible al Jesús histórico.

Tercero: el conjunto de los dos pasajes muestra convergencias y divergencias con la manera típica de Jesús de exponer su doctrina y con el contenido de la enseñanza misma.

Convergencias:

• El lenguaje hiperbólico y paradójico es muy típico de Jesús

• El tema de la recompensa por parte de Dios y el de la búsqueda de honores externos son también típicos de Jesús (Mc 12,38-39)

Divergencias:

• La longitud de la exhortación y la composición muy elaborada suena a “trabajo de gabinete” y de escriba por parte de Mateo.

• Hay un juego de palabras en el v. 16 que sólo es posible en griego (aphanízousin: “desfiguran” / phanósin “parezcan”). Como Jesús predicaba en arameo, tal como está esta sentencia no puede provenir directamente de él.

• En el tema del ayuno en concreto (vv. 16-18) se percibe una diferencia clara con Jesús en la manera cómo se formula la crítica: “Se supone una situación ya evolucionada en la que se enfrentan dos comunidades antagónicas, la Iglesia y la Sinagoga, y en donde la primera descalifica a la segunda globalmente en cuanto tal, aplicando a sus miembros el calificativo de hipócrita".

Es cierto que en las disputas Jesús – fariseos aparece este esta descalificación. Pero es precisamente en Mateo, en donde se sospecha que hay también una exageración por parte del evangelista: le interesa exagerar la pugna Jesús – fariseos para que sirva de modelo y de justificación para su situación presente -la que él vive-, a saber en los momentos en los que las comunidades judeocristianas se están separando de los judíos (en torno al año 80, época de composición del Evangelio de Mateo).

Por tanto, reunidas estas observaciones, el dictamen final es que parece notarse en estas “palabras de Jesús” la mano reelaboradora del evangelista Mateo. Por tanto, no pueden adscribirse sin más en su tenor literal al Jesús histórico.

De este modo, los que basándose en este texto postulan una “filiación especial de Jesús que distingue entre “vuestro / tu Padre” y “mi Padre”, se quedan sin fundamento, ya que no podemos estar totalmente seguros de que estas palabras provengan de labios del Jesús de la historia.

Saludos cordiales de Antonio Piñero.

www.antoniopinero.com


Lunes, 26 de Enero 2009

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Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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